ALFRED PASIEKA/ SCIENCE PHOTO LIBRARYEn los modelos más modernos de smartphones, los usuarios no necesitan teclear una clave para ingresar a su contenido: basta con que apoyen el dedo sobre el sensor de lectura de huellas dactilares integrado al aparato. Ésta es una de las nuevas aplicaciones de una tecnología que se hace cada vez más presente: los sistemas de identificación biométrica. Son aparatos que efectúan el reconocimiento individual a través de características singulares tales como las huellas dactilares, el dibujo de la palma de la mano, los rasgos faciales, el formato del iris o detalles de la voz. Para hacerse una idea de la dinámica de este mercado, las ventas globales de soluciones biométricas superarán la marca de los 30 mil millones de dólares en 2021, de acuerdo con un estudio de la consultora de inteligencia de mercado ABI Research, de Estados Unidos.
En Brasil, este sector movió alrededor de 500 millones de reales en 2016, y su tamaño se duplicará en 2020, según proyecciones de la Asociación de Empresas de Tecnología de Identificación Digital (Abrid). Las tecnologías biométricas se emplean en el país fundamentalmente en el sistema bancario, para la identificación de los clientes y la validación del acceso a las cuentas en cajeros automáticos. En el sector público, el uso de la biometría crecerá con la promulgación desde la Presidencia de la República de la Identificación Civil Nacional (ICN), un documento que contará con un chip que reunirá datos biométricos y registros públicos de identificación de los ciudadanos tales como el Registro General (RG), el Código de Personas Físicas (CPF) y el Registro Electoral. La misma base de datos biométricos formada por la Justicia Electoral se utilizará en esta nueva identificación civil.
“La biometría suministra un mecanismo de autenticación inequívoca del usuario, eliminando así la necesidad de memorización de informaciones para la autenticación, tales como códigos o claves alfanuméricas”, dice Luciano Baptista, curador del Biometrics HITech, el principal evento del sector en Brasil, que va por su tercera edición este año. “La biometría experimentó un salto tecnológico importante en la década de 1990 y empezó a popularizarse en el mundo a partir de la década de 2000. Se la utiliza cada vez más para identificar personas, para aumentar la seguridad de los datos y las transacciones y para eliminar procesos burocráticos y evitar defraudaciones.”
La mayoría de los sistemas han sido creados y los fabrican grandes multinacionales como la japonesa NEC, la francesa Morpho, la alemana Dermalog y la estadounidense Cogent, pero otros fueron proyectados por empresas y centros de investigación brasileños. “En Brasil, alrededor de una docena de empresas desarrollan tecnologías biométricas”, destaca Carlos Alberto Collodoro, cofundador de la Biometrics HITech. Las tecnologías desarrolladas en Brasil corresponden en gran medida a programas que se emplean en el procesamiento y la autenticación de los rasgos biométricos de los individuos. Una de las principales empresas de desarrollo existentes en el país es Griaule, una compañía de base tecnológica creada en 2002 en la incubadora de empresas de la Universidad de Campinas (Unicamp), en el interior paulista, con el apoyo del Programa Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe) de la FAPESP.
Una de las más recientes tecnologías que la empresa ha desarrollado es el módulo Agincourt Baby, destinado a la identificación de recién nacidos. “Como aún existen casos de robos y cambios de bebés en las maternidades, desarrollamos un registro biométrico de la palma de la mano y del rostro de recién nacidos para aumentar la seguridad”, comenta Karina Gomide, gerente de Proyectos de Griaule. “Al asociar las biometrías del niño y de su madre, garantizamos que el bebé que se les entrega a los padres a la salida del hospital no ha sido cambiado.”
Para digitalizar la palma de la mano del niño, el módulo de Griaule se vale de un escáner genérico existente en el mercado; la propia maternidad puede comprarlo. “Optamos por la mano porque la información de referente a las huellas digitales de los bebés es insuficiente. Como la piel de los recién nacidos es muy fina, cuanto mayor es el área de captura, mejor. Asimismo, la captación de las impresiones dactilares resulta difícil porque los niños están siempre con las manos cerradas, lo que dificulta la digitalización de cada uno de los 10 deditos”, explica Gomide. El registro se realiza con los datos biográficos del recién nacido, con su foto y con las impresiones dactilares de la madre.
Esta tecnología, sometida actualmente a pruebas a cargo de posibles clientes, tardó 18 meses para estar lista e integrarse a la plataforma Griaule Biometrics Suite (GBS), un conjunto de aplicaciones de identificación biométrica que la empresa desarrolló. “Se encuentran en trámite en el Congreso Nacional y en las legislaturas de los estados más de diez proyectos de ley que vuelven obligatoria la identificación biométrica de los recién nacidos. Cuando se aprueben esas leyes, nuestro sistema ayudará a ponerlas en práctica”, adelanta la gerente de Proyectos, quien destaca que la tecnología también puede ser útil para la identificación de niños desaparecidos.
La empresa Akiyamak, del estado de Paraná, también desarrolló una solución innovadora, que combina hardware y software para efectuar el registro de la impresión digital y plantar de los recién nacidos en el acto de su nacimiento, dentro de la sala de parto. El sistema denominado Natus forma parte de un convenio de cooperación técnica con las secretarías de salud de los estados y de Seguridad Pública del estado de Pernambuco, y con el Instituto de Identificación Tavares Buril de la ciudad de Recife, capital de dicho estado, para registrar a los recién nascidos en maternidades públicas pernambucanas.
Un voto más seguro
La biometría también está implementándose en forma conectada con las urnas electrónicas. Griaule suministra el sistema de identificación biométrica que utiliza por el Tribunal Superior Electoral (TSE) en las elecciones nacionales de Brasil. Datos de dicho organismo muestran que 50,4 millones de electores ya cuentan con registro biométrico, el equivalente al 34% del total. La meta del Tribunal consiste en que todos los brasileños aptos para votar se encuentren registrados en 2022. La biometría se puso a prueba por primera vez en la contienda municipal de 2012 en los municipios de São João Batista (Santa Catarina), Fátima do Sul (Mato Grosso do Sul) y Colorado do Oeste (Rondônia). Los buenos resultados de esa experiencia llevaron a la Justicia Electoral a programar la universalización de la identificación biométrica.
“Con la implementación de la tecnología, el proceso de votación se volvió más seguro y menos sujeto a fraudes”, afirma Alexandre Creto, gerente de Productos de Griaule. Creto explica que las urnas sólo quedan habilitadas para la votación cuando el lector biométrico identifica las huellas dactilares del elector. “Griaule desarrolló el software que certifica y gestiona el banco de datos biométricos del TSE. Nuestro programa asegura que cada elector esté registrado una sola vez”. Esta tecnología aún se encuentra restringida a Brasil porque en otros países no existen elecciones totalmente digitales. “Éste es un caso en el cual Brasil vive una realidad adelantada con respecto a otros países. Pretendemos exportar este sistema cuando esta forma de votar se vuelva más común en el mundo”, sostiene Creto. La empresa exporta otros sistemas de identificación a más de 70 países, tales como Estados Unidos, Israel, Argentina, México y la India.
Akiyama es otra participante en el proyecto de registro biométrico de los electores. La empresa le vendió a la Justicia Electoral los kits biométricos que se emplean para la recolección de huellas dactilares y la actualización del registro de electores. Dichos kits están compuestos por impresoras digitales, registros faciales y firmas. La empresa desarrolló la mayoría de estos aparatos que se componen de hardware y software. Algunos dispositivos son importados, como el lector de impresiones dactilares.
Esos lectores también se emplean en diversas aplicaciones, como en la autenticación de los usuarios de bancos. El segmento de biometría bancaria en Brasil ha crecido mucho y en la actualidad alrededor de 90 mil cajeros automáticos (el 70% del total de unidades instaladas en el país) poseen sensores biométricos. De dicho total, alrededor de 60 mil cajeros automáticos cuentan con la tecnología de imágenes multiespectrales Lumidigm, de la multinacional estadounidense HID Biometrics.
Los sensores con imagen multiespectral visualizan tanto la impresión dactilar superficial de la piel como una capa interna, más profunda, irrigada por vasos sanguíneos. Con la detección del “dedo vivo”, esta tecnología incrementa notoriamente la precisión de la identificación de dedos falsos, ya sean elaborados de látex, goma, plastilina o gelatina. De acuerdo con Phil Scarfo, vicepresidente global de ventas y marketing de HID Biometrics, existen más de 100 modos de intentar fraguar la impresión dactilar de una persona, pero siempre se basan en la capa externa de la piel.
El tipo de tecnología implementada depende de la necesidad y del costo. En los bancos y en los controles fronterizos, por ejemplo, se requiere contar con detalles más precisos y una mayor rapidez. “Son sistemas generalmente de más fácil utilización y más eficientes para señalar errores. En esos casos, son más caros. En tanto, en edificios y en gimnasios es posible emplear sistemas mucho más baratos, aunque la respuesta de la identificación puede ser más lenta y facilitar el surgimiento de errores cuando se trata de personas que no están acostumbradas a este tipo de biometría”, explica Luciano, de Biometrics HITech. En el recabado de datos digitales, otra práctica de seguridad de la información es la criptografía embebida, que permite la protección de punta a punta del sistema.
Reconocimiento facial
La biometría también está empleándose en el control de fronteras en Brasil. Catorce aeropuertos brasileños cuentan desde 2016 con la solución Neoface, de la japonesa NEC, que permite el reconocimiento facial de los pasajeros que embarcan o desembarcan en vuelos internacionales. Este sistema, que identifica a las personas por sus rasgos faciales, fue adquirido por la Secretaría de Ingresos Federales [Receita Federal] y se utiliza para identificar a los prófugos de la policía, sospechosos de contrabando y narcotraficantes, entre otros delincuentes. Las imágenes captadas por las cámaras instaladas en los aeropuertos se cruzan con las de los bancos de datos de la Secretaría tributaria, de la Policía Federal y de la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin). Un aspecto del Neoface, también en operación en otros países, consiste en que es capaz de reconocer a las personas aun con pequeños cambios en su fisonomía, tales como la barba crecida o un nuevo corte de pelo.
La policía también emplea soluciones de reconocimiento facial en el monitoreo de ambientes tales como estadios de fútbol, y en el control de ingreso a lugares públicos y privados. Un estudio de la Asociación Nacional de Empresas de Transportes Urbanos (NTU) muestra que al menos 18 ciudades brasileñas, entre ellas Porto Alegre, Fortaleza y Manaos, utilizan actualmente herramientas de identificación facial en el control de pasajeros en los autobuses urbanos. Esto se hace a los efectos de verificar el uso de boletos o tarjetas de portadores de algún beneficio, tales como estudiantes y ancianos, por parte de personas no autorizadas.
Algunos sistemas de biometría facial han sido desarrollados por empresas brasileñas. Éste es el caso del “IVision”, de la startup paulista FullFace Biometric Solutions. “Una diferencia de nuestro algoritmo consiste en que no necesita almacenar la imagen facial del usuario en el banco de datos. Esa imagen se convierte en un código numérico”, dice el ingeniero Danny Kabiljo, uno de los socios de la empresa. Kabiljo explica que con base en las medidas y en las proporciones del rostro, el sistema analiza 1.024 puntos faciales y genera un código único, que viene a ser como el CPF facial de dicho individuo. Esta identificación pasa a un banco de datos y puede accederse a la misma en el sitio o en forma remota. El desarrollo del software de gestión de los datos estuvo a cargo de FullFace. La captación de la imagen facial puede realizarse con una simple cámara web de computadora o de celular.
“La precisión de nuestra tecnología llega al 99%, y puede diferenciar a gemelos idénticos en 0,05 décimas de segundo”, afirma Kabiljo. “Una de las ventajas de esta tecnología, si se la compara con los sistemas convencionales, consiste en que requiere de un banco de datos menor, porque el almacenamiento de cifras requiere a su vez menos espacio que el de imágenes. Asimismo, nuestra solución es más segura, pues si el sistema es invadido o robado, la identidad de los usuarios queda preservada, porque no guardamos imágenes de rostros”. El sistema de FullFace se utiliza actualmente en una agencia de marketing de São Paulo, en el Cubo Coworking, un espacio creado por el Banco Itaú y el fondo de inversión Redpoint eVentures, para controlar el ingreso del personal y de los visitantes.
Una voz única
La Fundação Centro de Pesquisa e Desarrollo en Telecomunicaçoes (CPqD), una institución independiente con sede en Campinas, enfocada en la innovación con base en las tecnologías de la información y la comunicación (TICs), también proyectó una solución de biometría facial. La misma, denominada CPqD Smart Authentication, tiene como particularidad su integración a un sistema de reconocimiento de voz. “El objetivo consiste en verificar si una persona es ella misma mediante atributos únicos de su voz y de su rostro”, afirma Luciano Lemos, gerente de Producto del CPqD.
La biometría de voz se emplea fundamentalmente en los procesos de autenticación de clientes para el acceso o la autorización de transacciones en e-commerce e e-banking, y en la identificación de consumidores en llamados a call centers. Y se usa también en las operaciones tendientes a la obtención de nuevas claves, cuando los clientes de bancos, de tarjetas de crédito y de sistemas de medicina prepaga, entre otros usuarios de sistemas corporativos, deben cambiar sus claves de acceso a los servicios.
“Siempre que una persona se olvida de su clave de acceso a la computadora o al sistema de la empresa, se excede en cantidad de tentativas o desea registrar una nueva clave, se la somete a un proceso de obtención lento”, informa Lemos. Según sostiene el gerente de la empresa, esta operación también reviste un alto potencial de estafa, debido a la facilidad de apropiación de la clave por otra persona.
Una de las ventajas de la biometría por voz consiste en que puede ejecutársela por teléfono, Skype, aplicación de celular u ordenador. Otra es la agilidad que les imprime a los procesos de identificación. “Mediante el proceso normal, un usuario tarda alrededor de un minuto y medio para identificarse con quien lo atiende desde una central. Mediante la biometría de voz, este proceso es automático y ese tiempo se reduce a 20 ó 30 segundos”, dice Alexandre Winetzki, presidente de Woopi, el brazo de investigación y desarrollo de Stefanini, multinacional brasileña del sector de Tecnología de la Información. Woopi importa a Brasil la solución biométrica de voz de Nuance, líder estadounidense en sistemas de reconocimiento y procesamiento por voz, con más de 50 millones de usuarios en el mundo.
Winetzki explica que en los procesos de validación de la autenticación de la voz, la misma se descompone como si fuese una firma. “Más de 20 elementos del habla, entre ellos la potencia, la velocidad, el encadenamiento de las oraciones y el formato de algunas vocales, tales como la ‘a’ y la ‘o’, son analizados para asegurar la autenticidad del usuario”, aclara. Como la voz cambia en el transcurso del tempo, en cada contacto el sistema va actualizando las características vocales del usuario. De esta forma, se protege contra estafas e impide que imitadores logren hacerse pasar por otras personas o que utilicen grabaciones de la voz original. “Es una tecnología reciente y relativamente cara todavía. Se necesitan más de 100 mil usuarios para justificar su uso”, comenta Winetzki.
Proyecto
Mejora de la calidad del reconocimiento y de la disponibilidad (speedcluster) del Griaule Afis (nº 03/07972-6); Modalidad Ayuda a la Investigación – Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe); Investigador responsable Iron Calil Daher (Griaule); Inversión R$ 352.605,89