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OBITUARIO

El pensador de la biodiversidad

El zoólogo Paulo Vanzolini fue uno de los mentores de la FAPESP, el autor de una teoría sobre el origen de las especies en América del Sur y un ícono del samba paulista

Vanzolini en 2012

LÉO RAMOSVanzolini en 2012LÉO RAMOS

“Reverencio a la naturaleza. Y tuve una carrera gratificante. Puedo decir que soy un investigador completamente realizado”, le comentó el biólogo paulista Paulo Emílio Vanzolini en 2010 a Pesquisa FAPESP al presentar su libro Evolução ao nível de espécie – Répteis da América do Sul. Con 704 páginas, ese libro compila los 47 principales artículos científicos de Vanzolini, publicados entre 1945 y 2004, que contribuyeron a ampliar el campo de acción de la zoología brasileña, hasta mediados del siglo XX focalizada en la descripción aislada de especies y, a partir de los trabajos de Vanzolini, reorientada hacia la búsqueda de los mecanismos de desarrollo de nuevas especies, analizadas desde un punto de vista biológico, evolutivo y ambiental.

Vanzolini, quien falleció a causa de una neumonía el pasado 28 de abril, cinco días después de cumplir 89 años, también componía sambas, su segunda pasión, después de la zoología. Más allá de componer –su mayor éxito es Ronda, de 1951–, a veces incluso subía al escenario. Una de sus últimas presentaciones fue en la chopería del Servicio Social del Comercio del barrio de Pompeia, el Sesc Pompeia de São Paulo, en enero de 2012: su esposa, la cantante Ana Bernardo, interpretaba sus composiciones mientras él aguardaba sentado en una mesa, para después contar historias de su vida. En otra canción, Quando eu for, eu vou sem pena, grabada por Chico Buarque, Vanzoline dice:

Lo que yo hice es muy poco
Pero es mío y se va conmigo
Dejo muchos enemigos
Porque siempre fui derecho
Abrigué en este pecho
Muchas cabezas llorando
Morena mía hasta cuando
Tú de mí vas a acordarte

A pesar de su modestia, lo que hizo no fue poco, y perdurará, porque Vanzolini abrió caminos no sólo en la biología, sino también en la estructuración de la ciencia brasileña. “Vanzolini participó en el movimiento de docentes e investigadores que propusieron la creación de la FAPESP y, durante la gobernación de Carvalho Pinto, contribuyó en forma fundamental para la estructuración de la institución y en la concepción del modelo de organización vigente en la Fundación hasta los días actuales”, afirmó Celso Lafer, presidente de la FAPESP. “Lamento profundamente su muerte. Vanzolini era alguien por quien sentía gran admiración”.

Vanzolini participó en las primeras reuniones destinadas la creación de la FAPESP inmediatamente después de la Constitución de 1947, que autorizó a instituir una fundación de apoyo a la investigación científica en São Paulo. Él fue quien, en 1960, redactó la ley de fundación y los estatutos de la FAPESP. Junto a Antonio Barros de Ulhôa Cintra, rector de la USP y presidente del Consejo Superior de la Fundación que se instauraba, Vanzolini participó en la elección de los primeros directores, de los asesores. Él fue “una de las fuerzas de cohesión de la FAPESP”, escribió la historiadora de la ciencia Amélia Império Hamburger, en el libro FAPESP 40 anos: abrindo fronteiras.

Vanzolini fue miembro del Consejo Superior en tres períodos (de 1961 a 1967, de 1977 a 1979 y de 1986 a 1993). Cuando Oscar Sala, director científico entre 1969 y 1975, y presidente del Consejo Superior entre 1985 y 1993 viajaba, era él quien asumía el análisis y seguimiento de las solicitudes de financiación para investigaciones o de becas. “…resulta muy difícil ser el segundo y yo lo hacía, de buen grado”, comentó en declaraciones a Amélia Hamburger. “Cuando Oscar viajaba y yo asumía, no tomaba decisiones según mi criterio, sino con el de él, conocía los puntos en que no coincidíamos y decidía tal como creía que lo haría él”.

Como director del Museo de Zoología de la USP entre 1962 y 1993, amplió la colección con poco más de mil ejemplares catalogados hasta los más de 300 mil actuales. Él mismo dactilografiaba rótulos y fichas de identificación de los animales guardados, recuerda Miguel Trefaut Rodrigues, biólogo que realizó su doctorado bajo la tutela de Vanzolini, y luego fue contratado como profesor de la USP, convirtiéndose en uno de los mayores herpetólogos (experto en reptiles) del país, junto al propio Vanzolini. Después, Rodrigues lo sucedió en la dirección del museo, que actualmente cuenta con una de las mayores y más importantes colecciones zoológicas neotropicales.

Un ejemplar de Anolis chrysolepis, en el cual se basó para formular la teoría de los refugios

Dibujo extraído del artículo “Vanzolini y Williams” Un ejemplar de Anolis chrysolepis, en el cual se basó para formular la teoría de los refugiosDibujo extraído del artículo “Vanzolini y Williams”

Entre la guerra y la bohemia
Vanzolini oía hablar de la USP y escuchaba música desde pequeño: su padre era un ingeniero civil electricista y docente de la Escuela Politécnica de la USP y su madre y su tía, músicas. Se interesó por el estudio de los reptiles a los 10 años, al visitar el Instituto Butantan, y a los 14 era pasante del Instituto Biológico. Durante la Segunda Guerra Mundial, mientras estudiaba medicina en la USP, se alistó como voluntario en la Fuerza Expedicionaria Brasileña para combatir en Italia, pero la guerra terminó antes que él embarcase. Como prefería estudiar a los animales antes que tratar con gente, cuando finalizó la carrera de medicina, en 1947, Vanzolini se embarcó para ir a realizar el doctorado en la Universidad Harvard, en Boston, Estados Unidos, y seguir escuchando buena música, en esta ocasión en los bares estadounidenses.

Vanzolini fue uno de los primeros biólogos paulistas en realizar un estudio amplio de la biodiversidad de la Amazonia ‒un proyecto pionero apoyado por la FAPESP en 1966, en colaboración con investigadores de Manaos, de Belém y de Estados Unidos‒, y poco después recorrió todo el país y el continente americano, desde Estados Unidos hasta Argentina. “Siempre trabajé en la misma línea de investigación, intentando explicar cómo habría surgido la gran diversidad de la fauna sudamericana”, comentó en 2010. Su trabajo de campo le permitió postular nuevas formas de explicar la biodiversidad de las selvas tropicales tales como la Amazonia y el bosque atlántico.

Durante mucho tiempo se creyó que, en esos ambientes, la elevado cantidad de especies de plantas y de animales sería el resultado de extensos períodos de estabilidad climática y geológica, que habrían favorecido el cruzamiento y la reproducción. Al final de la década de 1960, Vanzolini rescató conceptos que inicialmente se habían empleado para explicar la diferenciación de las aves en Europa para plantear la teoría de los refugios, propuesta en forma simultánea e independiente por el biólogo alemán Jurgen Haffer. Según esta interpretación, elaborada en forma conjunta con el geógrafo brasileño Aziz Ab’Saber, América del Sur habría atravesado ciclos de variaciones climáticas intensas durante los últimos 1.600.000 años, y cuando se enfriaba demasiado, tal como ocurriera entre 18 mil y 14 mil años atrás, las selvas tropicales perdían espacio y se encogían, formando nichos geográficos, los refugios, que habrían garantizado la supervivencia de especies menos habituadas al frío. Vanzolini sostenía que las especies se formaban y se diversificaban como consecuencia del establecimiento de esas islas y del aislamiento geográfico de los seres que las habitaban, y no como corolario de una evolución lenta y permanente, tal como se creía anteriormente. Es probable que en estas regiones hayan acaecido tres procesos: la formación de nuevas especies, la extinción de ciertas especies y la adaptación de otras, que habrían sorteado las alteraciones en el ecosistema sin cambios genéticos importantes.

Vanzolini en uno de sus viajes por la región norte

Archivo familiarVanzolini en uno de sus viajes por la región norteArchivo familiar

Vanzolini afirmó en 2012 que no elaboró ninguna teoría: “Tan sólo era un trabajo con una especie animal. Lo que hice finalmente fue establecer un ejemplo práctico de aquello que Haffer había propuesto desde un punto de vista teórico. No es más que un modelo [conceptual], que puede replicarse, incluso para otras regiones”. En 1970, un año después que la revista Science publicara el artículo de Haffer postulando la teoría, Vanzolini y el investigador estadounidense Ernest Williams publicaron un estudio con alrededor de 300 páginas sobre el surgimiento de una especie de lagarto del género Anolis, y en ningún momento utilizaron la expresión teoría de los refugios, actualmente adoptada por los biólogos para explicar la riqueza biológica en las selvas tropicales de Brasil.

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