Cuatro globos sonda situados a unos 20 kilómetros (km) de altura en la atmósfera registraron simultáneamente y con alta precisión un terremoto de gran magnitud que se produjo a 3.000 km de distancia. Las vibraciones en la superficie del planeta como resultado de los temblores emiten ondas sonoras de baja frecuencia –en el rango del infrasonido, inaudibles para el oído humano– que se propagan a la atmósfera. Los sensores de presión a bordo de los globos meteorológicos Strateole 2, un proyecto internacional coordinado por el Centro Nacional de Estudios Espaciales (CNES), de Francia, detectaron esas vibraciones, que luego se utilizaron para inferir la localización y la magnitud del temblor. Con base en los datos recogidos por los globos a finales de 2021, el grupo liderado por el geofísico Raphael Garcia, de la Universidad de Toulouse, en Francia, identificó correctamente un terremoto de magnitud 7,3 con epicentro en el mar de Flores, en Indonesia (Geophysical Research Letters, 13 de julio). Los globos sonda atmosféricos ya habían detectado temblores de menor magnitud cercanos a su ubicación. Esta estrategia podría ser útil para detectar temblores en zonas remotas de la Tierra y en otros planetas, para entender la estructura interna de esos astros.
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