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Buenas prácticas

Sanción por prácticas comerciales arteras

ZanskyLa editorial Omics International, con sede en Hydebarad, en la India, que publica revistas académicas, fue condenada en un juicio promovido por la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés), de Estados Unidos, acusada de adoptar políticas comerciales fraudulentas, que violan la legislación del país. Un juez del estado de Nevada, donde la empresa india posee una dirección postal, sentenció a la editorial Omics a pagar 50 millones de dólares a la FTC y a desistir de prácticas que se consideran predatorias. La principal de ellas consiste en promover en territorio estadounidense congresos y conferencias amañados para sacarles dinero a investigadores.

Cuando se anuncian los eventos, la editorial invita a científicos del área para que le envíen trabajos o para brindar conferencias. Pero si ellos aceptan y envían sus manuscritos, resultan sorprendidos con la publicación instantánea en revistas de crónicas de conferencias, sin que se realice una revisión por pares cabal. Nadie había mencionado un cobro, que finalmente aparece: les cobran a los autores tasas de publicación que llegan a miles de dólares. No sirve de nada quejarse o solicitar el retiro de los artículos. Las solicitudes son ignoradas y se reitera la exigencia de pago. Según la FTC, Omics tiene la costumbre de armar listas de editores de no tienen vínculo con sus revistas ni saben que están siendo mencionados.

La editorial fue creada en 2007 y publica más de 700 periódicos de acceso abierto. Quien festejó la condena fue el bibliotecario Jeffrey Beall, conocido por haber creado una lista en Internet donde figuran los periódicos predatorios, revistas de escasa importancia y reputación que publican artículos sin calidad a cambio de dinero, la denominada “Lista de Beall”, que su autor terminó por retirar de internet para evitar demandas judiciales. “Existen cientos de editores predatorios, pero Omics es el imperio del mal”, dijo el bibliotecario al periódico The New York Times. El abogado de la editorial, Kishore Vattikoti, anunció que va a apelar la sentencia y solicitará que el caso sea evaluado por un tribunal. Él alega que el juez de Nevada no puede tomar esa decisión por sí solo. Ahora, la FTC afronta el reto de identificar bienes y cuentas bancarias que la empresa tenía en Estados Unidos para poder cobrar esos 50 millones de dólares. Si Omics insiste en sus prácticas, la comisión va a solicitar que sus revistas sean removidas de Internet y promete contactarse con hoteles y centros de convenciones donde la empresa realiza sus conferencias para advertirles sobre sus prácticas.

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