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Biodiversidad

Un pesticida puede afectar a las abejas

Abeja sobre una flor en Canadá...

Jeremy T. Kerr

Ian Grettenberger/ Penn State …uno de los países donde los insecticidas neonicotinoides que revisten semillas de uso comercial afectaron a las poblaciones de esos insectosIan Grettenberger/ Penn State

Dos estudios de campo hallaron evidencias de que una clase de insecticida derivado de la nicotina, los neonicotinoides, muy utilizado para el control de plagas  en los cultivos, puede causar efectos negativos en algunas poblaciones de abejas salvajes y domésticas (Science, 30 de junio). Uno de los trabajos demandó dos años de investigaciones en 33 enclaves de tres países de Europa. En Hungría, el estudio constató una reducción promedio de un 24% en el número de abejas obreras en colonias situadas en los alrededores de campos de colza tratados con clotianidina, un pesticida de esta clase. En el entorno de los plantíos tratados con otro neonicotinoide, el tiametoxam, no se verificaron daños a las abejas. En el Reino Unido, los resultados fueron similares, aunque estadísticamente los datos fueron poco significativos. En Alemania, sin embargo, el trabajo no detectó daños a las abejas que pudieran asociarse al uso del insecticida. Para el ecólogo Richard Pywell, del Centro de Ecología e Hidrología en Wallingford (Inglaterra), quien coordinó el estudio, las abejas alemanas posiblemente no fueron afectadas por el compuesto químico porque sus colonias eran más sanas que las de los otros dos países. Pywell tampoco descarta la posibilidad de que las flores silvestres que crecen cerca de los campos cultivados en Alemania les hayan provisto recursos extras a aquellas abejas, tornándolas más resistentes. En otro estudio, llevado a cabo en forma independiente en Canadá, se constató que las colonias de abejas melíferas expuestas durante un período de hasta cuatro meses a los neonicotinoides en plantaciones de maíz contaban con menor cantidad de obreras e incluso podían quedarse sin reinas. Las empresas fabricantes de los insecticidas consideran que los estudios no representan la realidad de lo que ocurre en el campo en función del uso de esos pesticidas. A partir de 2013, la Unión Europea decretó una moratoria en el uso de tres neonicotinoides en áreas de siembra de colza y otros cultivos que producen flores, un atractivo para las abejas. Estos insecticidas no son pulverizados desde el aire, sino que revisten las semillas que venden las propias empresas, bajo la forma de una delgada capa de color.

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