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Astrofísica

Un vigía cósmico en el semiárido

Telescopio emplazado en el límite de Pernambuco con Bahía monitoreará el riesgo de que asteroides y cometas caigan en la Tierra

Universo4E. DE JONG E E. S. SUZUKI/JPN/NASACon alrededor de cuatro mil habitantes, la localidad pernambucana de Itacuruba, ubicada en el valle del río São Francisco medio, se apresta  transformarse en un lugar importante para la astronomía nacional. A mediados de este año entrará en operación allí, en el corazón del semiárido, un pequeño telescopio robotizado dotado de un espejo de un metro de longitud. Su misión es inusual en tierras brasileñas: hacer la caracterización física y determinar la órbita de pequeños cuerpos celestes, en general asteroides y cometas de diámetro de entre algunas centenas de metros y unos pocos kilómetros, que giran en las proximidades de la Tierra y con algún riesgo, aunque ínfimo, de caer sobre el planeta. “La probabilidad de colisión es muy baja, pero no es desdeñable”, afirma la astrofísica Daniela Lazzaro, del Observatorio Nacional (ON) con sede en Río de Janeiro, coordinadora de los trabajos que se llevarán a cabo con el nuevo instrumento. “Como nadie en el Hemisferio Sur realiza el seguimiento sistemático de esos objetos celestes, decidimos invertir en esa investigación.”El nombre formal del proyecto, Impacton (Iniciativa de Mapeo e Investigación de Asteroides en las Cercanías de la Tierra en el Observatorio Nacional, sigla en portugués), es una referencia con una pizca de humor negro a esa remota hipótesis.

La localidad nordestina fue elegida para recibir el telescopio, que será operado de forma remota desde la sede del ON, por sus características naturalmente favorables a observaciones cósmicas: unas 300 noches con cielo limpio, abierto y sin lluvia. El nivel de transparencia del cielo, otro apartado importante, aún no ha sido debidamente evaluado, pero los investigadores creen que Itacuruba, donde la altura media es de poco más de 315 metros, no los defraudará. “Después de que el telescopio esté operando durante dos o tres años seguidos, estaremos seguros del potencial de observación del lugar”, dice Daniela. “Si el sitio no fuera tan bueno como pensamos, podemos trasladar el proyecto a otro lugar”. En Itacuruba ya está lista la base donde se instalarán el telescopio (alemán, con óptica rusa) y su cúpula de seis metros, importada de Australia. El telescopio y la cúpula están en Recife y en los próximos meses serán transportados al interior del estado. El costo total de implementación del proyecto será de dos millones de reales.

De acuerdo con el Programa de Objetos Cercanos a la Tierra de la Nasa, la agencia espacial norteamericana, se conocen hasta ahora casi seis mil pequeños cuerpos celestes que orbitan las cercanías del planeta. Pero poco más de mil de ellos revisten algún riesgo potencial de hacer colisión con el globo terrestre y causar algún daño. Para ser una amenaza real, un asteroide o un cometa debe tener un diámetro superior a 150 metros o ser capaz de llegar a una distancia mínima de la Tierra de 7,5 millones de kilómetros (0,05 unidad astronómica). ¿Cuál es la probabilidad de que uno de esos objetos choque con la Tierra? Cada 100 mil años existen poco más que un 16,5% de probabilidades de que un objeto de un kilómetro de diámetro caiga en la Tierra, de acuerdo con la Agencia Espacial Europea (ESA). Un asteroide de ese tamaño abriría un cráter de 20 kilómetros de diámetro en el planeta y provocaría la muerte de millones de personas. Y es precisamente para seguir de cerca durante días la trayectoria de esos posibles visitantes indeseables que se planeó el Impacton.

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