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Ecología

La vegetación costera: esponjas de carbono

The mangrove is one of the environments found in the village of Siribinha, in Conde, Bahia

Vanessa Hatje / UFBA El manglar es uno de los ambientes de la aldea de Siribinha, en el municipio de Conde (Bahía)Vanessa Hatje / UFBA 

Aunque no se las valora en toda su dimensión y a menudo sufren reducciones debido a la expansión urbana, las áreas ocupadas por ecosistemas con vegetación costera (manglares, praderas marinas y marismas) son importantes para el almacenamiento de carbono orgánico, también denominado carbono azul, que si se libera a la atmósfera contribuye al calentamiento global. Según un estudio coordinado por la oceanógrafa Vanessa Hatje, de la Universidad Federal de Bahía (Ufba), los ecosistemas costeros desde Guayana hasta Argentina, que ocupan una superficie aproximada de 15.000 kilómetros cuadrados, representan hasta un 4 % de las tasas anuales de secuestro de carbono a nivel mundial. Los manglares cubren la mayor parte de esta franja costera y representan entre el 70 % y el 80 % del carbono orgánico acumulado anualmente, absorbiendo entre 0,4 y 2,6 teragramos de carbono por año (1 teragramo equivale a 109 kilogramos), el doble que los demás tipos de ecosistemas costeros analizados. El equipo responsable de estos cálculos, también integrado por investigadores de las universidades federales de Rio Grande (Furg) y Juiz de Fora (UFJF), y de Nigeria, el Reino Unido, Australia y España, promueve la intensificación de los esfuerzos para la incorporación de los ambientes costeros a las estrategias de reducción de los efectos del cambio climático (Communications Earth & Environment, 8 de mayo).

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