Arqueólogos y geólogos de universidades brasileñas afirman haber descubierto los más antiguos indicios de la salida de homínidos de África, continente considerado la cuna de la humanidad. Las capas geológicas en las que se han encontrado guijarros tallados y lascas, oriundos de excavaciones realizadas entre 2013 y 2016 en el valle del río Zarqa, en Jordania, han sido datadas mediante tres métodos diferentes y muestran uba edad máxima de aproximadamente 2,5 millones de años. Si estos datos están correctos, esos artefactos líticos habrían sido producidos por las manos de humanos arcaicos pertenecientes a poblaciones de Homo habilis, la primera especie conocida del género Homo, 400 mil años antes del registro considerado hasta ahora como el más antiguo de la presencia de homínidos fuera del continente africano. “Nuestro estudio modifica la historia de la humanidad en casi medio millón de años”, afirma el bioarqueólogo Walter Neves, del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de São Paulo (IEA-USP), coordinador del equipo que realizó las investigaciones en Jordania y escribió un artículo científico sobre los hallazgos. El área del valle del río Zarqa donde se encontraron las piedras talladas dista alrededor de 40 kilómetros de Amán, la capital jordana, y está actualmente circundada por proyectos agrícolas y ciudades.
La datación y la caracterización de las piezas líticas de Jordania, polémicas como casi todos los descubrimientos que atañen a los albores del hombre, se publicaron online el día 9 de julio en el periódico científico Quaternary Science Reviews. Además de posiblemente hacer retroceder en el tiempo la salida de los humanos arcaicos de África, esos vestigios de piedra tallada también constituirían un indicio de que la primera especie de homínido que abandonó el continente madre puede no haber sido el Homo erectus, tal como sostiene la hipótesis más aceptada actualmente. Hace 2,5 millones de años –la edad de los sitios de Zarqa– existía tan solo una especie de homínido que trabajaba la piedra tallada: el Homo habilis, cuyo nombre se deriva justamente de la habilidad de haber sido el primer humano arcaico en tallar fragmentos de roca. Por eso, Neves y sus colegas deducen que la autoría de los artefactos de Zarqa puede pertenecer a esa especie. La presencia de agua en la región, un atractivo para la vida, detectada por medio de indicios geológicos, se remonta al menos al período en el cual fueron trabajados esos guijarros.
El H. habilis es la especie más antigua que se conoce del género Homo. Sus individuos alcanzaban una altura máxima de 1,4 metro (m) y el volumen de su cerebro era de aproximadamente 650 centímetros cúbicos (cm3), mientras el de un chimpancé varía entre 300 y 500 cm3. El H. erectus, en cambio, más desarrollado, surgido probablemente alrededor de 1,8 millones de años atrás en África, podía medir entre 1,60 y 1,80 m de altura y tenía un cerebro de al menos 850 cm3, volumen cercano al del hombre moderno, el H. sapiens (de al menos 1.100 cm3).
En las excavaciones de Jordania no se identificaron fósiles de osamentas de homínidos, una limitación que dificulta la confirmación de la presencia de poblaciones de H. habilis en el área durante la prehistoria remota. Los investigadores han encontrado tan solo vestigios de algunos animales que vivieron, en diferentes períodos de la prehistoria, en la región de Zarqa, como un mamut, un bóvido (uro) y restos de caballo. “Es muy raro encontrar esqueletos humanos en sitios paleolíticos”, comenta el arqueólogo italiano Fabio Parenti, de la Universidad Federal de Paraná (UFPR), otro miembro del equipo y coautor del trabajo. “Cuando no tenemos huesos, hablamos de las piedras [talladas por el hombre].” Según los investigadores, los aproximadamente 2 mil artefactos líticos obtenidos en Zarqa presentan características inequívocas de haber sido hechos por manos humanas y no de forma natural, debate que siempre surge cuando se encuentran nuevas evidencias arqueológicas con potencial de “reescribir” la prehistoria. “Hemos sido muy conservadores a la hora de seleccionar las piezas para el estudio”, asevera Parenti.
Los cantos tallados y las astillas obtenidas en Zarqa serían característicos de la llamada industria lítica olduvayense, muy primitiva y asociada al H. habilis, que habría tenido lugar en África hace al menos 2,4 millones de años. Se trata básicamente de guijarros a partir de los cuales se produjeron lascas. Lo que distingue las piezas de esa industria es su formato más angular (los guijarros de origen natural son más redondeados), con esquinas talladas en ángulos menores que 80 grados. “Encontramos en una barranca de 120 metros que excavamos una concentración anormal de artefactos de piedra”, subraya el arqueólogo Astolfo Araújo, del Museo de Arqueología y Etnología (MAE) de la USP, otro miembro del equipo. “Los homínidos no cazaban en esa época. Esas astillas probablemente se usaban para pelar carroña”, sugiere Neves. Los investigadores explotan los afloramientos que aparecían en las paredes de las terrazas, cavando en los cortes verticales en el suelo árido y compactado de la región, abiertos por proyectos agrícolas. “El suelo allí es tan duro que usamos hasta un martillo neumático en las excavaciones”, relata Araújo. Así fue como tuvieron acceso a al contenido depositado en las capas superpuestas de sedimentos fluviales.
Jordania forma parte de un corredor de paso por el cual los homínidos habrían salido de África
Hallazgos en China y en Georgia
El resultado de las excavaciones de Jordania, donde se encontraron posibles artefactos de piedra tallada, aunque no fósiles de los autores de esas piezas, se asemeja a otros descubrimientos recientes de la paleoantropología, especialidad que reúne el conocimiento de la arqueología y de la etnología para estudiar los orígenes y el desarrollo de los primeros humanos. En el pasado, una noticia similar provino del extremo Oriente. Investigadores chinos publicaron, en julio de 2018, un artículo en la revista Nature en el cual relatan el descubrimiento de piezas de la industria lítica –que es como los arqueólogos denominan a los artefactos de piedra trabajados por manos humanas– datadas en 2,1 millones años en la localidad de Shangchen, en el centro-este de ese país asiático. Antes de las piedras talladas de Zarqa recientemente descritas, esas piezas de China se consideraban las evidencias más antiguas de homínidos fuera de África. Como en Jordania, las excavaciones de Shangchen no revelaron huesos humanos fosilizados.
Existen también unos pocos sitios que parecen contar una historia más completa sobre el inicio de la dispersión de los humanos arcaicos fuera de África, con la presencia de artefactos de piedra y fósiles de homínidos. El caso más conocido y paradigmártico es el de la ciudad de Dmanisi, a aproximadamente 90 kilómetros de Tiflis, capital de la república de Georgia, en el Cáucaso, punto de encuentro entre el este europeo y el oeste asiático. Además de revelar una industria lítica y fósiles de animales, las excavaciones realizadas en la región encontraron fragmentos de esqueletos de homínidos datados en 1,8 millones de años. Son las osamentas de homínidos más antiguas descubiertas en otro continente que no el africano. Entre los hallazgos georgianos, cobran relieve cinco misteriosos cráneos, de tamaño y características diferentes, extraídos en excavaciones realizadas en las dos últimas décadas. Hasta el día de hoy no hay consenso sobre a qué especie, o especies de homínidos pertenecieron esas osamentas, si al H. erectus (la hipótesis más difundida), a una forma local de humano arcaico o incluso al H. habilis.
A diferencia de los sitios de Dmanisi, los del valle del río Zarqa, en Jordania, son poco conocidos. Pese a que fueron excavados por franceses e italianos hace entre 30 y 40 años (Fabio Parenti participó en trabajos de campo en dicha área a finales de la década de 1990), son objeto de pocas publicaciones científicas. El equipo de Neves decidió trabajar en esa región porque Jordania, en Medio Oriente, formaría parte de un corredor de paso natural para que los homínidos salieran de África hacia Asia. Sin embargo, casi no existen registros antiguos de la presencia de homínidos en Medio Oriente. “Nos sorprendimos mucho cuando nuestras dataciones nos dieron como resultado 2,5 millones de años para las capas geológicas más antiguas con artefactos líticos”, reconoce el geólogo italiano Giancarlo Scardia, de la Universidade Estadual Paulista (Unesp), en su campus de la localidad de Rio Claro, experto en paleomagnetismo y primer autor del estudio. “Pero creo que no hay cómo cuestionar nuestras dataciones”. Los tres métodos usados para determinar la edad de la formación Dawqara (capa geológica) en la que estaban los artefactos de piedra fueron la datación por isótopos de elemento argón, el decaimiento del uranio al plomo y el paleomagnetismo. Los resultados de los análisis nos llevan a pensar que la región habría sido habitada por homínidos durante un período continuo de 500 mil años, hace entre 2,5 y 2 millones de años.
Desde 2017, Neves, Parenti, Araújo y Scardia venían intentando publicar el artículo con los datos de Jordania en un periódico científico. Lo remitieron sin éxito a cuatro revistas. En diciembre de 2018, Scardia presentó un resumen del estudio en un congreso de la Unión Estadounidense de Geofísica. Al final de su intervención, uno de los editores de Quaternary Science Reviews lo invitó a publicar el trabajo en su revista. “Enfrentamos mucha resistencia”, recuerda Scardia. “Se me ocurre que, de haber tenido a un investigador conocido de una gran universidad del exterior como coautor del trabajo, habríamos logrado publicar el artículo con más facilidad”. Neves prevé que el artículo será objeto de muchas críticas provenientes del exterior. Hasta ahora, el trabajo no ha tenido mucha repercusión fuera de Brasil, al menos en la prensa. Quizá haya estado opacado por otro artículo, publicado durante la misma semana que el trabajo sobre Jordania, acerca del posible descubrimiento del más antiguo fósil de H. sapiens fuera de África.
“El equipo que realizó las excavaciones en Jordania es muy cualificado; no veo razones para dudar de los resultados”, pondera la arqueóloga Niède Guidon, directora presidenta de la Fundación Museo del Hombre Americano (Fumdham), de São Raimundo Nonato, en el estado de Piauí. “Todo está enterrado y, a medida que se realizan nuevas excavaciones, surgen nuevos descubrimientos”. Además de docentes de universidades brasileñas, firman también el artículo donde se relatan los descubrimientos realizados en el valle de Zarqa los investigadores Daniel P. Miggins, de la Universidad del Estado de Oregón, en Estados Unidos, y Axel Gerdes, de la Universidad Goethe, de Alemania, a quienes Scardia presentó a Neves. Alrededor de un 80% de los trabajos del equipo contó con financiación en el marco de proyectos de la FAPESP, y el resto con aportes de la Wenner-Gren Foundation for Anthropological Research, de Nueva York.
Proyecto
Evolución biocultural homínida del valle del río Zarqa, en Jordania: Un abordaje paleoantropológico (nº 13/22631-2); Modalidad Apoyo a la Investigación – Regular; Investigador responsable Walter Neves (USP); Inversión R$ 208.048,98.
Artículo científico
SCARDIA. G. et al. Chronologic constraints on hominin dispersal outside Africa since 2.48Ma from the Zarqa Valley, Jordan. Quaternary Science Reviews. v. 219, p. 1-19. sep. 2019.