“‘¿Qué hora es?’, preguntó alguien. ‘Son las 6:40 p.m. [18:40]; ¿empezamos?’ Entonces las diez mujeres se acomodaron en semicírculo frente al altar, con Doña Creuza más cerca de este, junto a sus dos primas, cada una sosteniendo su cuaderno de oraciones entre las manos. Aunque casi todas se sabían la liturgia de memoria, eran las tres de adelante quienes dirigían la novena, que iniciaron al unísono haciendo la señal de la cruz. La novena finalizó con algunas oraciones breves, aplausos y ‘vivas’ al santo, al homenajeado y a los participantes. Poco a poco, los aplausos y vítores fueron transformándose en repiques de samba y la gente comenzó a entonar las canciones de San Cosme y San Roque”.
El relato anterior pertenece al etnomusicólogo estadounidense Michael Iyanaga y se incluye en recientemente publicado Alegria é devoção – Sambas, santos e novenas numa tradição afro-diaspórica da Bahia [Alegría y devoción. Sambas, santos y novenas tradicionales de la diáspora africana en Bahía]. El libro es una derivación que surge de su tesis doctoral, que el investigador defendió en 2013, en la Universidad de California en Los Ángeles (Ucla), y aborda la tradición doméstica de celebrar con cantos y samba a los santos de su devoción en la región de Recôncavo Baiano. En la obra, el autor discurre sobre el altar, la novena (que en este caso dura solamente una noche) y el samba de roda [de ronda], elementos presentes en este tipo de celebraciones caseras, como así también pone a disposición seis grabaciones de ceremonias, a las que es posible acceder a través de un código QR. “Estos rezos generalmente tienen lugar en la fecha consagrada al santo por la Iglesia Católica, o algún día cercano a ella, pero no se trata de una regla”, explica Iyanaga, actual docente de la Universidad Willian and Mary, en Virginia, Estados Unidos.
El profesor Iyanaga vino a Brasil por primera vez en 2002, y cuatro años después estudió en la Universidad Federal de Bahía (UFBA). Desde entonces, sus visitas al país “han sido recurrentes”, comenta. El investigador vivió en Bahía entre 2006 y 2007 y luego, entre 2012 y 2014, cuando también pasó una temporada en Recife (Pernambuco). En 2016 y 2017 trabajó como docente en la Universidad Federal de Recôncavo de Bahía (UFRB). “Actualmente paso casi la mitad del año en Bahía”, dice. Su interés por el objeto de estudio surgió por casualidad, en 2008, cuando participó en una ceremonia por invitación del grupo de samba de roda “Filhos de Nagô”, en la zona de Recôncavo Baiano. “La casa estaba llena de gente y había mucha música. Quedé fascinado e intrigado con aquella celebración. Así nació la investigación”, relata.
Uno de los hallazgos principales de su estudio, que se detalla en el libro, consiste en mostrar cómo esta tradición de inspiración católica y, en general, practicada por la población negra de Recôncavo Baiano, forma parte de la diáspora africana, es decir que llegó a este lugar con la inmigración transatlántica forzada de africanos producto de la trata de esclavizados entre los siglos XVI y XIX. Las investigaciones de campo desarrolladas por Iyanaga indican que, en Brasil, la contribución religiosa de los africanos esclavizados no se limita a prácticas como la veneración de los orishas. “Los rezos en el Recôncavo también forman parte del legado religioso africano en Brasil, porque parte de las raíces de este catolicismo están en África”, sostiene el investigador.
Mayara Ferrão
El argumento de Iyanaga se basa en estudios de historiadores estadounidenses como John Thornton y Cécile Fromont, quienes apuntan la existencia del catolicismo en África central desde finales del siglo XV. Es decir, antes de la llegada de los europeos al continente americano. Según esas investigaciones, el catolicismo entró oficialmente en el antiguo Congo, la región que hoy endía corresponde a la frontera entre el norte de Angola y la actual República Democrática del Congo, en 1491, cuando Nzinga a Nkuwu, quien por entonces era el monarca congoleño, aceptó bautizarse. Posteriormente, su hijo Mvemba a Nzinga, quien gobernó el Congo entre 1506 y 1545 con el nombre lusitano de Afonso I, no solamente respetó las celebraciones religiosas, sino que ordenó construir iglesias y fundar hermandades. “Como señalan Thornton y Fromont, en el transcurso del siglo XVI, el catolicismo empezó a influir en toda la sociedad del Congo y de los pueblos vecinos”, refiere Iyanaga. “Pero nunca logró imponerse por completo a las tradiciones del antiguo Congo y empezó a cobrar forma un nuevo catolicismo basado en componentes rituales, estéticos y cosmológicos provenientes de las tradiciones locales”.
Según el investigador, esto demuestra que el catolicismo ya tenía una presencia significativa en esa región de África cuando los pueblos locales empezaron a ser esclavizados y llevados en cantidades importantes a Brasil a partir de finales del siglo XVI. “Aproximadamente un 45 % del total de personas esclavizadas en el continente americano eran originarias de África central y hablaban la lengua bantú. El historiador James Sweet señala que más del 90 % de los llegados a Brasil hasta alrededor de 1680 procedían de esa región”, dice Iyanaga. “En otras palabras, una parte de los pueblos centroafricanos trajeron a Brasil lo que ya conocían y practicaban de su catolicismo congoleño”.
Un estudio localizó 11 grupos de samba formados exclusivamente por niños; muchos de ellos participaban en las rezas en sus casas
De acuerdo con Iyanaga, el samba, que tiene raíces centroafricanas, y sus antecedentes, como la umbigada [literalmente, ombligada, choque de vientres] y el batuque, se desarrollaron en Bahía junto con las devociones a los santos católicos. “En el siglo XVII, por ejemplo, el poeta bahiano Gregório de Matos [c. 1636-1696] escribe sobre una mujer mestiza que, mientras participa en una danza en la fiesta en honor de Nuestra Señora de Guadalupe en Bahía, realiza una serie de umbigadas”, dice el investigador.
Otro ejemplo de esta conexión entre el samba y el catolicismo, dice Iyanaga, es la carta enviada por la hermandad negra Gloriosa Senhora do Rosário da Cidade da Bahia a la reina Maria I (1734-1816) en 1786. Entre otras cosas, le solicitaban autorización para interpretar “danzas en el idioma de Angola”. “Aunque es difícil saber con precisión cuáles eran esas danzas, alrededor un siglo después, el viajero portugués Alfredo de Sarmento dejó constancia de que en Angola se practicaba una danza de ronda muy parecida al samba bahiano”, relata el etnomusicólogo.
Durante su investigación doctoral, entre 2008 y 2013, Iyanaga asistió a unas 40 ceremonias [rezas] en la zona de Recôncavo Baiano, especialmente en los municipios de Cachoeira y São Félix. “Cada ritual es diferente y los nombres también varían. Además de ‘rezas‘, pueden llamarse, por ejemplo, novenas, penitencias, sambas o carurus. Este último caso, hace referencia al caruru de quimbombó, un manjar bahiano que suele servirse a los invitados”, informa el investigador. Un aspecto común es el samba, que por lo general abre y cierra las ceremonias. “Se cree que cuanto más samba haya, más feliz se pondrá la gente, y esta felicidad colectiva acabará haciendo aún más feliz al santo”, explica Iyanaga.
Mayara Ferrão
Según el investigador, el samba no sólo está presente en las celebraciones religiosas que tienen lugar en el Recôncavo Baiano. Un ejemplo de ello es la fiesta de la Boa Morte e Glória [Buena Muerte y Gloria], que se celebra anualmente en la segunda quincena de agosto en la ciudad de Cachoeira. “El evento es promovido desde el siglo XIX por la hermandad de Nossa Senhora da Boa Morte, compuesta por mujeres, muchas de ellas ancianas, que practican el candomblé y el catolicismo”, informa la etnomusicóloga Francisca Helena Marques, docente de la UFRB y autora de una tesis doctoral sobre la fiesta, defendida en 2009 en la FFLCH-USP.
A lo largo de tres días, se llevan a cabo procesiones y banquetes públicos para conmemorar la asunción de Nuestra Señora al cielo. El final de la celebración está marcado por un samba, interpretado inicialmente en una plaza pública y después, de una manera más privada, en la sede de la hermandad. “En este ritual, el samba simboliza el paso de la muerte a la alegría de vivir. El samba es la libertad”, dice Marques, quien dirige el Laboratorio de Etnomusicología, Antropología y Audiovisual (Leaa/Recôncavo-UFRB), certificado por el Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq).
En 2019, el Leaa/Recôncavo-UFRB y la Asociación de Sambadores y Sambadoras del Estado de Bahía (Asseba) registraron un inventario de 121 grupos de samba de roda radicados no solo en el Recôncavo, sino también en el Área Metropolitana de Salvador y en Portal do Sertão, un territorio que abarca una superficie de casi 6.000 kilómetros cuadrados y que está formado por 17 municipios, entre ellos Feira de Santana. La investigación se llevó a cabo para revalidar el título concedido al samba de roda como Patrimonio Cultural e Inmaterial de Brasil, otorgado en octubre de 2004 por el Instituto del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (Iphan). Cabe recordar que en noviembre de 2005, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), declaró a esta manifestación como una Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. El trabajo del Leaa/Recôncavo-UFRB y Asseba, que contó con los propios sambadores y sambadoras como investigadores, generó un documental y un libro, publicados en 2021.
Según el guitarrista, profesor de biología y promotor de la lucha contra las enfermedades endémicas Alexnaldo dos Santos, presidente de Asseba, las ceremonias domésticas católicas impulsadas por el samba de roda han ido disminuyendo en el Recôncavo. “Todavía se realizan, pero con menos frecuencia que en el pasado. En los últimos 15 años, varios maestros y rezadeiras han fallecido. Eso por no hablar de que mucha gente se ha vuelto evangélica y ha dejado de celebrar a los santos de esta forma”, afirma el sambador de 47 años, quien empezó a asistir a las rezas en la casa de una tía cuando era niño. Pero hay esperanzas de que el ritual no desaparezca. “En nuestra investigación, encontramos 11 grupos de samba formados exclusivamente por niños y muchos de ellos participaban en las ruedas de oración hogareñas. Como yo lo veo, es una señal de que esta tradición no morirá, al menos no en el Recôncavo”, culmina diciendo.
Libros
IYANAGA, M. Alegria é devoção – Sambas, santos e novenas numa tradição afro-diaspórica da Bahia. Campinas: Editora da Unicamp, 2022.
MARQUES, F. H. (org.). Samba de roda, patrimônio da humanidade – 15 anos de salvaguarda e conquistas. Santo Amaro da Purificação: Asseba, 2021.