Imprimir Republish

TAPA

Los desafíos de la juventud brasileña

Para crecer, el país debe mejorar la educación y promover la inserción de los jóvenes en el mercado laboral

Lorena de Farias Gomes en la Escuela Técnica Estadual Guaracy Silveira de São Paulo: las personas de 15 a 29 años representan una cuarta parte de la población nacional

Léo Ramos Chaves / Revista Pesquisa FAPESP

Nunca como ahora hubo tantos jóvenes en Brasil. Entre 2003 y 2020, el país registró, en cifras absolutas, la mayor proporción de habitantes con edades entre 15 y 29 años. Según el Instituto Brasileño de Geografía y estadística (IBGE), hace dos años los individuos comprendidos en esa franja etaria eran el equivalente a la cuarta parte de la población nacional. Eso supone la mayor fuerza laboral de la historia del país y representaría un futuro prometedor para la economía nacional. Por otra parte, el porcentaje de jóvenes desempleados también fue récord en 2021: el 41,88 % de los jóvenes de 14 a 17 años y el 26,8 % de los que tienen entre 18 y 24 años. En lo referente a la educación, las cifras siguen siendo preocupantes: el acceso a la enseñanza media no se ha universalizado y, según los datos del IBGE, un 28,6 % de los adolescentes de entre 15 y 17 años está fuera de esta etapa educativa. ¿Cómo pueden superarse estos obstáculos? Investigaciones recientes apuntan caminos hacia la formulación de políticas públicas tendientes a mitigar este panorama, centradas en iniciativas para mejorar los planes de estudios de la enseñanza media e impulsar la inserción en el mercado laboral.

“A pesar de este pico demográfico, el número de jóvenes de 15 a 29 años en Brasil tiende a reducirse significativamente en los próximos 40 años, y caería a la mitad hacia finales de este siglo. El país tiene que aprovechar el volumen de su fuerza laboral actual para impulsar la economía”, opina el economista Marcelo Neri, de la Escuela Brasileña de Economía y Finanzas de la Fundación Getulio Vargas (EPGE-FGV), en un comentario sobre los resultados de la investigación realizada en 2021 para la plataforma de contenidos en internet Atlas das Juventudes. Al recordar que la juventud es una etapa de la vida repleta de nuevos retos, con el egreso de la escuela y, en muchos casos, la salida del ambiente familiar, Neri resalta que la generación actual se enfrenta a dificultades adicionales, y una de ellas está relacionada con el covid-19. Según él, desde la llegada de la pandemia al país, en marzo de 2020, la matrícula de los jóvenes de 15 a 29 años en la educación básica ha aumentado. “Pero esto se debe a que muchos perdieron sus empleos y decidieron volver a estudiar”, analiza. El economista también informa que, según datos del Ministerio de Educación (MEC) de Brasil, los índices de promoción de los estudiantes en las escuelas fueron altos en 2020 y 2021. Sin embargo, no considera que estos datos sean positivos, ya que las instituciones no estaban exigiendo notas mínimas, como así tampoco la presencia de los alumnos en las aulas. “Estas complejidades suponen un desafío extra para los responsables de diagramar las políticas públicas del país, quienes deben tener en cuenta el tamaño de la población joven y su importancia estratégica para darle prioridad a las disposiciones que impulsen el ingreso al mercado laboral, ya sea a través de empleos formales o mediante actividades emprendedoras”, advierte Neri.

Rodrigo Cunha

El apartamiento los jóvenes del mercado laboral representa un desafío crucial para el futuro del país, opina el economista Carlos Henrique Leite Corseuil, del Instituto de Investigación Económica Aplicada (Ipea, en portugués). Con base en las ediciones de la Encuesta Nacional por Muestreo Permanente de Hogares (Pnad Contínua, en portugués) del IBGE, el economista lleva 15 años desarrollando estudios sobre la coyuntura del mercado laboral, en colaboración con otros investigadores de la institución. Los datos registraron un aumento en las tasas de desocupación juvenil incluso antes de la pandemia, especialmente en 2015 y 2017. En el primer trimestre de 2013, el porcentaje de jóvenes desempleados que buscaban trabajo desde hacía al menos un año era de un 29,9%, y en 2019 era de un 38,8 %. “Los análisis ponen de manifiesto que los jóvenes permanecen más tiempo atrapados en esa situación”, relata.

Además, Leite Corseuil ha detectado que entre 2012 y 2018, el 53 % de los jóvenes de 15 a 29 años ingresó al mercado laboral en empleos precarios. “Un inicio de la vida profesional en el sector informal y experimentando situaciones de desempleo son eventos que pueden comprometer la trayectoria de un joven durante años”, reflexiona el economista. Entre los jóvenes desempleados, la parte capaz de trabajar pero que no busca empleo pasó de un 4,1 % en el primer trimestre de 2015, a un 10,8 % en el mismo período de 2017. “Parte de este panorama se debe a la recesión económica que atraviesa el país desde 2014, así como a las modificaciones en las leyes laborales puestas en práctica entre 2017 y 2018, que aumentaron el grado de flexibilización de los contratos de trabajo, facilitando la prestación de servicios por parte de terceros”, analiza, subrayando que la pandemia ha empeorado este panorama. Con el advenimiento de la crisis sanitaria, el porcentaje de jóvenes ocupados que en el primer trimestre de 2020 era de un 48,6 % se redujo al 41,4 % en el trimestre siguiente. “Se trata de una caída sin precedentes desde 2012, el período cubierto por la Pnad Contínua”.

Léo Ramos Chaves / Revista Pesquisa FAPESPJóvenes ejecutivos en el área metropolitana de São Paulo, que concentra una gran cantidad de empresas…Léo Ramos Chaves / Revista Pesquisa FAPESP

Cuando destaca que este escenario puede aliviarse con la puesta en marcha de políticas específicas para la juventud, Miguel Nathan Foguel, también economista del Ipea y docente de la Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-RJ), recuerda el lanzamiento de la Política Nacional de la Juventud, en 2005, un hito que dio origen a distintos programas destinados a aumentar la escolaridad e incentivar la reinserción escolar y el ingreso al mercado laboral. Según el Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Educativas (Inep), estas iniciativas se vieron reflejadas en la disminución a un 16,3 % del porcentaje de jóvenes de entre 15 y 17 años fuera de la escuela en 2011. En 2000, era de un 18,9 %. Además, en el mismo lapso de tiempo, la inclusión de la población de esa franja etaria en la enseñanza media pasó de un 36,9% a un 51,6 %, mientras que la tasa de deserción escolar se redujo de un 18,1 % a un 10,3 %.

Otro ejemplo exitoso es un programa creado por el gobierno federal en el año 2000 para promover el ingreso como aprendices en empresas de los estudiantes de la enseñanza media, mediante la reducción de las cargas tributarias involucradas para su contratación. En 2016, Gustavo Gonzaga, otro economista de la PUC-RJ, evaluó este programa en forma conjunta con Corseuil y Foguel. Lo más destacado fue que los estudiantes que se desempeñan como aprendices suelen conseguir un empleo formal en un lapso de tres a cinco años después de esa experiencia y tienen un 43 % más de posibilidades culminar la enseñanza media.

Filipe Redondo / FolhapressUn operador de telemarketing…Filipe Redondo / Folhapress

Más allá de fomentar la inserción en el mercado laboral mediante iniciativas orientadas al universo corporativo, las investigaciones apuntan que la formación técnica y profesionalizante ayuda a la inserción laboral de los jóvenes. Según el Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Educativas (Inep), las matrículas integradas a la educación profesional aumentaron un 31,2 % en los últimos cinco años, pasando de 554.000, en 2017, a 726.000 en 2021. En aquel mismo año, una encuesta realizada con 49.500 egresados de 14 a 24 años del Servicio Nacional de Aprendizaje Industrial (Senai), reveló que 7 de cada 10 exalumnos de las carreras técnicas de nivel medio de la institución tenían empleo, aunque no siempre en su área de formación. Sectores tales como el automotor, de refrigeración, minería, energía, automatización y metalmecánica son los que registran los niveles más altos de generación de empleo, según la encuesta. El estudio también indica que los estudiantes recibidos en carreras técnicas y de grado tecnológicas que trabajan en su especialidad tienen ingresos mensuales un 22 % más altos que los egresados que trabajan en sectores diferentes a los de su formación.

Otro ejemplo es el Programa Formare, creado en 1989 por la empresa Iochpe-Maxion, fabricante de ruedas y autopartes, que ofrece cursos de formación profesional y educación artística a jóvenes brasileños de bajos ingresos, mediante convenios con 45 empresas nacionales. Dichos cursos, desarrollados en conjunto con la Universidad Tecnológica Federal de Paraná (UTFPR), tienen una carga horaria de 1.200 horas y están adaptados a la realidad de las compañías vinculadas al programa; e incluyen actividades teóricas y prácticas, conocimientos técnicos y asignaturas tales como matemática básica, comunicación y organización empresarial. “Muchos de esos estudiantes son los primeros de sus familias que tienen una experiencia en grandes empresas, con la posibilidad de acceder a un empleo formal una vez finalizado el curso”, relata el ingeniero Roberto Cândido, de la UTFPR. Ya han egresado de este programa más de 25.000 alumnos de 22 estados brasileños. En una encuesta realizada entre los egresados, los niveles de acceso al empleo también se mostraron altos: el 93 % de los alumnos participantes en el programa tenía un empleo formal en 2021.

Léo Ramos Chaves / Revista Pesquisa FAPESPUn repartidor de comida: los primeros empleos son determinantes para el desarrollo de la trayectoria profesionalLéo Ramos Chaves / Revista Pesquisa FAPESP

“La adopción de políticas públicas tendientes ampliar la formación técnica y profesionalizante de los jóvenes es algo positivo, aunque su impacto real depende del desarrollo de la estructura productiva brasileña; de lo contrario, el mercado no podrá asimilarlos”, advierte Leite Corseuil, en alusión al contexto de desindustrialización que experimenta el país. En la última década, la industria manufacturera, por ejemplo, se redujo alrededor de un 1,4 % anual, según datos de la Confederación Nacional de la Industria (CNI) de Brasil.

Desde una perspectiva similar, señalando que la productividad brasileña se encuentra estancada desde hace 40 años, el economista Naercio Menezes, del instituto Insper, hace hincapié en el hecho de que la economía nacional depende de las innovaciones para poder crecer. “Urge generar acciones articuladas para promover avances en el sector productivo y, al mismo tiempo, mejorar la educación de los jóvenes para que sean capaces de innovar en áreas tales como la robótica y la de tecnología, imprescindibles para que el país pueda crecer. Asimismo, también es necesario promover la adquisición de habilidades socioemocionales, que los ayuden a enfrentar las coyunturas adversas del mercado laboral”, plantea.

Aunque la educación técnica y profesionalizante asegura mejores niveles de inserción laboral en comparación con la enseñanza media clásica, Menezes destaca que, cuando se sopesan las perspectivas salariales, la educación superior es siempre la mejor opción, incluso al comparársela con la enseñanza técnica y profesionalizante. En una investigación sobre el tema realizada este año, Menezes constató que, en un intervalo de 30 años, entre 1981 y 2011, quienes habían completado la enseñanza media regular ganaban un 30 % más que aquellos que abandonaron los estudios cuando cursaban la enseñanza fundamental. “No obstante, cuando el número de individuos egresados de la enseñanza media creció, la diferencia empezó a reducirse. Hoy en día, ese porcentaje se ubica en un 15 %”, revela. Los egresados de la educación técnica ganan un 15 % más que aquellos que concluyeron su formación con la enseñanza media normal, pero los que completan la educación superior obtienen una remuneración dos veces y media mayor que los que ingresan al mercado laboral solamente con la enseñanza media regular completa.

Artículo científico
CORSEUIL, C. H. L et alA inserção dos jovens brasileiros no mercado de trabalho num contexto de recessãoDossiê Juventude e trabalho – Novos Estudos Cebrap, 39, Sept.-Dic., 2020.

Informes
CORSEUIL, C. H. L et alA aprendizagem e a inserção de jovens no mercado de trabalho: Uma análise com base na RAISInforme de investigación. Brasilia: IPEA, 2016.
NERI, M. Atlas das juventudes – Jovens, população e percepções. Río de Janeiro: FGV Social, 2021.
NERI, M. Jovens: projeções populacionais. Río de Janeiro: FGV Social, 2021.
NERI, M. Juventudes, educação e trabalho: Impactos da pandemia nos nem-nem. Río de Janeiro: FGV Social, 2021.

Republicar