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Perfil

Refugiado en el conocimiento

Víctima de persecución religiosa, un maliense transforma su experiencia personal en objeto de estudio para su doctorado en la USP

Diabate usa su túnica azul típica de los pueblos nómades del desierto del Sahara, en el norte d África

Léo Ramos Chaves

Moussa Diabate nació musulmán, pero a los 16 años se convirtió al cristianismo, un problema en Malí, su país, situado en África occidental y por entonces parcialmente ocupado por el grupo fundamentalista islámico Al Qaeda. La persecución no le impidió continuar sus estudios, aunque los obstáculos habían surgido incluso antes de eso. Hijo de un padre de la etnia malenke y de una madre tuareg, de niño, Moussa fue educado en temas sociales y religiosos por la abuela y un tío, siguiendo la tradición nómada del desierto del Sahara.

Para escapar de la intolerancia religiosa y poder seguir educándose, Diabate tuvo que mudarse de ciudad en tres oportunidades. En 1998, cuando vivía en Kidal, aprobó el examen de admisión de la carrera  de psicopedagogía en el Instituto de Formación de Maestros de Sevaré. Seis años más tarde, cuando contaba con 26 años, fue aprobado en un concurso público para un cargo docente. Luego se incorporó a la carrera de Ciencias de la Educación en la Facultad de Letras, Artes y Humanidades de la Universidad de Bamako, especializándose en administración escolar.

Con la expansión del grupo extremista y el empeoramiento de la persecución religiosa, Diabate se vio obligado a abandonar su carrera como pedagogo. Resuelto a darle un giro a su vida, aterrizó en São Paulo a principios de 2012, como refugiado cristiano. Con la ayuda de la organización Cáritas, aprendió portugués. Pero quería volver a la enseñanza y soñaba con cursar un doctorado. Casi se dio por vencido. “Me informaron que mi maestría en Psicopedagogía era equivalente a una especialización en Brasil y para entrar en el doctorado tendría que hacer otro posgrado”.

Diabate relata que varias veces pensó en abandonar Brasil. Aun así, inició el proceso de reválida de la diplomatura en pedagogía y psicopedagogía en la Universidad Federal de Paraná (UFPR). En 2013 se incorporó a la maestría en educación, arte e historia de la cultura en la Universidad Presbiteriana Mackenzie de São Paulo. Apeló a su historia de vida como tema de investigación al analizar la convergencia de su lengua materna, el tamasheq, con el francés, durante su proceso de aprendizaje en Malí.

Fue durante el máster que conoció a otra institución religiosa, la Misión Paz. “Me ofrecí a enseñar francés a los voluntarios brasileños que asistían a los nuevos refugiados”, recuerda. Su experiencia le sirvió como estímulo para crear su propia organización no gubernamental, el Buen Samaritano, que recibe y ayuda a los refugiados con traducciones, clases de portugués, cursos de capacitación y comida. “Hemos atendido a más de 700 personas de diversas nacionalidades”, comenta.

A los 40 años, y motivado por su experiencia en Brasil, Diabate está a punto de iniciar un doctorado en derechos humanos en la Facultad de Derecho de la Universidad de São Paulo (USP). “Tengo la intención de investigar situaciones de vulnerabilidad y políticas de derechos humanos a partir del estudio de casos de refugiados malienses en Brasil y en Francia”.

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