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Movilidad académica

Un horizonte limitado

Según un estudio, los científicos que pasan toda su carrera en una misma institución suelen tener agendas de investigación menos ambiciosas y una producción de escaso impacto

Constantine Johnny / Getty Images

Los investigadores que forjan toda su carrera en la misma institución en la que obtuvieron sus doctorados a menudo se dedican a estudios de carácter incremental, de bajo impacto y centrados en la confirmación de ideas ya establecidas. En tanto, los científicos que diversifican su experiencia profesional y emigran a instituciones diferentes a aquellas en donde se doctoraron se enrolan con mayor asiduidad en trabajos colaborativos, multidisciplinarios y orientados a la producción de conocimiento nuevo y disruptivo, incluso en un escenario de escasez de financiación. La diferencia entre ambos perfiles se evidencia en las conclusiones de un estudio publicado en la revista Higher Education Qarterly en el cual se analizó la relación entre la movilidad académica y la agenda de investigación de los científicos en más de 140 países.

Este trabajo se basó en los datos de 7.158 investigadores de áreas diversas del saber que publicaron al menos un artículo en revistas internacionales entre 2010 y 2016. Los científicos completaron un cuestionario sobre sus trayectorias académicas, en el cual consignaron información sobre las instituciones en las que obtuvieron sus doctorados y trabajaron, sus líneas de investigación y sus publicaciones principales en los últimos años. A continuación, los autores cotejaron esa información con la producción científica de los participantes almacenada en la base de datos Scopus, de la editorial Elsevier. “Esto nos permitió determinar el grado de movilidad de cada uno de ellos y categorizarlos según sus diferentes agendas científicas”, informa el sociólogo portugués Hugo Horta, de la Facultad de Educación de la Universidad de Hong Kong, uno de los autores del estudio.

En la literatura específica existe una gran variedad de estudios que apuntan a una correlación entre la baja movilidad académica y una calidad limitada en la producción científica. Los investigadores que se mantienen en una misma institución a lo largo de toda su carrera suelen producir menos artículos y de un impacto inferior que los científicos que transitan por lugares diferentes. Pero el estudio elaborado por Horta y su equipo va más allá y revela una tendencia de los científicos cuyas carreras se circunscriben a las instituciones en las que obtuvieron el doctorado a tener agendas científicas más conservadoras y sujetas a investigaciones de características incrementales. “Las agendas de estos científicos estaban un 19,6 % menos enfocadas en nuevos descubrimientos en comparación con las de los investigadores que se establecieron en otras instituciones, posiblemente porque carecen de la creatividad, la apertura y de la exposición al flujo del conocimiento externo necesarios como para embarcarse en proyectos más audaces e innovadores”, dice Horta. “Estos mismos investigadores son también un 14,6 % menos ambiciosos en cuanto a sus ganas de llegar a la cima en su campo y un 15,4 % menos proclives a involucrarse en proyectos conjuntos y multidisciplinarios”.

Lo mismo parece ocurrir con los investigadores que retornan a su alma mater tras permanecer por algún tiempo en otras instituciones. Horta y sus colaboradores verificaron que estos también tienden a adoptar agendas científicas menos vinculadas con temas situados en la frontera del conocimiento y son menos ambiciosos a la hora de apuntar hacia la cúspide de la carrera, “aunque son relativamente más competitivos, independientes y están más conectados a redes que sus colegas que permanecieron siempre en su institución de origen”, añade el investigador, quien desde hace más de un decenio estudia los impactos de la movilidad académica en la producción científica. Él explica que los resultados obtenidos reflejan una tendencia promedio a nivel mundial, que puede llegar a variar más o menos, dependiendo del país y de las características de su sistema de enseñanza superior.

La baja movilidad a menudo está asociada a un fenómeno que se conoce como endogamia académica, en la cual científicos y docentes se rodean de aquellos investigadores que colaboraron en su formación. Esto es particularmente habitual en los países en desarrollo, cuyos sistemas de educación superior aún están afianzándose, lo cual no significa que los países con sistemas sólidos sean inmunes a este problema. “Esta dinámica se perpetúa a medida que los investigadores contratados pasan a supervisar a nuevos alumnos, quienes probablemente trabajarán en agendas de investigación vinculadas a los temas de estudio de sus supervisores y de los supervisores de estos”. Horta recuerda que, no obstante, esta práctica puede llegar a ser beneficiosa en las fases iniciales de formación de los sistemas de educación superior, ayudando a consolidar los programas de posgrado. “Se torna una cuestión problemática cuando se mantiene indefinidamente”.

Uno de los efectos perjudiciales de este fenómeno es el estancamiento y la falta de circulación de gente y de nuevas ideas, que puede comprometer la visibilidad del trabajo producido por estos grupos. Aunque ya son conocidas las consecuencias de la endogamia académica, muchos países siguen teniendo dificultades para mitigar esta práctica. Esto se debe a que tiende a alimentar un sistema en el que, individualmente, todos parecen beneficiarse. “Si bien ayuda a consolidar las estructuras de poder que favorecen a los investigadores sénior, la endogamia académica también beneficia a los estudiantes de doctorado, que saben que serán contratados por su alma mater cuando se gradúen”, subraya el sociólogo. “Eso puede ser bueno para los individuos, pero es problemático para el avance de la ciencia”.

Uno de los factores que limitan la movilidad de los investigadores brasileños está vinculado al sistema de contratación de los empleados públicos

Para intentar poner freno este problema, algunos países han creado mecanismos de regulación con miras a fomentar la movilidad de sus investigadores. “En Alemania, por ejemplo, la legislación [Hausberufungsverbot] impide que los jóvenes científicos sean promovidos a cargos docentes en las instituciones donde se doctoraron, lo que los obliga a trasladarse a otros lugares”, especifica el sociólogo y politólogo Simon Schwartzman, estudioso de la comunidad científica brasileña e investigador asociado del Instituto de Estudios de Política Económica de Río de Janeiro. Esta medida aumentó el tránsito de investigadores alemanes dentro y fuera del país, lo que supuso la eliminación casi total de la endogamia en sus universidades. “En el caso alemán, los ascensos se producen por desplazamiento, no por permanencia en un mismo lugar”. En Estados Unidos, dice Schwartzman, esta dinámica lleva mucho tiempo incorporada a la cultura académica del país, “por lo que las universidades estadounidenses rara vez contratan a los investigadores que han formado”.

La baja movilidad académica es un problema de larga data en Brasil, según el científico de la computación Clodoveu Augusto Davis Junior, del Instituto de Ciencias Exactas de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG). Él y su equipo obtuvieron aquí una muestra de este fenómeno cuando, en 2016, analizaron la distribución geográfica de casi 6.000 investigadores vinculados a 101 Institutos Nacionales de Ciencia y Tecnología (INCT). En aquel momento, descubrieron que solo el 20 % de los investigadores trabajaba a más de 500 kilómetros (km) de la institución en la que iniciaron su trayectoria académica. La mayoría se instaló en puestos de trabajo situados a menos de 100 km de la universidad en la que se graduaron. Este comportamiento también se percibió entre los investigadores que realizaron estudios posdoctorales en el exterior: el 81 % regresó a Brasil para instalarse en sus regiones de origen (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 239). “También notamos entre los investigadores brasileños una cierta tendencia a volver a las instituciones donde cursaron sus estudios de grado, en el caso de aquellos que hicieron maestría y doctorado en otros lugares”, dice Davis Junior.

En opinión de Schwartzman, uno de los factores que dificultan la movilidad de los investigadores brasileños está relacionado con el sistema de contratación de servicios públicos, que garantiza a los científicos, contratados como empleados públicos, un alto grado de estabilidad en las instituciones donde trabajan. “A esto se suman las normas de progresión en la carrera docente”. Según la Ley nº 12.772/2012, el ingreso en las universidades federales se produce en el primer nivel de la clase de profesor auxiliar, a través de un concurso público, lo que tiende a contribuir a un arraigo temprano del investigador en una institución. Para alcanzar el cargo de profesor titular, la categoría más alta de la carrera docente universitaria en Brasil, el académico debe sortear varios niveles de docencia, en tanto que la progresión entre un nivel y otro requiere un intervalo mínimo de 24 meses. “Esto hace que muchos profesionales de los niveles intermedios de la carrera docente lo piensen dos veces antes de cambiar de institución, pues saben que tendrán que reiniciar ese proceso en un nivel inferior”, explica la socióloga Ana Maria Carneiro, investigadora del Núcleo de Estudios de Políticas Públicas de la Universidad de Campinas (Unicamp). Para sortear este problema e impulsar la contratación de docentes más experimentados, la ley de 2012 creó la modalidad de titular-libre, que les permite a las universidades federales contratar profesionales con al menos 10 años de doctorado a través de nuevos concursos. En tanto, en las universidades estaduales del estado de São Paulo, el concurso para profesor titular es más flexible y acepta candidatos de otras instituciones, siempre y cuando cumplan los requisitos mínimos que se exigen.

La politóloga Elizabeth Balbachevsky, docente de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de São Paulo (FFLCH-USP), reconoce la existencia de brechas que les permiten a los investigadores cambiar de institución dentro del país a lo largo de sus carreras, pero afirma las mismas acaban teniendo poco impacto en la movilidad de los científicos brasileños. Según la investigadora, esto se debe a aspectos peculiares de la cultura académica nacional. “El diseño institucional de la mayoría de nuestras universidades tiende a valorar y premiar, mediante beneficios económicos acumulados, o bien a través de una mayor influencia y prestigio institucional a quienes hacen su carrera en un mismo lugar, de manera tal que en Brasil todavía se dan situaciones como las de los concursos para profesor titular con un solo candidato: el investigador más antiguo del departamento”. Según Balbachevsky, la participación de otros postulantes en estos concursos llega a verse como algo negativo, una falta de respeto al candidato que lleva más tiempo en la institución. “La situación es diferente en países como Alemania y Francia”, dice. “El proceso de selección para nuevas cátedras en las universidades de estos países busca atraer a profesionales de otros lugares y no permite las candidaturas internas. En estos casos, el prestigio está asociado a la cantidad de postulantes que cada institución consigue atraer de otras regiones”.

Según la investigadora, esta y otras características de la cultura científica brasileña se configuraron en vista de la valorización de conceptos que hoy en día se consideran incompatibles con la dinámica académica internacional. “En muchas instituciones brasileñas, sobre todo las más antiguas y tradicionales, se valora la endogamia y se asocia a la idea de formar discípulos y escuelas de pensamiento”, enfatiza. Este fenómeno, dice, ha perdido fuerza en las instituciones más jóvenes, creadas a partir de la década de 2000.

La preocupación creciente de las instituciones de enseñanza e investigación por internacionalizar su ciencia y establecer vínculos de cooperación con grupos extranjeros permite atenuar los efectos de la baja movilidad académica. “El trabajo en colaboración con grupos del exterior ayuda a diversificar las formas de abordaje de los problemas científicos. Al mismo tiempo, la experiencia de conocer culturas académicas distintas y tejer redes de relaciones con quienes tenemos afinidad en los temas alineados con nuestros intereses, en gran medida, genera investigaciones de mayor impacto”, comenta la socióloga Manolita Correia Lima, del Programa de Posgrado en Administración de la Escuela Superior de Publicidad y Marketing (ESPM), en São Paulo.

Artículos científicos
Horta, H. et al. Academic inbreeding and choice of strategic research approaches. Higher Education Quarterly. abr. 2021.
Haeffner, C. et al. Contrasting high scientific production with low international collaboration and scientific impact: The Brazilian case. Scientometrics Recent Advances. abr. 2019.

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