Imprimir Republish

Arqueología

Encuentran en Marruecos al ejemplar más antiguo de Homo sapiens, con una edad de 300 mil años

El sitio arqueológico de Jebel Irhoud aportó huesos de cinco humanos modernos que fueron datados

Shannon McPherron/ MPI EVA Leipzig

Si alguien pudiera entrar en una máquina del tiempo para retroceder 300 mil años en el tiempo a la región de Jebel Irhoud, actualmente parte de Marruecos, tal vez se topara con personas con un rostro bastante similar al de los seres humanos actuales. La diferencia más específica estaría en el perfil, que revelaría un cráneo más bajo y alargado. Las características físicas de esos Homo sapiens y la época en que vivieron constituyen la clave de dos artículos publicados en forma simultánea (Nature, 6 de junio). En los trabajos, los científicos revelan que la datación de los huesos de tres adultos, un adolescente y un niño de 8 años de edad, así como la de los utensilios asociados a éstos, indican que el hombre moderno habría estado presente en el norte de África al menos 100 mil años antes de lo que se pensaba. Hasta ahora, los tres conjuntos de fósiles más antiguos de H. sapiens eran oriundos del este del África subsahariana. El más antiguo de ellos, hallado en el sitio arqueológico de Omo kibish, en Etiopía, tenía una edad máxima de 195 mil años (vea el mapa). Las consecuencias del nuevo hallazgo para la comprensión de la evolución humana son grandes. “Fue una gran sorpresa, dijo el paleoantropólogo francés Jean-Jacques Hublin, del Instituto Max Planck para la Evolución Antropológica, en Alemania, autor principal del trabajo con fósiles humanos, en el marco de una rueda de prensa. “El material de Jebel Irhoud era mucho más antiguo que cualquier otra cosa relativa a nuestra especie en África”. Uno de los aspectos sorprendentes de esos fósiles de H. sapiens es la disparidad entre las partes de su cráneo, que el autor francés describió como una inusitada combinación de rasgos muy evolucionados (el rostro y la dentadura) y arcaicos (la forma de la cavidad craneal). “Se trata de un retrato mucho más complejo de la evolución de nuestra especie, con porciones de la anatomía humana evolucionando a distintos índices”, explicó. Por ende, el formato del cerebro habría sufrido alteraciones a lo largo de la evolución más reciente de los humanos modernos, tornándose más globular y con cambios en sus proporciones. El cerebelo, por ejemplo, habría aumentado de tamaño.

Republicar