Paleontólogos de la Universidad de São Paulo (USP) en su campus de Ribeirão Preto identificaron a la mayor y más antigua de las serpientes ciegas, una especie de hábitos subterráneos y ojos diminutos. El fósil de esta nueva especie, bautizada con el nombre científico de Boipeba tayasuensis, fue hallado en el municipio de Taiaçu, en la zona norte del estado de São Paulo, perteneció a un ejemplar que vivió hace 87,8 millones de años y medía aproximadamente 1 metro de largo, el triple que las serpientes ciegas actuales (iScience, 19 de noviembre). “La descripción de esta nueva especie sugiere que estos ofidios habrían afrontado un proceso evolutivo de miniaturización posterior”, comenta la paleontóloga Annie Schmaltz Hsiou, de la USP y coordinadora del estudio. En lengua tupí-guaraní, el término boipeba significa serpiente aplanada, en referencia a su vértebra (el único fragmento óseo del ejemplar hallado), que presenta esa característica. En tanto, el vocablo tayasuensis, alude al sitio en el cual se halló el fósil en 2009, en las proximidades de Monte Alto, un municipio conocido por su abundancia en fósiles de dinosaurios y cocodrilos. Hasta la fecha en que lo encontraron, los registros fósiles más antiguos de serpientes del grupo de los escolefídios (Scolecophidia), que incluye a las serpientes ciegas, habían sido hallados en África y en Europa, y databan de hace 56 millones de años.
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