Los médicos, enfermeros, choferes de ambulancias y agentes sanitarios se encuentran sometidos a un intenso estrés emocional debido al contacto con pacientes con covid-19, que se traduce en insomnio, ansiedad, depresión, irritabilidad y temor a contagiarse o transmitir el nuevo coronavirus a sus familiares. Los equipos de expertos en salud mental de diversas universidades que advirtieron estas alteraciones también han implementado acciones tendientes a mitigar esos efectos de la pandemia. Según informan el Consejo Federal de Enfermería y el Ministerio de Salud de Brasil, hasta finales de julio habían muerto en el país unos 310 enfermeros y 113 médicos a causa del covid-19.
“Los supervisores de equipos y colegas deben mantenerse alertas para identificar los síntomas cuando sus compañeros están al borde del agotamiento emocional”, sugiere la psiquiatra Ana Bresser Tokeshi, tutora de la residencia en psiquiatría del Centro de Atención Integral a la Salud Mental (Caism) de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp), quien junto a Amanda Steil, médica residente en emergencias médicas del Hospital São Paulo (HSP), ligado también a la Unifesp, coordinó una investigación online con médicos residentes de todo el país. El estudio recabó 3.067 respuestas, lo que equivale al 8% de los médicos noveles en Brasil. Los análisis preliminares apuntan una tasa de depresión de un 67% y de ansiedad de un 52%, en el contexto de la pandemia, superiores al 20% y el 40% registrados, respectivamente, en estudios previos efectuados en Brasil. “Cuanto menor es el respaldo de los supervisores, mayor es el riesgo de padecer ansiedad y depresión”, concluyó Tokeshi.
En el mes de mayo, el único servicio nacional dirigido a los profesionales de la salud que albergaban dudas al respecto del covid-19, la línea de atención telefónica 0800-644-6543 del MS incorporó el TelePsiCovid-19, un servicio de atención psicológica y psiquiátrica coordinado por el Hospital de Clínicas de Porto Alegre. Luego de una selección, cualquier persona con síntomas leves de ansiedad, depresión o irritabilidad recibe una evaluación vía correo electrónico y luego mantiene una charla con un psicólogo. Aquellos que presentan síntomas más notorios tienen cuatro consultas de una hora de psicoterapia online. Los servicios psicoterapéuticos adoptan uno de tres abordajes distintos: cognitivo-conductual, interpersonal o telepsicoeducación, para ayudarlos a solucionar los problemas. “Las estrategias deberían funcionar, pero queremos evaluar científicamente cuál es la más eficiente para estas situaciones”, comenta el psiquiatra y coordinador del programa Giovanni Salum, de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRGS).
De las 300 personas atendidas hasta mediados de julio, había 30 cuyos casos revestían mayor gravedad. Entre ellas, los psiquiatras identificaron a tres con ideas suicidas que fueron derivadas a los servicios de salud de sus ciudades de residencia para que fueran atendidas con urgencia. El equipo del TelePsiCovid-19 está integrado por 34 personas que están preparadas para atender a por los menos 10 mil empleados del SUS de sus 3,5 millones, un millón de los cuales trabajan directamente con el covid-19.
“La mayoría de los profesionales de la salud no busca ayuda de manera espontánea, principalmente los médicos”, reconoce el psiquiatra Eurípedes Constantino Miguel, de la Universidad de São Paulo (USP). Él es el coordinador del COMVC-19, un programa de atención psicológica y psiquiátrica destinado a los alrededor de 20 mil empleados del Hospital de Clínicas de la Facultad de Medicina de la USP. Hasta el 5 de julio, 345 personas, después del chequeo inicial, fueron derivadas a sesiones de psicoterapia. De ese total, 142 manifestaron que se sentían “nerviosos, ansiosos o muy tensos” y 98 dijeron “no sentirse capaces de impedir o controlar las preocupaciones”, según consta en el cuestionario inicial de evaluación; 108 eran enfermeros y técnicos, 82 pertenecían al sector administrativo, 76 eran médicos y 79 de otras categorías. El programa, presentado en la edición de junio de la revista médica Clinics, ofrece videos sobre teoría y metodología para los profesionales del área de salud mental, y videos motivacionales para quienes atienden a pacientes con covid-19.
En la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto de la USP, las psicólogas Flavia de Lima Osório y Sonia Regina Loureiro coordinaron una investigación online de vasto alcance que recopiló mil respuestas hasta comienzos de julio. Más de la mitad (el 56%) de los participantes informó que sentían que la gente, en general, evitaba el contacto con ellos a causa de su trabajo con pacientes con covid-19 y un 16% habían pensado regularmente en renunciar a sus empleos.
Los amedrentados y los valientes
“Veo a todo el mundo estresado, corriendo todo el día para salvar la vida de los pacientes”, dice la psiquiatra Vanessa de Albuquerque Cítero, coordinadora del servicio de salud mental del HSP. Junto a su equipo, ella redobló la atención a los cuerpos médicos de las UTI y consultorios que atienden pacientes con covid-19 y arribó a la conclusión de que la depresión y el miedo, fundamentalmente entre los médicos residentes, puede expresarse a través del pesimismo, o lo contrario, por la displicencia en cuanto a los protocolos de seguridad contra el virus, como si quisieran contagiarse pronto para librarse de la angustia recurrente. “Esas son formas de defensa emocional exacerbada para no ceder o salir inmediatamente del padecimiento emocional”, dice. Cuando lo considera necesario, ella recomienda la psicoterapia.
“Un mes después del comienzo de la pandemia, empecé a atender residentes contagiados de covid-19 que manifestaban angustia ante la posibilidad de muerte y por no tener contacto con sus familiares”, relata la psicóloga Daniela Betinassi Parro-Pires, coordinadora del Núcleo de Asistencia e Investigación en Residencia (Napreme) de la Unifesp.
En mayo, el psiquiatra Marcelo Feijó de Mello y su equipo enviaron correos electrónicos y divulgaron carteles animando a los equipos del HSP a consultar a los servicios en línea de atención psicológica y psiquiátrica del programa que él coordina en el Caism de la Unifesp. Hasta mediados de julio recibieron 96 pedidos de ayuda. “La mayoría de los casos eran de estrés agudo, ansiedad e insomnio, los cuales mejoraron bastante luego de tres sesiones de atención, pero todos sentían temor por ver a la gente muriendo sin poder hacer gran cosa”, comenta.
La pandemia profundizo el desgaste físico, emocional y profesional de auxiliares y técnicos de enfermería y enfermeros. Esa es la conclusión a la que arribó en julio Maria do Perpétuo Socorro de Sousa Nóbrega, de la Escuela de Enfermería de la USP, al completar el análisis de las respuestas de 719 profesionales del área que participaron en una investigación nacional online. Entre ellos, un 78,6% no había recibido ningún apoyo psicológico de la institución en la cual trabajaban, un 74,9% percibía de 1 a 3 sueldos mínimos, el 70,9% conocía a alguien con covid-19 y el 29,6% tenía algún familiar o amigo fallecido a causa de esta enfermedad. Del total de los que respondieron al cuestionario, el 38,2% reportó síntomas de depresión, un 32,2% ansiedad y un 7,7% de pánico; luego del comienzo de la pandemia, un 7,8% inició una terapia psicológica y un 5,4%, psiquiátrica. Los profesionales de esa área que enfermaban de covid-19 manifestaron sentirse culpables por no poder seguir ayudando a sus colegas que permanecían trabajando en los hospitales.
Artículo científico
FUKUTI, P. et al. How institutions can protect the mental health and psychosocial well-being of their healthcare workers in the current covid-19 pandemic. Clinics. v. 75, e1963. 3 jun. 2020.