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GEOLOGÍA

Las lluvias, la erosión y la represas moldearon el río São Francisco en Brasil durante los últimos 90.000 años

Antes tortuoso y poco profundo, el apodado Velho Chico fue alineándose y ahondándose

Los cañones de Canindé do São Francisco, en el estado de Sergipe, uno de los panoramas que muestra el río abastecido principalmente por las aguas de las sierras de Minas Gerais

Carla Siqueira / Getty Images

El río São Francisco alguna vez fue bastante sinuoso, como así también más extenso y menos profundo: no se parecía para nada a los cañones de Xingó, que se formaron hace cientos de millones de años en la frontera entre los estados de Sergipe y Alagoas, donde sus aguas fluyen ahora entre paredones rocosos de hasta 50 metros (m) de altura.

En los últimos 90.000 años, en respuesta a las variaciones del régimen pluvial y de la vegetación de sus orillas, el formato del río popularmente conocido como Velho Chico cambió considerablemente. El río atraviesa 521 municipios y tiene una longitud de 2.863 kilómetros (km) desde su cabecera en Serra da Canastra, en Minas Gerais.

Cuando las lluvias eran abundantes, como lo fueron en el período comprendido hace entre 90.000 y 66.000 años, el río arrastraba grandes cantidades de sedimentos y excavaba el terreno. Si la cantidad de sedimentos aumentaba demasiado, el río depositaba arena en su lecho y en sus orillas, adquiriendo una forma entrelazada, con múltiples canales fluyendo simultáneamente. Con menos sedimentos y precipitaciones moderadas, formaba curvas amplias y sinuosas, llamadas meandros, hace entre 66.000 y 39.000 años y entre 19.000 y 9.000 años. Los ríos con meandros son comunes en los ambientes tropicales y subtropicales, como el Purús y el Yuruá (o Juruá, en su recorrido brasileño), en la Amazonia, los más sinuosos del mundo, y el Misisippi en Estados Unidos.

Su curso actual, unos 20 metros por debajo de la antigua posición, tomó forma hace unos 5.000 años, según el análisis de los sedimentos llevado a cabo por investigadores de la Universidad de São Paulo (USP), la Universidade Estadual Paulista (Unesp) y las universidades federales de São Paulo (Unifesp) y de Alagoas (Ufal).

La geóloga Patrícia Mescolotti subraya que la edad de 90.000 años es el límite del método utilizado para comprobar cuándo la luz del sol alumbró por última vez los cristales de cuarzo de la arena de sus márgenes antes de quedar cubiertos por sedimentos más recientes. “El río sería más antiguo, pero aún no hemos podido comprobarlo”, dice la investigadora, quien trabaja en la Universidad Federal de Mato Grosso do Sul (UFMS), en Campo Grande, desde mayo de 2022. Al describir las unidades geomorfológicas del río en un artículo publicado en enero de 2022 en la Revista Brasileira de Geomorfologia, los geólogos Landerlei Santos, de la Unesp, y Edgardo Latrubesse, de la Universidad Federal de Goiás (UFG), ya habían observado que algunos tramos de llanura podrían haberse formado al final del Pleistoceno, hace entre 10.000 y 82.000 años.

Durante su doctorado en la Unesp de Rio Claro, bajo la dirección del geólogo Mario Assine y del geógrafo de la Unifesp Fabiano Pupim, Mescolotti examinó los sedimentos recogidos en 51 puntos a lo largo de las orillas del río en Bahía y de las dunas del municipio de Xique-Xique, en Bahía (véase el recuadro). También estudió fotos aéreas e imágenes satelitales, que muestran el lecho antiguo del río – en forma de pequeñas herraduras, que se fueron perdiendo a medida que las aguas encontraron vías más fáciles donde fluir – y ayudaron a reconstruir las terrazas aluviales (antiguas llanuras de inundación o vegas), que se extendían más allá de las antiguas riberas de los ríos.

Alexandre Affonso / Revista Pesquisa FAPESP

“Pese a ser un río representativo del nordeste brasileño, el caudal del São Francisco parece estar controlado por el sistema monzónico de Sudamérica [que se caracteriza sus lluvias intensas en verano y escasas en invierno], que lleva la humedad de la Amazonia hacia el sudeste de Brasil”, comenta Pupim. A diferencia de otros grandes ríos, que se abastecen de afluentes a lo largo de todo su curso, el São Francisco recibe la mayor parte del agua en su tramo inicial, a través de afluentes como el río Das Velhas, el mayor de ellos, el Paracatú y el Urucuia. “Como viene ocurriendo desde hace miles de años, alrededor de dos tercios del agua del río siguen manando de la región de sus cabeceras, en Minas Gerais”. Hasta el municipio de Januária, en Minas Gerais, a menos de mil kilómetros de su cabecera, el río ya acumula casi el 70 % de su volumen, como se indica en un artículo publicado en abril de 2021 en la revista Quaternary Science Reviews.

Simultáneamente, el geólogo de la USP Cristiano Mazur Chiessi y su equipo examinaron el comportamiento de la cuenca del río São Francisco a través del análisis de las proporciones de dos formas distintas de hidrógeno y carbono en restos de árboles y gramíneas acumulados en sedimentos marinos recolectados en 2016 a 1.897 m de profundidad, a menos de 1 km de la desembocadura, en la frontera de Alagoas y Sergipe. Las conclusiones fueron similares a las del grupo de Pupim: “Las lluvias en la cuenca de drenaje del río São Francisco, principalmente en la cabecera y el curso medio, proceden en su mayoría de la Amazonia”, comenta Chiessi. “No hemos observado cambios significativos a largo plazo en la fuente de humedad”.

La distribución de las formas de hidrógeno y carbono indicó los períodos de mayor y menor pluviosidad en la cuenca del São Francisco. “Cuando la estación seca era más breve, los árboles ocupaban más espacio en el Cerrado [la sabana tropical brasileña] del tramo inicial de su cuenca. En épocas de estación seca larga, por el contrario, predominaban las gramíneas”, explica Jaqueline Quirino Ferreira, geóloga de la USP y autora principal de un artículo publicado en marzo de 2022 en la revista Quaternary Science Reviews, en donde se detallan los resultados.

Una peculiaridad del Velho Chico es que atraviesa tres ambientes naturales: el Bosque Atlántico, el Cerrado y la Caatinga [matorral xerófilo]. “Esto constituye una excepción, porque los ríos largos con una trayectoria aproximada norte-sur o sur-norte suelen atravesar más de un tipo de ambiente natural, como el Paraná, que cruza el Bosque Atlántico y el sur de Brasil y Argentina”, comenta el geólogo José Cândido Stevaux, actualmente en la Universidad Federal de Mato Grosso do Sul (UFMS), en Três Lagoas, quien colaboró con Mescolotti.

El São Francisco cuenta con uno de los mayores lagos artificiales del mundo, la represa de Sobradinho, de 4.214 km2, que abastece a la central del mismo nombre en el norte del estado de Bahía. Esta y las otras cuatro grandes usinas hidroeléctricas (Três Marias, Luís Gonzaga, Xingó y Paulo Afonso) modifican el ancho, la profundidad, la velocidad y el caudal del río y, en consecuencia, la vida de los habitantes de las poblaciones cercanas.

“Los efectos de las represas son más evidentes cerca de la desembocadura y especialmente en tres municipios del estado de Alagoas –Piranhas, Pão de Açúcar y Traipu– y uno de Sergipe: Propriá”, dice el geógrafo Genisson Panta, doctorando en la Universidad Federal de Pernambuco (UFPE) y docente de enseñanza media en una escuela pública estadual de Maceió [Alagoas]. A instancias de Stevaux, a quien conoció en un congreso celebrado en Fortaleza (Ceará), viene estudiando estos cambios desde 2019 y los presentó en un artículo publicado en enero en la revista Journal of South American Earth Sciences.

Walter Antonio do Livramento / Wikimedia CommonsEn Piranhas (Alagoas), el río perdió profundidad como respuesta al aumento del caudal provocado por la central hidro de XingóWalter Antonio do Livramento / Wikimedia Commons

Con base en investigaciones de campo y analizando datos de estaciones hidrométricas, que miden el caudal del río, concluyó que en Piranhas, la profundidad del río se redujo como respuesta al aumento del caudal provocado por la central hidroeléctrica de Xingó, situada en la frontera entre Alagoas y Sergipe, puesta en marcha en 1994. “Antes, había una capa de sedimentos en el fondo del río, que ajustaba la profundidad en función del aumento del caudal”, dice. Con la construcción de la represa, esa cubierta fue removida, las rocas del lecho quedaron al descubierto y el río solamente pudo hacer ajustes laterales, aumentando su ancho.

En el tramo comprendido entre Propriá, en Sergipe, y Porto Real do Colégio, en Alagoas, el río avanzó unos 250 metros sobre la orilla, entre 1969 y 2022. “Es una tasa de erosión muy alta, de unos 5 metros al año”, explica. Según él, la erosión no es continua, sino episódica: “Una sola crecida puede arrastrar toneladas de sedimentos”.

En Propriá, el caudal del río se ha mantenido, pero su anchura ha aumentado, de 600 a 720 metros tras la puesta en marcha de la represa de Xingó, en 1994, situada a 150 kilómetros del municipio. En Carinhanha, en la región sudoccidental de Bahía, fue la profundidad del río la que pasó de 2 m a 3 m tras la construcción de la represa de Três Marias, 700 km al sur, también concluida en 1994. “Los valores hallados son similares a los de otros sistemas fluviales tropicales, como el Tocantins-Araguaia y el Paraná”, dijo.

En Piaçabuçu, un municipio de Alagoas ubicado a 10 kilómetros de la desembocadura, una proporción inusual de adolescentes y adultos presentaba hipertensión, cuya causa se dilucidó en 2017: durante los períodos de sequía, el mar invadía el cauce del río y la gente consumía agua salobre sin tratar. “El mar avanza con más facilidad sobre la desembocadura porque, tras la construcción de las represas, el caudal del río se regula según la demanda de generación eléctrica”, dice Panta.

El río São Francisco, bautizado con su nombre actual en 1501 por el navegante italiano Américo Vespucio (1454-1512) y aún hoy escenario de espectáculos como la procesión en barcos, que tiene lugar a principios de enero en Penedo (Alagoas), sigue transformándose en función de la intervención de fuerzas tanto humanas como naturales. Uno de los grandes proyectos en marcha es la transposición de sus aguas, que comenzó en 2007 y se inauguró parcialmente en 2022, con la construcción de 700 kilómetros de canales de hormigón para abastecer a las plantaciones y a los habitantes del interior del nordeste brasileño.

“Para que esto funcione, hay que planificar bien cuánta agua extraer y cómo distribuirla, quizá evitando hacerlo en determinadas épocas del año para no perjudicar al río”, dice Stevaux. “Hay cientos de ríos en todo el mundo que han sido trasvasados. Los efectos de las represas son mucho peores”.

Dunas en movimiento

Patricia Colombo MescolottiAhora cortadas por ríos, las dunas de Xique-Xique cubrían antaño una superficie continuaPatricia Colombo Mescolotti

Con base en el análisis de granos de arena recolectados a profundidades de hasta 2 metros, se pudo establecer que las dunas de Xique-Xique, en Bahía, que hoy en día ocupan una superficie de 8.000 km2, comenzaron a formarse en épocas de clima seco, con las arenas que depositaba el río São Francisco,  hace al menos 150.000 años, tal como lo describe un artículo publicado en enero en la revista Geomorphology.

“En varios tramos, las dunas eran antes más extensas y formaban una única área, que hoy está cortada por los ríos que desembocan en el São Francisco”, explica Patricia Mescolotti, de la UFMS. A cada lado viven especies distintas de reptiles y mamíferos, que se han diferenciado a partir de una especie única.

Las dunas, de hasta 30 metros de altura, se desplazan no solo en función de la acumulación de arena del río, que las alimenta, sino también como consecuencia de la eliminación de la vegetación de las orillas de los ríos y la intensidad de las sequías, explican Santos y Latrubesse en un artículo publicado en noviembre de 2021 en la revista Geomorphology. Ellos han observado que las dunas migraron una media de 15 metros al año (m/a) entre 2002 y 2010 y 9,4 m/a entre 2000 y 2019.

Hace unos 15 años, la arena de las dunas de Geleia cubrió las calles y las casas de la aldea de Icatu, en el municipio de Barra, en Bahía, obligando a sus habitantes a trasladarse a las dunas ya asentadas.

Proyectos
1.
 Perspectivas pasadas sobre los umbrales críticos del sistema climático. La selva amazónica y la circulación de vuelco meridional del Atlántico (PPTEAM) (no 18/15123-4); Modalidad Ayuda de Investigación – Programa de Investigaciones sobre Cambios Climáticos Globales – Joven Investigador; Investigador responsable Cristiano Mazur Chiessi (USP); Inversión R$ 3.123.253,45.
2. Evaluación de los efectos de los cambios climáticos del pasado y del futuro en la biodiversidad amazónica (Clambio) (no 19/24349-9); Modalidad Ayuda de Investigación – Programa Biota; Investigador responsable Cristiano Mazur Chiessi (USP); Inversión R$ 230.317,74.

Artículos científicos
FERREIRA, J. Q. et al. Changes in obliquity drive tree cover shifts in eastern tropical South AmericaQuaternary Science Reviews. v. 279, 107402. 1° mar. 2022.
MESCOLOTTI, P. C. et alFluvial aggradation and incision in the Brazilian tropical semi-arid: Climate-controlled landscape evolution of the São Francisco riverQuaternary Science Reviews. v. 263, 106977. 1° jul. 2021.
MESCOLOTTI, P. C. et alThe largest Quaternary inland eolian system in Brazil: Eolian landforms and activation/stabilization phases of the Xique-Xique dune fieldGeomorphology. v. 420, 108516. 1° ene. 2023.
PANTA, G. et alMorphohydraulic of a dam-impacted large river: The São Francisco River, BrazilJournal of South American Earth Sciences. v. 121, 104167. ene. 2023.
SANTOS, L.A.; LATRUBESSE, E.M. Unidades geomorfológicas da planície aluvial do Médio Rio São Francisco, Nordeste do BrasilRevista Brasileira de Geomorfologia. v. 23, n. 1, p. 1097-115. 13 ene. 2022.
SANTOS, L.A.; LATRUBESSE, E.M. Aeolian mobility in the Middle São Francisco Dune Field, Northeast Brazil, as a response to Caatinga’s droughts and land-use changesGeomorphology. v. 393, 107940. 15 nov. 2021.

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