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Necrológicas

El economista narrador de historias

Con una trayectoria internacional, Mauro Boianovsky estudió las contribuciones de autores de distintas épocas y vertientes

Secom UnBBoianovsky en la UnB, fotografía sin fechaSecom UnB

En la clase magna que impartió en diciembre de 2020, en el marco de una reunión de la Asociación Nacional de Centros de Posgrado en Economía (Anpec), Mauro Boianovsky dijo que entendía a la economía como una ciencia transnacional que, como tantas otras, trasciende las fronteras. El economista, fallecido en Brasilia el 21 de febrero, aplicó esta noción al pie de la letra en su vida académica. “Se movía como ‘pez en el agua’ en la escena internacional, tanto por su participación en grandes asociaciones como por publicar en las mejores revistas de nuestro campo”, subraya Mauricio Chalfin Coutinho, del Instituto de Economía de la Universidad de Campinas (Unicamp).

Boianovsky ganó notoriedad a nivel mundial en la historia del pensamiento económico, una rama de la economía que trata sobre las concepciones de los teóricos y su génesis, profundizando en aspectos tales como el contexto vital de los autores, sus interlocutores e influencias, así como la forma en que sus propuestas cobraron repercusión. Entre 2016 y 2017 fue el presidente de History of Economics Society (HES), la asociación más antigua del mundo en el área, siendo el primer latinoamericano en ocupar este cargo.

Nacido en Porto Alegre, el 12 de abril de 1959, Boianovsky se graduó en Economía en la Universidad de Brasilia (UnB), en 1979. En 1984 comenzó a dar clases en la Universidad Federal Fluminense (UFF) y simultáneamente inició el máster en la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-RJ), que concluyó en 1989. Entre 1990 y 1996, cursó el doctorado en la Universidad de Cambridge (Reino Unido). Como docente, en 1996 se trasladó a la UnB, donde en 2005 se convirtió en profesor titular.

Sus investigaciones de maestría y doctorado se centraron en la obra del economista sueco Knut Wicksell (1851-1926), pionero de la teoría monetaria que indagó en temas como los precios y las tasas de interés, además de los ciclos económicos. A partir de entonces, Boianovsky se interesó por varios otros autores, con predilección por la historia de la macroeconomía y del desarrollo económico. “Con el cambio de siglo, cuando en Brasil prácticamente solo se pensaba en los clásicos y se debatían por enésima vez las ideas de Adam Smith [1723-1790], Boianovsky fue uno de los académicos que prestaron atención a la historia de la producción económica contemporánea de autores como el estadounidense Robert Lucas [1937-2023]. También empezó a discutir la génesis de las teorías del crecimiento. Esto ha tenido un gran impacto en nuestra área”, dice el economista Ramón García Fernández, de la Universidad Federal del ABC (UFABC).

En los últimos 15 años, Boianovsky profundizó en nombres del escenario latinoamericano, en particular el economista brasileño Celso Furtado (1920-2004).

La obra académica de Boianovsky abarca libros como Transforming modern macroeconomics – Exploring disequilibrium microfoundations, 1956-2003 (Cambridge University Press, 2013), en coautoría con el economista británico Roger Backhouse, de la Universidad de Birmingham (Reino Unido). En 2014, el título fue elegido como la mejor obra del año por la European Society for the History of Economic Thought (Eshet).

El economista publicó más de 80 artículos, en su mayoría en revistas científica extranjeras. Tres de ellos han ganado el premio Haralambos Simeonides, de la Anpec, en 1996, 1998 y 2011. “Sus primeros trabajos eran difíciles de leer, por su estilo sumamente técnico, pero en los últimos años su léxico se suavizó, incrementándose su número de lectores”, dice Ana Maria Bianchi, profesora jubilada de la Facultad de Economía, Contabilidad y Actuaría de la Universidad de São Paulo (FEA-USP).

A pesar de que viajaba constantemente para asistir a eventos académicos, no era afecto a los viajes en avión. En 1996 había perdido a su padre, el médico David Boianovsky, en un accidente aéreo en São Paulo. El economista falleció a los 64 años, víctima de un cáncer hepático. Deja a su compañera, Ana Cristina, y sus hijos Daniel e Ilana, además de su nieta Isabela.

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