Un refugio rocoso situado en la región de Malataverne, un municipio de 2.000 habitantes del sur de Francia, conserva los indicios más antiguos de la presencia de seres humanos anatómicamente modernos (Homo sapiens) en Europa. El equipo coordinado por el arqueólogo Ludovic Slimak, de la Universidad de Toulouse, halló en la cueva de Mandrin, cerca del río Ródano, vestigios humanos de unos 54.000 años de antigüedad: un diente de leche (molar superior) de un niño humano y puntas de lanza de diversos tamaños atribuidas a la industria lítica neroniana (Science Advances, 9 de febrero). Este material se encontraba en una capa cuya antigüedad se ubica entre 56.800 y 51.700 años, intercalada con otras que contenían dientes de otros seis individuos neandertales (Homo neanderthalensis), así como artefactos líticos de esta especie humana arcaica. Previo al hallazgo de este material, las evidencias sólidas más antiguas de la presencia humana en Europa, halladas en tres cavernas en Italia y una en Bulgaria, se remontaban a hace 45.000 años. La disposición del material sugiere que los humanos modernos y los neandertales ocuparon la gruta en períodos alternados.
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