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Buenas prácticas

Una nueva ola de secuestros de revistas

Sitios web de periódicos científicos clonados siguen engañando a autores desprevenidos. Investigadores brindan consejos para detectar falsificaciones

Spxchrome / Getty Images

La economista rusa Anna Abalkina, investigadora de la Universidad Libre de Berlín, estudia el alcance y el impacto de una modalidad de fraude cada vez más sofisticado: el secuestro de revistas científicas. Se trata de una maniobra en la cual los impostores se apropian de títulos de publicaciones legítimas y pasan a explotarlos en sitios web, generalmente ofreciendo la posibilidad de publicar artículos sin necesidad de una revisión cabal por pares, solamente a cambio de dinero. Esta estafa no es novedosa. Los primeros casos son de hace más de una década y existen listas que recopilan decenas de revistas que han sido afectadas y que se utilizan para advertir a los autores incautos.

La investigadora ha reunido datos que demuestran que se encuentra en marcha una nueva ola de secuestros de revistas cuyos efectos se han propagado a punto tal que el contenido fraudulento de los títulos clonados se considera legítimo en bases de datos de publicaciones científicas. En un estudio dado a conocer en junio en la plataforma ResearchGate, que aún no ha sido revisado por pares, la economista recopiló una lista de 17 revistas que han sido objeto de este tipo de fraude recientemente y cuyos artículos han sido indexados en la base de datos Scopus. Varias de ellas son publicaciones antiguas, que solo existen en formato impreso. Los falsificadores generan un sitio web falso que simula ser el oficial. En el preprint, Abalkina invita a sus colegas a informar de otros casos eventuales para colaborar en su labor de investigación.

La investigadora ha estudiado exhaustivamente uno de los casos, el de la revista Annals of the Romanian Society for Cell Biology, de Rumania, que dejó de publicarse en 2018. En octubre de 2020, unos maleantes crearon un dominio en internet y utilizaron el mismo registro del ISSN (International Standard Serial Number). Pero el consejo editorial es ficticio. Se desconoce el paradero de Ryon Oelen, su editor en jefe. La institución a la que él declara estar vinculado, la Universidad de Wageningen, en los Países Bajos, dice que no pertenece a su cuerpo docente. Al realizar una búsqueda en internet, su nombre aparece asociado a otra revista especializada en ingeniería secuestrada recientemente: Converter. El primero en percatarse de la falsificación fue Dmitry Dubrovsky, un estudiante al que le pareció raro que una revista de biología celular publicara un artículo sobre la resistencia rusa a la invasión nazi en la Segunda Guerra Mundial. La versión clonada de Annals of the Romanian Society for Cell Biology ha publicado más de 5.000 artículos en 2021, cobrándoles a sus autores 200 dólares por paper.

Entre los autores del contenido adulterado de la revista había autores de tres países –India, Irak y Uzbekistán–, algo que no sorprendió a Abalkina. Ella analizó un conjunto de manuscritos de revistas clonadas que lograron engañar a la base Scopus y se topó con esos mismos países. En el caso de Uzbekistán, le llamó la atención que el 41 % de todos los artículos de autores del país indexados en 2021 en la base de datos tenga origen fraudulento.

La plataforma Scopus tardó en detectar el fraude e incluso llegó a indexar inadvertidamente artículos publicados en el dominio clonado como si fueran legítimos. Un artículo publicado por científicos paquistaníes en PLOS ONE y otro de investigadores chinos en el Journal of Supercomputing, una revista del grupo editorial Springer Nature, citaron en las referencias bibliográficas artículos de la revista rumana clonada, lo que evidencia que este tipo de estafa puede tener repercusiones en la comunicación científica. “La creación de una lista de revistas secuestradas actualizada periódicamente constituye un reto para la comunidad y la comunicación académica, con el propósito de evitar que haya más autores timados”, escribió Abalkina en un texto elaborado para el sitio web Retraction Watch.

La identificación de una revista clonada puede erigirse como una tarea ardua. Entre las precauciones obligatorias que han de tenerse en cuenta sobresale la consulta en listas de revistas que han sido objeto de secuestros y comprobar si la dirección en internet atribuida a la publicación corresponde a la informada por bases de datos tales como Web of Science o Scopus. Pero también hay otras pistas que ayudan a evitar el engaño.

El científico de la computación Varun Menon, investigador de un grupo privado de instituciones de educación superior de la India, decidió estudiar las características en común de las revistas secuestradas luego de que un colega suyo cayera en una estafa. Su amigo recibió un correo electrónico de una revista con buena reputación en ciencias de la Tierra invitándolo a enviarles manuscritos. La revista en cuestión, cuyo nombre es Jokull y pertenece a la Sociedad Islandesa de Glaciología, figura en una lista en el Journal of Impact Factors (JIF), una herramienta de la empresa Clarivate Analytics que se utiliza para evaluar el número de citas en miles de revistas. El investigador no imaginó que la página web de la publicación, muy bien elaborada y de la cual provenía el e-mail, fuera falsa.

Tras analizar los sitios web clonados, Menon pudo reunir algunos elementos que ayudan a identificarlos y publicó un artículo sobre el tema en la revista Library Hi Tech News. Según el científico de la computación, algunos presentan una arquitectura precaria y tan solo contienen el espacio destinado al envío de artículos, y son, relativamente, los más fáciles de identificar. “Otros sitios web son más sofisticados, pero es posible estar atento a ciertos indicios. El investigador recomienda, por ejemplo, que los autores intenten descargar y evaluar otros artículos publicados por la revista. Las publicaciones secuestradas divulgan artículos de pésima calidad, sin someterlos a una revisión por pares genuina, y esto se trasluce incluso en el vocabulario de los papers, a menudo repletos de errores gramaticales o de tipeo. También es usual que los títulos clonados no dispongan de los archivos de las publicaciones originales. Cuando alguien intenta descargar un artículo antiguo, se le informa solo se le puede enviar a pedido, vía correo electrónico.

Otras características son similares a las de las revistas depredadoras, aquellas revistas de mala calidad que aceptan publicar cualquier tipo de manuscrito a cambio de dinero. Las publicaciones secuestradas generalmente trabajan con plazos muy breves de revisión por pares, labor que en realidad no se realiza, divulgan el paper rápidamente sin solicitar modificaciones y son expeditivas en cuanto al cobro. Otro rasgo común es su exagerada amplitud. Algunos títulos son evasivos sobre sus temas de interés y están dispuestos a publicar en múltiples áreas, siempre que se pague por ello.

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