Embrapa Cerrados, unidad de la estatal Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria con sede en Planaltina (Distrito Federal), presentó una nueva variedad de maracuyá silvestre denominada BRS Perla del Cerrado a finales de mayo. Fueron necesarios 20 años de mejoramiento genético para llegar a ese cultivar. Durante dicho lapso de tiempo, la productividad de la variedad Perla se triplicó y su tamaño aumentó. Durante el proceso de selección, propiedades nutricionales diferenciadas, tales como la presencia de antioxidantes, fueron privilegiadas en el cultivar. “Si bien pertenece a la familia del maracuyá, el nuevo fruto presenta una coloración, un sabor y un aroma muy distintos”, dice la investigadora Ana Maria Costa, quien coordina la red de desarrollo tecnológico para uso funcional del fruto silvestre. Mientras que un maracuyá tradicional tiene alrededor de 10 centímetros de diámetro, el Perla llega, a lo sumo, a 6 centímetros. “Es más rico en azufre, calcio, boro y manganeso en comparación con el maracuyá comercial”, subraya. “El consumo de 100 gramos de pulpa, equivalente a dos vasos diluidos en agua, asegura entre un 34% y un 39% de las necesidades diarias de hierro”. Por ser rústica, la planta es resistente a plagas y responde muy bien al sistema de producción orgánica.
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