Imprimir PDF Republish

Necrología

El científico de las enfermedades tropicales

Luiz Hildebrando Pereira da Silva era uno de los más respetados expertos mundiales en parasitología

FCW_Hildebrando_HildebrandoLÉO RAMOSPublicado en octubre de 2014

El pasado día 24 de septiembre, falleció a los 86 años de edad, en la ciudad de São Paulo, el científico y médico sanitarista Luiz Hildebrando Pereira da Silva. El investigador estaba internado desde hacía algunas semanas en el Instituto del Corazón (InCor) de São Paulo, debido a una neumonía. Hildebrando no respondió al tratamiento y sufrió una falencia múltiple de órganos. El cuerpo del profesor sería luego velado en presencia únicamente de la familia y de sus amigos, tal como informó uno de sus más allegados, el parasitólogo Erney Plessmann de Camargo, docente del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de São Paulo (USP). “Yo lo conocí a Hildebrando en la Facultad de Medicina de la USP en 1959, y desde entonces trabajamos juntos en muchas investigaciones”, dijo Plessmann de Camargo, quien durante la década de 1990 colaboró con Hildebrando en estudios sobre el paludismo en el estado norteño de Rondônia.

Luiz Hildebrando, profesor emérito de la USP y de la Universidad Federal de Rondônia, era uno de los más respetados expertos mundiales en enfermedades tropicales. Pasó la mayor parte de su carrera profesional en Francia, en el Instituto Pasteur, adonde se trasladó después de haber sido perseguido por el gobierno militar instaurado en Brasil en 1964, cuando él ejercía el cargo de profesor asociado de la Facultad de Medicina de la USP. Regresó al país en la década 1990 y empezó entonces a trabajar en investigaciones sobre el paludismo en Rondônia.

Graduado en medicina por la USP en 1953, viajó al año siguiente con el parasitólogo Samuel Pessoa a Misericórdia de Piancó, en el interior del estado de Paraíba, donde tomó parte en la organización del Laboratorio de Parasitología y en la enseñanza de esa materia en la nueva Facultad de Medicina de João Pessoa. Allí desarrolló, entre 1954 y 1956, investigaciones sobre la epidemiologia de la esquistosomiasis y la enfermedad de Chagas. Y fue también allí donde, a través de la lente de un microscopio y a la luz de una lámpara improvisada, vio al parásito Schistosoma mansoni, de alta incidencia en áreas costeras del nordeste, pero hasta ese entonces inédito en el sertón. Sintió por primera vez “la emoción estética del descubrimiento”, tal como lo contó en una entrevista en 2013, al ganar la 12ª edición del premio de la Fundación Conrado Wessel en la categoría Medicina.

Invitado a convertirse en profesor asistente de parasitología en la FMUSP, regresó a São Paulo y desarrolló entre 1956 y 1960 investigaciones en quimioterapia de la tripanosomiasis americana. Aprobado en el concurso de libre docente, obtuvo una beca del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) para realizar una pasantía de posdoctorado. Pasó entonces un año en la Universidad Libre de Bruselas. En 1962 y 1963 trabajó en el Instituto Pasteur con el investigador François Jacob, quien había publicado a la sazón, con Jacques Monod, el modelo de regulación de la expresión génica en procariontes, lo que les valió el Premio Nobel de Medicina en 1965. Volvió a Brasil a finales de 1963 y organizó junto al profesor Erney Camargo el Laboratorio de Genética de Protozoarios de la Facultad de Medicina de la USP.

Y vino el golpe militar. Militante comunista desde la adolescencia, Luiz Hildebrando pasó tres meses detenido en el buque Raul Soares, denunciado por recaudar fondos y dar guarida a buscados. Por determinación del gobernador Ademar de Barros, fue cesanteado el último día de vigencia del Acto Institucional nº 1. Volvió a París y al Instituto Pasteur, pero en 1967, estimulado por una campaña de repatriación de científicos organizada por el Ministerio de Relaciones Exteriores, organizó en Brasil un curso sobre genética molecular en el Departamento de Bioquímica de la USP. Al año siguiente, aceptó el puesto de profesor en el Departamento de Genética de la USP de Ribeirão Preto, trabajando con genética de eucariontes unicelulares. En 1969 lo cesantearon nuevamente, en esta oportunidad en el marco del Acto Institucional nº 5, y regresó a París, donde reasumió su cargo en el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) y su puesto en el Pasteur. En el exilio se convirtió en referente intelectual de los exiliados brasileños en Francia, como secretario político de la base del Partido Comunista Brasileño en París.

Hildebrando_luiz hARCHIVO FAMILIAREn 1971 lo nombraron jefe de la Unidad de Diferenciación Celular del Departamento de Biología Molecular del Pasteur. En 1976, Jacques Monod, director del Pasteur, lo invitó a organizar una nueva unidad de Parasitología Experimental. La unidad se creó en 1978 con el objetivo de desarrollar investigaciones sobre biología molecular de parásitos de la malaria, particularmente del Plasmodium falciparum. Fue un período de intensa actividad, con un equipo que desarrolló estudios en modelos experimentales y en voluntarios humanos sobre moléculas candidatas a vacunas contra el paludismo.

En 1990, todavía en París, en colaboración con Erney Camargo, organizó un equipo de investigación en Rondônia. Se jubiló en el Pasteur en 1996 y decidió volverse a Brasil. Concursó en la USP y se convirtió en profesor titular de parasitología en 1997, asumiendo la dirección de los programas de investigación en Rondônia –un frente avanzado de la USP en la Amazonia–, que redujeron el porcentaje de registros de paludismo en Rondônia del 40% al 7% del total de casos de la enfermedad en la región amazónica en una década. Allí erigió el Centro de Medicina Tropical (Cepem), en la Secretaría de Salud de Rondônia, y creó el Instituto de Investigación en Patologías Tropicales (Ipepatro), que reúne a expertos e investigadores egresados de los programas de posgrado de la Universidad Federal de Rondônia. El Ipepatro fue absorbido por la Fundación Oswaldo Cruz y se convirtió en una de las cinco nuevas unidades de la Fiocruz en 2009. Luiz Hildebrando Pereira da Silva estaba casado y tenía cinco hijos.

Republicar