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Buenas prácticas

El impacto de la mala conducta académica en la política alemana

La mala conducta académica se ha convertido en un tema político sensible en Alemania, el país de la Unión Europea que ostenta el mayor porcentaje de miembros de su Parlamento con título de doctorado: el 17 % del total. Los casos de plagio en las tesis han motivado la renuncia de al menos tres miembros del gabinete durante los 16 años de gobierno de la canciller alemana Angela Merkel. El ejemplo más reciente es el de la ministra de Familia, Tercera Edad, Mujeres y Juventud, Franciska Giffey, quien dimitió de su cargo el 19 de mayo, desgastada por un largo escándalo relacionado con su trayectoria académica. En 2019, ella fue amonestada por la Universidad Libre de Berlín, después de que una investigación descubriera que había plagiado tramos de su tesis doctoral en ciencia política, defendida en 2010. En su momento, la universidad optó por validar su título alegando que los segmentos copiados no incidían en la originalidad del trabajo. Pero tras haber recibido críticas por esa decisión, la institución reabrió el caso y en el mes de junio concluyó una nueva investigación. Antes de que se hiciera público el dictamen que revocaba su doctorado, Giffey, de 43 años, decidió renunciar al ministerio. “Sigo afirmando que redacté mi trabajo de la mejor manera posible. Lamento haber cometido errores”, dijo, a la vez que mantiene su candidatura a la alcaldía de Berlín por el Partido Socialdemócrata para las elecciones que se realizarán en septiembre.

La reapertura del caso de Giffey fue impulsada por una campaña de la plataforma colaborativa VroniPlag Wiki, que ya ha rastreado casi 200 tesis doctorales en Alemania en busca de casos de plagio y ha denunciado a varios políticos. En 2011, cuando se la creó, la iniciativa provocó la caída del ministro de Defensa Karl-Theodor zu Guttenberg, cuya tesis en derecho constitucional, defendida en la Universidad de Bayreuth en 1999, contenía ocho tramos copiados de otras obras sin atribución de fuentes. Guttenberg perdió el cargo y su doctorado.

Gracias al trabajo de la plataforma, en 2011 se les revocó el título a al menos siete parlamentarios. En la tesis doctoral de uno de ellos, Georgios Chatzimarkakis, presentada en el año 2000 en la Universidad de Bonn, el 71 % de las páginas contenía algún segmento copiado. Pero también hay casos de políticos que han logrado eludir las denuncias, como el de la actual presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. La plataforma constató en 2016, cuando Leyen era ministra de Defensa, que el 12 % de las páginas de su tesis doctoral, defendida en la Escuela de Medicina de Hannover, contenía tramos plagiados. La institución resolvió desestimar la revocación de su título, alegando que el plagio no fue intencional.

Asimismo, la ministra de Educación, Annette Schavan, renunció al cargo en 2013, cuando se descubrió que su tesis en filosofía defendida en 1980 en la Universidad Heinrich Heine de Dusseldorf, incluía tramos plagiados. El hecho de que ella había escrito su trabajo, cuyo título principal era “Carácter y consciencia”, en una época en que el debate sobre la mala conducta aún era incipiente, no sirvió como atenuante.

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