Creado en julio de 2018, el International Science Council (ISC) es una organización no gubernamental con sede en París, Francia, que nació de la fusión entre un consejo orientado a las ciencias naturales, el International Council for Science (ICSU), y otro dedicado a las ciencias sociales, el International Social Science Council (ISSC). En una entrevista a Pesquisa FAPESP, la CEO del ISC, la sudafricana Heide Hackmann, doctora en ciencia y tecnología por la Universidad de Twente, en Holanda, comenta que la unión de las dos organizaciones apunta a fomentar investigaciones transdisciplinarias en áreas tales como el desarrollo sostenible y las tecnologías digitales, además de ampliar la articulación entre el conocimiento científico y la formulación de políticas públicas. Hackmann estuvo en São Paulo en mayo para participar de la reunión del Global Research Council (GRC), un encuentro anual de agencias de fomento de todo el mundo.
¿Por qué se han fusionado los dos consejos?
El ICSU existía desde 1931. El ISSC, desde 1952. Al unir las culturas de las ciencias naturales y sociales, el nuevo consejo pretende incentivar la búsqueda de soluciones integradas e innovadoras para los desafíos globales. También pretendemos actuar como voceros de la ciencia en el mundo. Representamos a cerca de 40 asociaciones científicas internacionales, además de 140 organizaciones nacionales, incluidos sindicatos, consejos académicos y de investigación. En Brasil, la Academia Brasileña de Ciencias [ABC] y la Asociación Nacional de Posgrado e Investigación en Ciencias Sociales [Anpocs] forman parte de nuestra red. La socióloga política Elisa Reis, profesora titular de la Universidad Federal de Río de Janeiro, es vicepresidenta del consejo.
¿Cuál es la importancia del desarrollo de investigaciones integradas?
Los desafíos de asegurar el desarrollo sostenible y erradicar la pobreza, por ejemplo, no se pueden superar mediante una disciplina científica aisladamente. Es menester buscar respuestas que se basen en el conocimiento integrado para resolver problemas como el hambre, las desigualdades sociales y el cambio climático. El ISC pretende promover el diálogo interdisciplinario entre las ciencias en los tres niveles: global, nacional y regional. La cooperación será más efectiva a medida que se amplíe la articulación con formuladores de políticas públicas, tomadores de decisión y líderes empresariales.
¿Cuáles son los desafíos metodológicos y prácticos del nuevo consejo?
El ISC reúne a las ciencias naturales y sociales en la misma esfera institucional, pero todavía es un desafío crear oportunidades concretas para que esas áreas actúen conjuntamente en la resolución de problemas. Para los tres próximos años, hemos establecido áreas prioritarias en las que deseamos causar impacto global. Una de ellas se refiere a los 17 objetivos de desarrollo sostenible del planeta, definidos por la Organización de las Naciones Unidas [ONU] para que se alcancen hasta el año 2030. El rol del conocimiento científico es el de encontrar caminos que aseguren el uso sostenible e igualitario de los recursos naturales. Otra área concierne a las tecnologías digitales, que están revolucionando los medios por los cuales la información y el conocimiento son adquiridos, almacenados, comunicados y utilizados. Tenemos que entender las oportunidades y los desafíos que han surgido con la llamada revolución digital. Pretendemos, además, crear iniciativas internacionales para fomentar estudios transdisciplinarios. Contamos con un programa de cinco años de duración para apoyar la producción de investigaciones sobre sostenibilidad global desarrolladas por científicos en inicio de carrera en África.
¿El ISC pretende participar del proceso de formulación de políticas públicas?
Pretendemos ampliar la articulación entre la producción científica y la elaboración de políticas públicas, por medio de la creación de estructuras institucionales que permitan compartir conocimiento y neutralizar la diseminación de la desinformación. Nuestros miembros se vinculan en todo el mundo para asegurar la presencia de la ciencia en los debates políticos en torno, por ejemplo, al Acuerdo de París, firmado por 195 países con el propósito de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Producimos informes para la ONU que sirven de base para algunos de sus programas, entre ellos los que promueven acciones para reducir los riesgos de desastres naturales y socio-ambientales. Copatrocinamos iniciativas internacionales como la red International Network for Government Science Advice [INGSA], que conecta a cerca de 5 mil investigadores comprometidos con crear y compartir propuestas de políticas públicas elaboradas con base en evidencias científicas. El INGSA es una plataforma colaborativa para el intercambio de políticas, la capacitación y la investigación entre organizaciones de asesoría científica.
Respecto a la libertad científica, ¿cómo será la actuación del ISC?
Se apunta a salvaguardar la libertad y promover la responsabilidad científica, el rigor y la relevancia de las investigaciones también constituyen prioridades del consejo. Queremos mostrar que el avance de la ciencia es un bien público en cualquier país. Para ello, tenemos un comité que trabaja para garantizar la libertad de ir y venir, de asociación, de expresión y de comunicación entre los científicos.
¿Qué retos vislumbra para la ciencia en Brasil?
Recibimos con preocupación las declaraciones provenientes del Ministerio de Educación sobre la propuesta de retirar la financiación para la enseñanza de filosofía y sociología en las universidades públicas. Una eventual interrupción de los recursos para esas áreas afectaría la red interdisciplinaria de ideas críticas que circulan entre investigadores en diferentes partes del mundo. Las innovaciones oriundas de estudios de filosofía y sociología son fundamentales para resolver los problemas enfrentados por la sociedad, además de proporcionar una diversidad de ideas y habilidades importantes para el desarrollo nacional y la competitividad económica. El ISC pretende actuar, por intermedio de sus miembros, toda vez que el ejercicio de la ciencia se vea amenazado.