Esparcidos entre los árboles, los ecosistemas de suelo arenoso, también llamados campinaranas, albergan comunidades únicas de plantas, muchas de las cuales son epífitas (crecen sobre otras) y proporcionan variados colores en medio del verdor. Viviane Klein y otros botánicos del Instituto Nacional de Investigaciones Amazónicas (INPA) y del Instituto Nacional del Bosque Atlántico (INMA), ambas instituciones de Brasil, examinaron cinco de estas áreas cerca de Manaos – la mayor de ellas tiene 4 kilómetros cuadrados – para identificar las epífitas y comprender por qué ocupan estos espacios. El estudio registró 118 especies de epífitas, con predominio de orquídeas (62 especies), especialmente del género Epidendrum, que producen flores amarillas, rojas o violetas (11 especies), y bromeliáceas (12), como las del género Aechmea (7). Para los investigadores, la diversidad y composición de los grupos de plantas resultan del tamaño de cada área y de la distancia existente entre ellas: las que están más cerca tienen más especies en común. El estudio también destaca los riesgos para la biodiversidad causados por impactos ambientales tales como incendios, remoción de arena y expansión urbana; y refuerza la necesidad de que se tomen medidas de protección efectivas. Las campinaranas ocupan alrededor del 5 % del área cubierta por vegetación nativa en la Amazonia (Brazilian Journal of Botany, marzo).
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