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Buenas prácticas

Un panorama de las retractaciones

Un trabajo dado a conocer en el mes de septiembre por Thed van Leeuwen, investigador del Centro de Estudios de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Leiden, en Holanda, suministró un panorama abarcador sobre los artículos científicos sujetos a retractación, es decir, que su publicación se anuló debido a errores, sesgos, fraudes o plagio. Se analizaron 3.729 papers retractados que se habían publicado en periódicos registrados en la base de datos Web of Science (WoS). Entre las evidencias favorables, el estudio reveló que la cantidad de trabajos problemáticos es pequeña –el equivalente al 0,008% del total de los artículos de la WoS– y que la cifra de retractaciones se ubica en un escalón inferior al de la década pasada. En 2015, se anularon menos de 250 artículos, unos 100 menos que el promedio anual entre 2005 y 2010. También pudo verse que el proceso que genera una retractación no permite que los artículos puestos en duda perduren demasiado: el 90% de los papers bajo sospecha acaban siendo retractados en el término de los seis años posteriores a su publicación.

El estudio reveló que las retractaciones son más frecuentes en las áreas del conocimiento con fuerte competencia internacional y estándar de publicación rápida, tales como la medicina clínica (un 27% del total), física y ciencias de materiales (un 20%), química (un 15%) y ciencias de la vida (un 12%). También son más frecuentes en aquellos países que premian a sus autores por publicar en periódicos con impacto internacional. A la cabeza se ubica Estados Unidos, con el 26% de las retractaciones. A continuación aparecen China (un 10%), Alemania y el Reino Unido (un 7% cada uno), Japón (un 6%) y Francia (un 5%).

En más de la mitad de los casos, la causa es algún tipo de mala conducta, como por ejemplo el plagio y el autoplagio (un 12%), publicaciones duplicadas (un 10%), falsificación y fabricación de datos (un 10%), irregularidades en el proceso de evaluación y problemas relacionados con la adjudicación de autoría (un 3% cada uno), entre otros. Tan solo el 10% de las retractaciones obedeció a errores. En un 24% de los casos no fue posible identificar el motivo por el cual el paper fue anulado, puesto que el aviso de retractación no incluía esa información. Para Leeuwen, muchos periódicos y autores aún perciben a las retractaciones como un tema tabú, y tal vez por eso se omiten las causas. Otra dificultad que se le planteó al investigador holandés fue entender las razones de las retractaciones cuando las mismas fueron solicitadas por los autores de los artículos. Según él, el uso de un lenguaje impreciso y confuso no siempre permitía inferir si se trataba de un caso de fraude o de error. El estudio fue publicado en un seminario promovido en Holanda por el Committee on Publication Ethics, el foro internacional de los editores de revistas científicas que debate los temas relacionados con la integridad de la ciencia.

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