Los estudios genéticos realizados por Samuel Wasser, un biólogo de la Universidad de Washington en Seattle, Estados Unidos, están ayudando a las policías del gobierno estadounidense y de países africano a combatir el tráfico internacional de marfil. La captura y venta ilegal de colmillos de elefante impulsa una industria de miles de millones de dólares y mata a más de 40 mil animales cada año. Wasser y sus colegas han desarrollado técnicas para analizar el ADN de marfil incautado y compararlo con el de los animales muertos, para intentar mapear las rutas de tráfico. El equipo presentó un análisis de ADN de colmillos recuperados en 38 incautaciones de 2006 a 2015, incluidas muestras de huesos de 10 elefantes muertos por cazadores que disparaban desde helicópteros en la República Democrática del Congo. La referencia cruzada de la información genética de colmillos y huesos, combinada con la información de los puertos donde se exportarían los envíos, sugiere la existencia de tres grandes carteles de tráfico que operan en el continente africano. Habrían actuado conjuntamente desde 2011 hasta 2014. Los investigadores descubrieron que los traficantes a menudo contrabandean desde África colmillos del mismo elefante en envíos separados. La táctica de mezclar colmillos compradas a los cazadores despista a la policía y reduce el tamaño de los envíos, lo que acortaría el tiempo de condena si se descubriera el delito. La nueva técnica debería permitir la conexión de un narcotraficante atrapado con diversos tipos de caza y tráfico, lo que aumenta la sanción del delincuente.
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