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larvicida

Plantas contra el mosquito

Las hojas del sisal, a la izquierda; y las semillas de sucupira, poseen propiedades que matan a las larvas del Aedes

SAULO G. COELHO/Embrapa | Eduardo CesarLas hojas del sisal, a la izquierda; y las semillas de sucupira, poseen propiedades que matan a las larvas del AedesSAULO G. COELHO/Embrapa | Eduardo Cesar

El aceite que se extrae de los frutos y semillas de la sucupira [Pterodon emarginatus, en Brasil, sucupira-branca], un árbol de una especie leguminosa nativa de la sabana brasileña, y el jugo de las hojas del sisal [Agave sisalana], una planta originaria de Yucatán, en México, y que en Brasil se cultiva para extraer sus fibras, poseen propiedades capaces de eliminar totalmente las larvas del Aedes aegypti, el mosquito vector del dengue, el zika y el chikunguña, según informan dos grupos de científicos brasileños. Investigadores de las universidades federales de Amapá (Unifap), Goiás (UFGO) y Fluminense (UFF) utilizaron el aceite de sucupira para desarrollar una nanoemulsión que, diluida en agua, funciona como larvicida. El estudio contó con financiación del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) y de la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de Amapá (Fapeap) y se publicó el 7 de enero en la revista PLOS ONE. El producto que crearon no utiliza solventes en su composición y no es tóxico para el ambiente ni para los seres humanos. El mismo principio vale para el larvicida que investigadores de la Universidad Federal de Paraíba (UFPB) y Embrapa Algodón, de Campina Grande (también en Paraíba) elaboraron con las hojas del sisal. Según los científicos, el jugo ataca el intestino de las larvas y las elimina totalmente. Los investigadores realizaron el mismo test en otras fases del insecto: huevo, crisálida y adulto, y el producto no tuvo efecto. Esto se explica porque la larva se alimenta de la solución y, probablemente, muere de indigestión con el producto. Para su comercialización, el larvicida se ofrecerá en polvo para diluirlo en agua, porque el jugo al natural se degrada rápidamente. La investigación contó con la colaboración del Sindicato de Industrias de Fibras Vegetales del Estado de Bahía y de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO).

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