ALVARO E. MIGOTTO
Eran carabelas portuguesas, colonias que también incluyen a aguas vivas. La parte inflada, el flotador, es la base de la colonia. De ese individuo brotan todos los otros, los zooides, con formas tan bellas y diversas que el conjunto se asemeja a una carroza alegórica del Carnaval. El zooide parecido a un sacacorchos es el tentáculo principal que, estirado puede alcanzar presas o bañistas a 20 metros de distancia. Al vérselo de cerca aparecen innumerables cuentas ovaladas bordean una membrana casi transparente plegada a punto tal de recordar a los volantes que adornaban a los nobles de la Corte francesa en el siglo XVI. Cada una de esas cuentas abriga de centenares a millares de minúsculas cápsulas de veneno, los nematocistos. Más numerosos, los tentáculos delicados parecidos a hilos de perlas forman una cortina de nematocistos que inmovilizan y matan a los peces que pasen cerca, consumidos luego por los gastrozooides, hilos rizados con una boca amarilla en la punta. En el medio de esa multitud se esconden los reproductores de la colonia, en un aglomerado que parece una coliflor.
ALVARO E. MIGOTTO
El alarmismo no era justificado, pero rindió sus frutos. Recogimos todas las fichas de atención clínica de Praia Grande. Fue la primera vez que una serie de accidentes tuvo un seguimiento y se la documentó en detalle, comenta Haddad, quien está analizando los datos para publicarlos pronto. Él espera estandarizar la atención y beneficiar también áreas donde los reclamos son menos frecuentes, como el nordeste brasileño.
Quien frecuenta playas nordestinas no se asusta con las flotillas de carabelas traídas del sudeste atlántico por los vientos alisios. Aun así, los accidentes son por allá menos comunes que en el sudeste, donde las carrozas flotantes son apariciones esporádicas. Para entender por qué, los zoólogos Juliana Bardi y Antonio Carlos Marques, de la Universidad de São Paulo, examinaron ejemplares recolectados a lo largo de más de tres mil kilómetros de la costa ?de Ceará hasta São Paulo. No encontraron diferencias.
ALVARO E. MIGOTTO
Además de identificar la especie brasileña, Marques pone en dudas la clasificación tradicional. Cuando joven, physalis también puede tener sólo un tentáculo, explica. A lo largo de su desarrollo, la colonia va aumentando y más tentáculos surgen. En su opinión, lo que es tradicionalmente reconocido como dos especies distintas no pasa a decir verdad de fases de la vida de una misma especie.
No toque las carabelas portuguesas, ellas tienen veneno hasta en el flotador. En rarísimos casos esas toxinas pueden causar arritmia cardiaca e insuficiencia respiratoria. En accidentes normales basta aplicar agua del mar o hielo y vinagre.
El proyecto
Biodiversidad, evolución, endemismo y conservación de los medusozoa del Atlántico sudoriental; Modalidad Proyecto Temático; Coordinador Antonio Carlos Marques – USP; Inversión 570.194,96 reales