En 2020, grandes incendios destruyeron más de 17.000 kilómetros cuadrados de vegetación autóctona del Pantanal. Se estima que murieron 17 millones de vertebrados. Investigadores de la Universidad de Oxford y del World Wildlife Fund (WWF), ambos del Reino Unido, de la Panthera Cooperation, de Estados Unidos, y del Instituto Homem Pantaneiro de Brasil instalaron cámaras trampa en Serra do Amolar, en el límite entre Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, en diciembre de 2020 (antes de los incendios) y febrero de 2022, comparando los registros con los datos obtenidos en diciembre de 2019, para calcular los efectos del fuego sobre la población de ocho especies de animales. El mayor impacto pudo observarse en las poblaciones del armadillo gigante, también conocido como tatú carreta (Priodontes maximus), cuya área de ocupación se redujo en un 82,4 %, con escasos indicios de que su población pueda recuperarse. La probabilidad de encontrar cuatro herbívoros ‒tapir (Tapirus terrestris), corzuela colorada o guazuncho (Mazama americana), pecarí de collar (Dicotyles tajacu) y agutí de Azara o agutí bayo (Dasyprocta azarae)‒ disminuyó hasta un 27,5 %. Entre los carnívoros, el área ocupada por el ocelote (Leopardus pardalis) se redujo levemente, se mantuvo para el puma (Puma concolor) y se duplicó para el jaguar (Panthera onca). Como las capturas de un mismo animal en años diferentes fueron esporádicas, la conclusión fue que la migración procedente de otras zonas mitigó el impacto entre los felinos, lo que refuerza la importancia de preservar las áreas de refugio para estas especies (Global Change Biology, 24 de abril).
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