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MEDIO AMBIENTE

Un pacto en transformación

Un movimiento para la recuperación del Bosque Atlántico se reorganiza para alcanzar las metas propuestas

Pedro Brancalion Una extensión de 26 hectáreas a orillas del río Jaguari, en Cosmópolis, São Paulo, que comenzó a ser reforestada hace 60 años: un ejemplo de restauración del Bosque AtlánticoPedro Brancalion

El Pacto para la Restauración del Bosque Atlántico (Pacto), un movimiento que congrega a distintos sectores ligados a la investigación y la preservación ambiental para unificar acciones de recuperación de las áreas de selva atlántica en todo Brasil se está reestructurando para ganar autonomía y alcanzar las metas propuestas al momento de su lanzamiento, en 2009 (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 159). Ocho años después, los proyectos en curso bajo la guía del Pacto representan casi 100 mil hectáreas de vegetación nativa (una hectárea equivale a 10 mil metros cuadrados) en proceso de recuperación, que corresponde a menos del 1% de la meta inicial que proponía la recuperación de 15 millones de hectáreas (150 mil kilómetros cuadrados) de selvas hasta 2050.

“Las cifras actuales no son alentadoras, pero reflejan la dificultad para la realización de un monitoreo abarcador de las áreas brasileñas de restauración forestal. Hay miles de hectáreas en regeneración que aún se encuentran fuera de nuestro radar”, dice el ingeniero agrónomo Pedro Brancalion, docente de la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz de la Universidad de São Paulo (Esalq-USP), miembro del grupo de trabajo tecnocientífico del Pacto y uno de los autores de la guía metodológica Pacto pela restauração da Mata Atlântica: Referencial dos conceitos e ações de restauração florestal. Un reconocimiento de SOS Mata Atlântica y del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe) divulgado en el mes de enero registró un área de 219 mil hectáreas de Bosque Atlántico en recuperación, principalmente en su etapa inicial o en áreas anteriormente ocupadas por pasturas, en nueve de los 17 estados ocupados por ese tipo de fitocobertura, entre 1985 y 2015. Las conclusiones surgen del análisis de imágenes provistas por el satélite Landsat 8 sobre remanentes forestales con al menos 3 hectáreas. Si se consideran también las áreas menores, el total es mayor. Basándose en las imágenes del Global Forest Watch que acompaña la expansión o retracción de las selvas en todo el mundo, con una resolución espacial de 30 por 30 metros, los biólogos Renato Crouzeilles y Rafael Feltran Barbieri, científicos del Instituto Internacional para la Sostenibilidad (IIS), de Río de Janeiro, llegaron a la conclusión de que el total de las áreas de regeneración natural y de plantaciones en el Bosque Atlántico entre 2000 y 2014 es de 489.816 hectáreas.

Pedro Brancalion Terreno ocupado por vegetación rastrera para la ganadería extensiva en Teresópolis (RJ), en 2014…Pedro Brancalion

El equipo del Pacto espera recabar más información y disponer de una perspectiva más detallada de las áreas en restauración con el banco de datos que estará activo durante este año. “Con el banco de datos, podremos cotejar datos estaduales, federales y de otras instituciones, tanto para el registro de proyectos como de regeneración natural”, dice la bióloga Ludmila Pugliese de Siqueira, secretaria ejecutiva del Pacto. Los resultados de los proyectos de restauración se evalúan con metodologías comunes. “Al uniformar los métodos de monitoreo y análisis de los resultados, el Pacto puede optimizar la captación y el uso de los recursos, así como el perfeccionamiento de las técnicas de restauración forestal”, dice el biólogo Sergius Gandolfi, profesor de restauración forestal de la Esalq-USP.

Otras dificultades
“Uno de los mayores problemas radica en que el Pacto aún no ha logrado un sostén financiero para respaldar las actividades de sus miembros”, dice el ingeniero agrónomo Miguel Calmon, gerente de recuperación del paisaje forestal del Programa Global de Selvas y Clima de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) y excoordinador general del movimiento. El Pacto congrega a 270 integrantes ligados a universidades, institutos de investigación, organizaciones no gubernamentales (ONGs), organismos de gobierno y empresas, incluyendo también a propietarios rurales.

Pedro Brancalion …y una plantación de especies nativas dos años más tardePedro Brancalion

El movimiento no dispone de una sede propia y funciona dentro de las instituciones que forman parte del mismo. Como sus integrantes aprovechan la infraestructura de las universidades, ONGs y empresas, el Pacto no tiene costos administrativos, al tiempo que tampoco cuenta con un presupuesto propio, lo cual es uno de sus mayores problemas. Calmon quiere ayudar a cambiar eso. Ante los límites de la informalidad y puesto que el trabajo no avanzó con el ritmo deseado, él considera a la autonomía financiera como algo esencial para mantener una estructura mínima, con espacio y un equipo fijo propios, que movilicen al resto de los integrantes y capten recursos públicos y privados para implementar las actividades de restauración del Bosque Atlántico en gran escala, tal como estaba previsto en el documento fundacional del grupo.

Uno de los caminos que se contemplaron para superar esas dificultades consiste en transformar el movimiento en una ONG durante este año. “De este modo, se podría trabajar de manera más independiente, en tiempo completo, para lograr los objetivos  del movimiento”, dice Pugliese, la única integrante del Pacto con dedicación exclusiva, cuya remuneración la pagan ONGs. Según ella, ese cambio debería mantener el propósito del Pacto que consiste en ser un agente de movilización para otras instituciones y una plataforma de cooperación entre los interesados en la preservación ambiental, al divulgar metodologías (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 238), proyectos de restauración y las áreas con mayor potencial de restauración de todo el país.

Pedro Brancalion Área usada para minería en Poços de Caldas, estado de Minas Gerais: preparación del suelo para la restauración en 2014…Pedro Brancalion

Opciones de restauración
En un artículo publicado en noviembre de 2016 en la revista científica World Development Perspectives, Brancalion y otros investigadores presentan cuatro peculiaridades del Pacto: la movilización y el compromiso de un grupo heterogéneo de participantes; el desarrollo de metodologías comunes de trabajo; la armonización de las diferencias regionales dentro de una perspectiva nacional a gran escala; y la innovación constante, como ocurre con la incorporación de metodologías evaluadas científicamente para la restauración forestal en áreas de minería, o bien, con un provecho económico, tal como el plantío de eucaliptos, otras especies madereras nativas o palmito [Euterpe edulis]. “Nos proponemos brindarles opciones de restauración a grandes y pequeños agricultores, de modo tal que la rentabilidad de las áreas recuperadas sea mayor que la que ofrece la ganadería extensiva”, dice Brancalion. Según el investigador, el modelo de gobierno del Pacto les permitió a propietarios rurales y empresas que actualmente lo integran dejar de actuar solamente en respuesta a la obligatoriedad legal de la recuperación forestal, lo que se ha denominado compensación ambiental a proyectos de infraestructura como son las centrales hidroeléctricas o las carreteras, para proponer e implementar proyectos propios que traigan beneficios económicos, como por ejemplo, la diversificación de la producción agrícola.

“El Pacto propone una agenda única y a gran escala, que percibe a la restauración no sólo como la ampliación de la cobertura vegetal, sino también como un medio para promover las economías regionales y la cadena productiva, generando empleo e ingresos”, dice el biólogo Severino Rodrigo Ribeiro Pinto, presidente del directorio del Centro de Investigaciones Ambientales del Nordeste (Cepan) y actual coordinador nacional del movimiento. La transformación de pasturas y otras áreas abandonadas implica la contratación de mano de obra y la instauración de viveros con plantas de especies autóctonas regionales.

Pedro Brancalion …y el bosque que se formó tres años despuésPedro Brancalion

El Pacto no es la única organización de su tipo en Brasil. El 30 de enero fue presentada públicamente la Alianza para la Restauración de la Amazonia, que agrupa a ONGs, centros de investigación y empresas para promover actividades integradas de recuperación de las áreas taladas de la Selva Amazónica. “El compromiso asumido por Brasil en el marco del Acuerdo de París, que consiste en restaurar y reforestar 12 millones de hectáreas en todo el país, ilustra el alcance del reto que tenemos por delante”, comentó el biólogo Rodrigo Medeiros, vicepresidente de Conservación Internacional (CI-Brasil), en un comunicado con motivo del lanzamiento de la nueva organización. “A este nivel, solamente una gran articulación entre varios de los sectores de la sociedad brasileña, incluyendo a la iniciativa privada, es capaz de generar un marco concreto para promover esa transformación”.

Libro
Rodrigues, R. R. et al. Pacto pela restauração da Mata Atlântica: Referencial dos conceitos e ações de restauração florestal. São Paulo: Esalq-USP/ Instituto BioAtlântica, 2009, 260 p.

Artículo científico
BRANCALION, P. H. S. et al. Governance innovations from a multi-stakeholder coalition to implement large-scale Forest Restoration in Brazil. World Development Perspectives. v. 3, p. 15-17. 2016.

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