El Trypanosoma cruzi, el protozoo causante del mal de Chagas, que se transmite a los seres humanos a través de las heces de un insecto, la vinchuca (Triatoma infestans), comienza a reproducirse tan pronto como ingresa al organismo. Las formas maduras del parásito (con flagelo) transportadas por la sangre, penetran en las células del corazón, del bazo y de los intestinos y se transforman en una versión (sin flagelo) capaz de multiplicarse. En cuestión de días, los nuevos protozoarios proliferan en el interior de las células, antes de estar preparados para salir al torrente sanguíneo e iniciar otras invasiones. Los detalles del ingreso en las células se conocían, pero se sabía poco al respecto de su salida. Con ayuda de microscopios, el biólogo Éden Ferreira, quien realiza una pasantía posdoctoral en el laboratorio del bioquímico Renato Mortara en la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp), documentó de qué manera el parásito retorna a la sangre. Al madurar, libera enzimas que digieren el citoesqueleto, la red de filamentos que da forma y soporte a la célula. En la fase final, con el citoesqueleto debilitado, el movimiento de los parásitos flagelados rompe la membrana celular en un proceso explosivo (mBio, 22 de junio).
Republicar