Imprimir Republish

Buenas prácticas

Harvard aparta del cargo a un antropólogo por acoso sexual

La Universidad Harvard dispuso licenciar con goce de sueldo a uno de sus más eminentes profesores de antropología, el experto en cultura andina Gary Urton, de 71 años de edad, mientras investiga las denuncias por acoso sexual que presentaron exalumnas. El escándalo estalló el 30 de mayo, cuando el periódico estudiantil The Harvard Crimson, en su edición digital, publicó el testimonio de una exalumna de Harvard. La mujer, cuyo nombre no fue revelado, manifestó haber contactado a Urton para pedirle una carta de recomendación. Él la invitó a encontrarse en un hotel cercano a la universidad y, según su relato, se emborracharon y mantuvieron relaciones sexuales. Entre 2011 y 2013 sostuvieron una relación consensuada que ella calificó como “muy traumática”.

En 2016, la exalumna se presentó en la dirección de la universidad y lo denunció por acoso, pero el caso no generó repercusiones. Sucede que, hasta 2015, Harvard no prohibía formalmente que los docentes se relacionaran sexualmente con los alumnos. El Harvard Crimson tuvo acceso a esa denuncia al investigar un caso paralelo: una demanda entablada contra Harvard por la antropóloga forense Kimberly Theidon. Ella acusa al Departamento de Antropología de la universidad de persecución, por haberla despedido al final del período de prueba como investigadora. Según Theidon, el motivo de su cesantía sería la ayuda que ella les brindaba a las alumnas que padecieron acoso sexual en el departamento. Para corroborar su versión, le mostró al Tribunal de Justicia el testimonio de una exalumna a la que había auxiliado, la del informe sobre Gary Urton, que ahora salió a la luz.

Su difusión fue el detonante para que otras mujeres también denunciaran al investigador. Una de ellas, la antropóloga Jade Guedes, publicó en su cuenta en Twitter una copia de un correo electrónico que le envió Urton en junio de 2012, cuando ella era alumna de doctorado en Harvard y él era el jefe del departamento. El investigador le sugirió que se encontraran para discutir su proyecto. Guedes, quien entonces tenía 32 años, aceptó. Y leugo recibió un e-mail más explícito: “Quisiera saber si estarías interesada en algo más íntimo. ¿Qué tal si reservo un cuarto en un hotel, tomamos una botella de vino y pasamos una tarde entre charlas y exploraciones? Espero que esto no te resulte chocante o perturbador”. En ese entonces, la alumna se limitó a rechazar el ofrecimiento, pero ahora resolvió presentar una denuncia formal, al enterarse que otras también habían sido acosadas. El profesor Urton dice sentirse agraviado. “Me gustaría responder a las falsas denuncias que están circulando y destruyendo mi reputación, pero me aconsejaron no hacerlo por ahora. Espero que un día pueda tener la posibilidad de limpiar mi nombre”, dijo en un comunicado. Pero admitió haberle enviado ese correo electrónico a Guedes y le pidió disculpas por su comportamiento.

Republicar