En los últimos 30 años, la calidad de la dieta de los brasileños parece haber empeorado y eso ha generado efectos nocivos para el medio ambiente. Con base en cinco ediciones de la Encuesta de Presupuestos Familiares que realiza el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), investigadores de la Universidad de São Paulo (USP), junto a colaboradores de Inglaterra delinearon los cambios en la alimentación y el impacto ambiental asociado al consumo de cada mil kilocalorías (kcal) de la dieta. Para generar cada mil kcal consumidas por los brasileños en 2017/18, se emitieron más gases de efecto invernadero (un 21 %), se empleó más agua (un 22 %) y además, se utilizó una superficie mayor (un 17 %) que en 1987/88 (Lancet Planetary Health, noviembre). En la dieta del período estudiado, el porcentaje de alimentos no procesados o mínimamente procesados se redujo de un 52 % a un 42 % y, los ultraprocesados (galletas, embutidos y refrescos) aumentaron de un 10 % a un 23 %. El impacto ambiental relacionado con el consumo de mil kcal del primer tipo de alimentos no registró variaciones, mientras que la emisión de gases de efecto invernadero asociada al consumo de los del segundo ítem se incrementó en un 245 %, el uso de agua, en un 233 %, y la superficie necesaria para la producción, en un 49 %.
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