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Medio AMBIENTE

Lagunas modeladas por el tiempo

Alteraciones climáticas ocurridas en los últimos 5.000 años colaboraron para delinear el paisaje de Nhecolândia, en el Pantanal brasileño

Vista aérea de las lagunas de Nhecolândia, en las adyacencias del río Negro

Lucas Leuzinger

Alrededor de 10 mil lagunas configuran un ambiente único y cautivante en el sur del bioma brasileño del Pantanal. Con formato circular o elíptico, las mismas poseen una profundidad promedio de 2 metros (m) y hasta 1.000 m de extensión. Se encuentran distribuidas en un área de 24 mil kilómetros cuadrados conocida con el nombre de Nhecolândia, cercano al municipio de Corumbá, en el estado de Mato Grosso do Sul. Existen otras regiones del globo, tales como Canadá y Finlandia, que ofrecen paisajes compuestos por múltiples lagunas. Sin embargo, ninguna ostenta características químicas y biológicas tan diversas como las de Nhecolândia. Allí, la mayoría de las lagunas son de agua dulce, abastecidas principalmente por agua de lluvia. Otras, de coloración negra o verdosa, son de aguas salinas y extremadamente alcalinas. Desde hace décadas, los geólogos intentan desentrañar cómo se formaron esas lagunas y de qué modo algunas se tornaron ricas en sales. Ahora, un grupo de científicos brasileños y estadounidenses coordinado por el geólogo Mario Assine, del Instituto de Geociencias y Ciencias Exactas de la Universidade Estadual Paulista (Unesp), campus de Rio Claro, parece haber hallado algunas respuestas al interrogante de los peculiares paisajes de Nhecolândia. En dos artículos que publicaron este año en las revistas Quaternary Research e Hydrobiologia, plantan que las lagunas de esa región habrían surgido hace unos 5.000 años y que algunas de ellas se tornaron salinas hace aproximadamente 900 años.

Assine y sus colaboradores estudian desde hace dos décadas las transformaciones que afrontaron los ambientes del Pantanal, el mayor humedal del planeta. En ese lapso, verificaron que las lagunas salinas de Nhecolândia, a diferencia de las de agua dulce, están rodeadas por cordones de arena de 3 a 5 m de altura cubiertos de una vegetación propia de la sabana. Esos inmensos bancos de arena, conocidos con el nombre de cordilleras, funcionan como barreras que impiden a las lagunas de agua salada conectarse con las de agua dulce durante las crecientes, así como su abastecimiento con las vertientes que drenan las aguas de lluvia. “En el verano, cuando la evaporación es más intensa y el nivel del agua disminuye, los iones de magnesio, potasio y calcio se concentran provocando que sus aguas se tornen aún más salinas y alcalinas”, explica el geólogo. Cuando vuelve a llover, las lagunas se alimentan entonces con el agua proveniente de la napa freática, que contiene más sales.

Lucas Leuzinger Durante la estación seca, el nivel del agua disminuye, exponiendo sedimentos ricos en materia orgánica (gris oscuro y negro)Lucas Leuzinger

En el transcurso de los últimos 70 años, se esbozaron muchas hipótesis en un intento por explicar la formación de los paisajes de Nhecolândia, llamada así en alusión a uno de los primeros propietarios de tierras en esa región, Nheco, mote con el que se lo conocía a Joaquim Eugênio Gomes da Silva (1856-1909). Una de dichas hipótesis sostenía que las lagunas de Nhecolândia surgieron a partir de depresiones formadas por la acumulación de granos de arena fina transportados por el viento en ciertos períodos secos del final del Pleistoceno, entre 20 mil y 15 mil años atrás. Otra propone que la formación de las lagunas se habría desencadenado al comienzo del Holoceno, hace unos 11 mil años, a partir de cambios bruscos y constantes en el curso de los ríos de la región, un fenómeno al que se conoce como avulsión fluvial. Según opina Assine, la acumulación de sedimentos más gruesos y pesados bloquea con frecuencia el cauce de los ríos, causando que sus aguas desborden las barrancas escurriendo por las áreas adyacentes. Con todo, a pesar de los estudios llevados a cabo en las últimas décadas, era difícil comprobar cuál de esas hipótesis era más consistente, dado que los estudios sobre la formación de las lagunas se basaban tan sólo en la interpretación de imágenes satelitales y de radar. Hacían falta datos que indicaran el origen de los sedimentos de las lagunas.

Años atrás, Assine y el geógrafo Renato Lada Guerreiro, por entonces alumno suyo de doctorado, resolvieron recabar muestras de sedimentos de tres lagunas salinas, que ellos denominaron salina da Ponta, salina Babaçu y salina Máscara, respectivamente, ubicadas en el norte de Nhecolândia. Entre marzo y noviembre de 2014 y en marzo de 2015, ellos recorrieron el Pantanal matogrosense del sur en tractores, vehículos adaptados para atravesar áreas inundadas y en pequeños aviones. Ingresaban al agua, con frecuencia a la vista de los yacarés que descansaban en las orillas y, valiéndose de una maza, clavaban un cilindro de aluminio de 1,70 m de largo en el fondo de la laguna. Al extraerlo, el cilindro venía cargado con una espesa capa de sedimento, un material que sirve para desentrañar la historia de la formación de esas lagunas.

Lucas Leuzinger Laguna salada Coração, en la finca Barranco Alto: sus aguas suelen alcanzar temperaturas de hasta 40 ºCLucas Leuzinger

Los sedimentos se acumulan en capas horizontales en el lecho de las lagunas, donde las superiores son más recientes, y las inferiores, más antiguas. Cada capa contiene registros (isotópicos, geoquímicos, sedimentarios o fósiles) de cómo era el ambiente cuando se depositaron. “A partir del análisis de esos sedimentos pueden estudiarse los cambios biogeoquímicos que sufrió el ambiente en el transcurso de miles de años”, explica Guerreiro, que hoy se desempeña como docente en el Instituto Federal de Educación, Ciencia y Tecnología de Paraná.

El estrato más profundo de los sedimentos estaba compuesto por arena fina, recubierto por una capa de lodo rica en materia orgánica, que contenía microfósiles de esqueletos de esponjas de agua dulce y paredes celulares de algas microscópicas que abundan, sobre todo, en agua salada. Esos dos grupos de organismos viven en ambientes muy específicos y sus ecologías son conocidas. En el laboratorio, los investigadores llevaron a cabo la caracterización geoquímica y granulométrica de los sedimentos e identificaron a los microfósiles. Recurrieron a una técnica denominada luminiscencia por estimulación óptica para efectuar la datación de los gránulos de arena. En tanto, las muestras con material orgánico, dispuestas en las capas más superficiales, fueron datadas valiéndose del método del carbono 14.

Los análisis revelaron que las capas profundas de los sedimentos estaban compuestas por una arena fina que comenzó a depositarse en la región de Nhecolândia hace alrededor de 11.500 años, durante la transición del Pleistoceno al Holoceno, un período predominantemente seco. Uno de los microfósiles de esqueletos de esponjas identificados por los científicos pertenece a la especie Heterorotula fistula, típica de aquellas lagunas efímeras de agua dulce expuestas a extensos períodos de sequía, similares a las que se hallaron en ambientes semiáridos del interior de Australia. La presencia de fósiles de esos microorganismos indica que las lagunas de agua salada de Nhecolândia se llenaban con agua dulce y estaban sometidas frecuentemente a períodos estacionales de sequía con gran variación del nivel de agua. “Por otro lado, en las capas superiores, las esponjas también eran de agua dulce, pero de especies típicas de condiciones estables, con escasa variación del nivel del agua, sugiriendo que se produjo una alteración en el patrón de lluvias durante el Holoceno Medio, hace aproximadamente unos 5 mil años”, explica Guerreiro.

A medida que fueron analizando las capas más superficiales de los sedimentos, verificaron una disminución significativa de las esponjas de agua dulce y un incremento pronunciado de fósiles de diatomeas, como consecuencia, posiblemente, de la transformación en un ecosistema con agua más salobre y alcalina. “La configuración del depósito y preservación de esas esponjas en los sedimentos funciona como un registro de las condiciones ambientales e hidrológicas y sugiere que se produjo una alteración en las características hidroquímicas de esas lagunas, las cuales se tornaron más saladas y alcalinas”, explica Guerreiro. Él opina que eso habría ocurrido hace alrededor de 900 años, cuando se produjo un incremento en las temperaturas y en la humedad del Pantanal.

Un período con clima húmedo que sobrevino hace 900 años tornó salinas a las lagunas de Nhecolândia

Las conclusiones presentadas en el estudio apuntan que ciertos cambios ambientales que se produjeron a lo largo del Holoceno parecen haber sido bastante más importantes de lo que se pensaba para la conformación de los paisajes de Nhecolândia. “Comprobamos que los indicadores de agua dulce en los sedimentos más remotos de las lagunas salinas datan de un período comprobadamente más seco del Pantanal, mientras que los registros sedimentarios salinos y alcalinos conservan las marcas de una etapa de clima húmedo en toda América del Sur, incluyendo al Pantanal”, destaca Guerreiro.

Proyecto
Alteraciones paleohidrológicas, cronología de eventos y dinámica sedimentaria del cuaternario en la Cuenca del Pantanal (nº 14/06889-2); Modalidad Apoyo a la investigación – Regular. Programa de Investigación sobre Cambios Climáticos Globales (PFPMCG); Investigador responsable Mario Luis Assine (Unesp); Inversión R$ 255.277,50

Artículos científicos
McGLUE, M. M. et al. Holocene stratigraphic evolution of saline lakes in Nhecolândia, southern Pantanal wetlands (Brazil). Quaternary Research. Online. ago. 2017.
GUERREIRO, R. et al. Paleoecology explains holocene chemical changes in lakes of the Nhecolândia (Pantanal-Brazil). Hydrobiologia. Online. 9 nov. 2017.

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