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Necrología

Un intelectual público

El versátil Nicolau Sevcenko fue uno de los más conocidos historiadores brasileños

En clase: tenía una rara capacidad para atraer a los jóvenes con su visión amplia de la historia

RENATA CAFARDO/ AEEn clase: tenía una rara capacidad para atraer a los jóvenes con su visión amplia de la historiaRENATA CAFARDO/ AE

A Nicolau Sevcenko le encantaba Alicia, del libro de Lewis Carroll, y la llamaba “nuestra heroína e inspiradora”. “Donde sea que ella detecte alguna situación de prepotencia o falta de respeto, inmediatamente reacciona y enfrenta al ser truculento de igual a igual, sin miedo y sin curvar la espina”, dijo al comentar una reedición de Alicia en el país de las maravillas que él mismo tradujera en portugués. “Alicia aún es y será siempre la mejor lección de ética, irreverencia e inconformismo, tanto para niños como para adultos.”

Sevcenko, quien falleció el 13 de agosto pasado a los 61 años, en su casa en São Paulo, era irreverente e inconforme como Alicia. Sin dejar de lado su labor académica –fue docente del Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas (FFLCH) de la Universidad de São Paulo (USP) y de la Universidad Harvard, en Estados Unidos–, arriesgaba, buscaba relaciones entre temas y áreas aparentemente alejados, ayudaba a entender el mundo en su columna semanal de la revista Carta Capital y siempre que le era posible hablaba con jóvenes estudiantes de todas las áreas.

Era uno de los más conocidos historiadores brasileños, y fue un intelectual público, tal como lo denominó una periodista de Harvard. “En el área de humanidades de la USP en los años 1990”, recordó en su blog Flávio Moura, periodista y doctor en sociología por la USP, Sevcenko “era un superstar”: “Alumnos no inscritos oficialmente en sus cursos se amontonaban para escucharlo hablar. Fue pionero en una forma radical de interdisciplinaridad. Es uno de los mayores referentes en Euclides da Cunha y Lima Barreto, sin ser del área de literatura. Es autor de insights luminosos sobre la experiencia en las grandes ciudades sin ser urbanista”. Se disponía a estudiar –y a pensar– áreas diversas, tales como la literatura, el cine, la ciencia, la medicina, la arquitectura, el arte, y problemas contemporáneos y otros temas que cabían bajo el rótulo de historia cultural.

Sevcenko nació en Santos, en el litoral paulista, y su familia, de origen ucraniano, se mudó a São Paulo cuando él era aún pequeño. Para sobrevivir, fue recolector de metales para su reciclado y trabajó como cadete. Terminó la carrera de historia en la USP en 1975 y se abocó al estudio de la cultura brasileña: hizo un posdoctorado en la Universidad de Londres y fue docente de la USP entre 1985 y 2012, cuando se jubiló. Desde 2010 era profesor de lenguas y literaturas románicas en Harvard, donde estuvo por primera vez en 2004 como profesor visitante. Allí, ante estudiantes estadounidenses y latinos, no hablaba únicamente de literatura, sino también de bossa nova, de Juscelino Kubitschek, Jango Goulart y de Lina Bo Bardi; y en portugués.

Como la práctica de dar clases no le era suficiente como para satisfacer su  inquietud intelectual, Sevcenko organizó, editó o tradujo varios libros y artículos académicos. En 1999, ganó el Premio Jabuti por su libro História da vida privada no Brasil. “Los libros de Nicolau perdurarán para siempre: son clásicos, y todo estudioso de la historia cultural brasileña pasó y pasará por ellos, siempre encantándose”, escribió Laura de Mello e Souza, docente de historia de la USP, en el periódico Folha de S. Paulo, el pasado 17 de agosto.

El historiador que miraba hacia el pasado, no dejaba de pensar en las transformaciones del mundo actual. “Es necesario sacar a la tecnología del plano estricto de la economía y situarla también, de manera más amplia”, sugirió, “como uno de los fundamentos de la transformación en el campo social”.

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