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Buenas prácticas

La resiliencia de un artículo tras su retractación

En 2005, la revista científica Chest, del Colegio Americano de Médicos del Tórax, publicó un artículo del cirujano Wataru Matsuyama, de la Universidad de Kagoshima (Japón), con los resultados de un ensayo clínico que señalaba los efectos positivos de la grasa poliinsaturada omega-3 en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Una investigación de la producción científica de Matsuyama dio lugar a la retractación de ese artículo en 2008 por falsificación de datos y otros 17 papers del autor también fueron cancelados en los últimos años por mala conducta. Durante los 12 años posteriores a la retracción, el artículo sobre el omega-3 sigue siendo citado en la literatura científica como si fuera válido.

En un informe publicado el 14 de octubre en la revista Scientometrics, investigadores de la Universidad de Illinois (EE. UU.) y de Adelaida (Australia) analizaron la trayectoria del manuscrito fraudulento. Hallaron 35 artículos con citas directas a ese trabajo entre 2010 y 2019, que no mencionan la retractación. Luego elaboraron un mapa de lo que ellos llamaron “citas de segunda generación”: menciones referentes a los efectos beneficiosos generados por el omega-3 en las enfermedades pulmonares que no aluden directamente al trabajo de Matsuyama, sino a los 35 papers que lo citaban explícitamente. Y detectaron 152 referencias en trabajos tales como artículos de revisión y guías nutricionales, entre otros. Si bien existía una advertencia explícita sobre la retractación en la copia archivada del paper en la revista Chest, el comunicado no fue reproducido en diversos bancos de datos que incluyen resúmenes del manuscrito fraudulento. “Aunque se limita a la evaluación de un solo caso, este trabajo demuestra de qué manera las investigaciones retractadas pueden seguir difundiéndose”, concluye el artículo de la revista Scientometrics.

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