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Política C&T

La rentable genética del papel

Empresas de papel y celulosa patrocinan el proyecto del genoma del eucalipto

VOTORANTIM CELULOSE E PAPELEl proyecto identificará 15 mil genes de hojas, flores y madera para descifrar problemas y seleccionar plantinesVOTORANTIM CELULOSE E PAPEL

Las industrias de papel, celulosa y productos forestales apuestan en la genómica funcional para aumentar la productividad de los bosques de eucalipto, reducir costos de producción y reforzar su competitividad en el mercado brasileño e internacional. Un consorcio formado por Votorantim Celulose e Papel (VCP), Ripasa Celulose e Papel, Suzano de Papel e Celulose y Duratex, está participando en el proyecto ForESTs (Eucalyptus Genome Sequencing Project Consortium), de secuenciamiento del genoma de árboles de eucalipto, que está siendo realizado por el Proyecto Genoma Agronómico y Ambiental (Agronomical and Environmental Genome – AEG), de la FAPESP.

Este es el primer proyecto Genoma financiado en el marco del proyecto Asociación para la Innovación Tecnológica (PITE). La expectativa es que el análisis funcional de los genes de la madera, raíces, hojas y flores permita descifrar el origen de problemas que comprometen el desarrollo de la planta y propicien la selección de los mejores plantines.

“En la primera fase del programa, vamos a producir 100 mil secuencias (ESTs) para encontrar, de mínima, 15 mil genes”, afirma Helaine Carrer, del departamento de Ciencias Biológicas de la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz (Esalq), de la Universidad de São Paulo (USP), coordinadora del proyecto. En la segunda fase, la investigación va a identificar los diferentes genes expresados en las diversas partes del árbol, por medio de la utilización de la técnica de microarrays, que permite la asociación de esos genes con determinadas características biológicas del árbol. El objetivo será identificar su resistencia a diferentes enfermedades, tolerancia al estrés, calidad de la madera y otras características agronómicas. El proyecto prevé también el desarrollo de un sistema de análisis de datos para la selección de los mejores clones de eucalipto.

Las investigaciones avanzan a ritmo acelerado: en menos de dos meses ya han sido depositadas en la bioinformática del proyecto 35 mil secuencias y se han obtenido cerca de 10 mil genes. “La primera fase estará concluida en febrero, cuando iniciaremos el análisis funcional”, prevé Helaine. Pero el interés práctico de los socios reside en la segunda fase. “Los resultados tendrán un fuerte impacto en la productividad forestal y en la producción de celulosa. Podremos utilizar las informaciones como un marcador para a selección de nuevos materiales genéticos”, vaticina Celina Ferraz do Valle, responsable por el proyecto en VCP.

En esta primera fase, el costo del secuenciamiento de los genes – presupuestados en 530 mil dólares – es financiado por la FAPESP. Las empresas participan con otros 500 mil reales, utilizados para pagarle al personal vinculado a los 20 laboratorios que integran la red AEG. En la segunda fase, las empresas se preparan para invertir alrededor de 1,2 millones de reales en el análisis funcional de los genes. “Se trata de un proyecto de riesgo, pero tenemos confianza en el equipo y buscamos una herramienta que posibilite la mejora asistida y la selección precoz de los plantines, a través del biochip“, afirma Raul Chaves, de Duratex, empresa que tiene 70 mil hectáreas de bosques de pinos y eucaliptos para la producción de planchas para la industria del mueble y de laminados.

Ventaja competitiva
El eucalipto, perfectamente adaptado a las condiciones climáticas de Brasil, es el árbol preferido de las industrias de pulpa, papel y celulosa desde la década del 40. Actualmente, los bosques de eucalipto cubren alrededor de 3 millones de hectáreas de territorio nacional. La industria forestal que utiliza el eucalipto como materia prima – pulpa, papel y celulosa – representa en torno a un 4% del Producto Bruto Interno y un 8% de las exportaciones, y emplea a cerca de 150 mil personas. La inversión de las empresas en investigación elevó la productividad media anual de los árboles de 12 metros cúbicos por hectárea en la década del 70 a cerca de 40 metros cúbicos por hectárea en los años 90.

“Sin esa ganancia de productividad, necesitaríamos de un área una vez y media mayor para obtener los mismos resultados”, afirma Luiz Cornacchioni, gerente de planeamiento de Suzano, cuyos bosques de eucalipto suman 86 mil hectáreas. Los mejoramientos clásicos le garantizaron a Brasil la condición de mayor productor mundial de celulosa de fibra corta, producida a partir del eucalipto. Desde ahora, y hasta el año 2005, la industria de papel, celulosa y productos forestales tiene planes para invertir la significativa suma de 6.600 millones de dólares para consolidar el mercado.

Pero el incremento de la productividad obtenido hasta ahora ha sido el resultado de inversiones en mejoras genéticas clásicas, que tienen un ritmo similar al del crecimiento del árbol. “Todo lo que cosechamos hoy es el resultado de investigaciones realizadas hace diez años, y de siete años de trabajo operativo”, observa José Maria de Arruda Mendes Filho, gerente general de VCP. La lentitud puede comprometer las ventajas competitivas acumuladas en las dos últimas décadas, ya que los países asiáticos, que han adoptado programas fiscales agresivos de incentivo a las plantaciones de eucalipto, pueden ganar la delantera. “Necesitamos hallar nuevas tecnologías y apostar a aquello que es de punta. La genómica es una caja negra, pero somos curiosos y pagamos por ver”, afirma el gerente general de VCP.

Una asociación con futuro
Las empresas que integran el consorcio no tienen dudas acerca de que la biología molecular puede ser una excelente herramienta para acelerar este proceso y avanzar en la conquista de nuevos mercados. “Estos resultados nos permitirán aumentar la producción en los bosques y en la industria, con incrementos de productividad en la confección de celulosa y papel”, dice Izabel Menezes de Bulhões Gomes, responsable por el área de Tecnología y Desarrollo de Ripasa, empresa que registra 71,2 mil hectáreas de bosques, siendo de éstas, 56,2 mil hectáreas de eucalipto y 15 mil hectáreas de preservación permanente.

Proyecto similares, para el secuenciamiento de ESTs de árboles tales como el Pino y el Bircg, están siendo desarrollados en Estados Unidos y en países europeos desde hace cerca de dos años. “Y no llegaron aún a las 50 mil secuencias”, revela Helaine. “Brasil podría llegar al frente en el análisisdel genoma funcional del árbol, ya que la estructura de investigación del proyecto Genoma armada por la FAPESP es única: está compuesta por 20 laboratorios que trabajan en red y con eficiencia.”

En los últimos 30 años, la mayor parte de las investigaciones sobre el eucalipto fue desarrollada en el marco de un consorcio integrado por el Instituto de Investigación Forestal (Ipef) – que representa a las empresas – y el Departamento de Ciencias Forestales de la Esalq. Recientemente, con el desarrollo de las industrias y el crecimiento de la demanda por mejores materiales con características específicas de crecimiento, las empresas pasaron a invertir en sus propios programas de investigación -en muchos casos, con el apoyo de universidades e institutos de investigación-, o en colaboración con instituciones gubernamentales.

El consorcio estructurado para el secuenciamiento y el análisis funcional del genoma del eucalipto inaugura una nueva modalidad de asociación. Las empresas integrantes del consorcio no tienen dudas de que se trata de una asociación con futuro. “Estamos promoviendo la interacción entre dos comunidades: la comunidad científica y la comunidad industrial. Tenemos la materia prima y vamos a buscar las formas para perfeccionarla”, dice Mendes Filho, de Votorantim.

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