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BUENAS PRÁCTICAS

Una ecóloga es acusada de fraguar datos en un estudio sobre la acidificación de los océanos

Anna Scott / Southern Cross UniversityDanielle Dixson (a la der.), junto a su colega Anna Scott, de la Universidad Southern Cross, en Australia, con quien escribió un artículo en el año 2016 sobre el riesgo del blanqueamiento de los corales para los peces payasoAnna Scott / Southern Cross University

La Universidad de Delaware (UD), en Estados Unidos, aceptó las conclusiones de un comité de investigación y consideró responsable de mala conducta científica a la ecóloga marina Danielle Dixson. La investigadora, una de las más reputadas de la institución, fue acusada de inventar y manipular datos en tres artículos científicos, uno de ellos sobre el impacto de la acidificación de los arrecifes de coral en el comportamiento de los peces, publicado en la revista Science en 2014. La publicación anunció la retractación de ese paper el 9 de agosto. El comité investigador determinó que los trabajos de Dixson se caracterizaban por su “patrón recurrente de descuidos, mantenimiento de registros defectuosos, manipulaciones de las planillas, errores en los artículos y desviaciones en los protocolos de ética animal”.

La ecóloga rechaza las acusaciones. En el sitio web Retraction Watch, ella afirmó que tenía en su poder “una investigación imparcial sobre acusaciones similares” que no halló nada malo, pero dijo que no podía divulgar los resultados porque por ahora eran “confidenciales”. En colaboración con su director de tesis doctoral, el biólogo Philip Munday, de la Universidad James Cook en Townsville (Australia), Dixson publicó a partir de 2009 una serie de estudios sobre los daños causados a los peces por el aumento en los niveles de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera. Los océanos absorben CO2, y esto tiene una estrecha relación con la muerte de los corales.

Sus estudios demostraron que la acidificación de los corales desorienta a los peces, lo que los impulsa a nadar siguiendo las sustancias emitidas por los predadores. Se utilizaron dispositivos por medio de los cuales un pez puede elegir nadar en pos de una señal química. El comité examinador consideró que Dixson no estaba en condiciones de recabar los datos por sí sola, como alega, porque para ello necesitaría 1.194 horas de observación (casi 50 días ininterrumpidos) y 11.628 litros de agua del mar fluyendo por un canal.

En 2020, en un artículo en la revista Nature, un grupo internacional de científicos demostró que no habían podido confirmar los resultados de los estudios de Dixson. Uno de los autores, el ecofisiólogo Fredrik Jutfelt, de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, elogió la disposición de la UD para investigar, pero denunció que se analizaron tan solo 7 de los 20 artículos señalados como sospechosos. Otro estudio publicado en 2012 en la revista Science por Dixson y sus colaboradores también está siendo investigado por la revista. El artículo revela que los corales presentes en las cercanías de las islas Fiyi pueden emitir señales químicas para “reclutar” peces herbívoros capaces de combatir a las algas tóxicas. En la edición nº 202 de Pesquisa FAPESP se publicó una nota acerca de este estudio.

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