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Ingeniería forestal

Aplican una nueva técnica para reforestar el área de Brumadinho, Minas Gerais, en Brasil

Se trata de una metodología que se vale de hormonas e injertos para multiplicar árboles autóctonos y acelerar su tiempo de florecimiento en áreas de desastres socioambientales

Vista aérea del sector afectado por la ruptura de la represa de la mina Córrego do Feijão, propiedad de la empresa Vale, en enero de 2019

Douglas Magno/AFP vía Getty Images

Una nueva propuesta de reforestación con árboles nativos concebida por investigadores del Departamento de Ingeniería Forestal de la Universidade Federal de Viçosa (UFV), en el estado brasileño de Minas Gerais, está poniéndose a prueba en la zona afectada por el desastre socioambiental causado en 2019 por la ruptura de la represa de relaves de la compañía minera Vale en la localidad de Brumadinho, en el Área Metropolitana de Belo Horizonte, la capital de dicho estado. Otras tres áreas cercanas a embalses mineros en la región están siendo evaluadas para la implementación de esta técnica de manera experimental. Y lo propio sucede en los alrededores de la Central Hidroeléctrica de Belo Monte, en Altamira, estado de Pará.

La referida técnica, que ha sido llamada “Rescate del ADN e inducción de la floración precoz en especies forestales nativas”, utiliza hormonas e injertos preparados específicamente para cada especie de árbol. Hace tres años se presentó por la misma una solicitud de patente que quedó registrada en el Instituto Nacional de la Propiedad Intelectual (INPI), y a su vez generó un artículo que salió publicado en la revista científica Annals of Forest Research, en marzo de 2020. “Árboles tales como el lapacho amarillo [Handroanthus albus] o el jequitibá rosa [Cariniana legalis], que demorarían de ocho a diez años en convertirse en adultos, con esta técnica, les toma un año florecer”, informa el ingeniero forestal Gleison dos Santos, docente de la UFV y responsable de la investigación. Un árbol se considera adulto cuando alcanza su edad reproductiva, es decir, cuando florece, generando flores, frutos y semillas.

El trabajo comienza con una visita de los ingenieros forestales a la zona afectada para realizar un reconocimiento de las especies autóctonas e identificar a los ejemplares que no sobrevivirían a los daños, que en el caso de Brumadinho son producto del lodo con residuos de mineral de hierro. El paso siguiente consiste en recolectar ramas de la copa de los árboles y trasladarlas al vivero de la UFV, donde se las injerta en partes de la raíz o el tallo de otros árboles de su misma especie o de la misma familia, produciendo copias de los árboles injertados, es decir, clones.

En este proceso, se somete a la planta a la aplicación de un conjunto de hormonas reguladoras del crecimiento preparadas específicamente por la UFV para cada familia de árboles autóctonos y que aceleran la transición de la planta juvenil a su etapa adulta. “Esta es la fase más difícil del proceso, pues requiere un ajuste de las dosis y de las épocas de aplicación. Cada especie tiene su propia receta”, explica el ingeniero forestal Luis Eduardo Aranha Camargo, de la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz de la Universidad de São Paulo (Esalq-USP), quien no participó de la investigación.

VALEUn investigador de la UFV recoge una muestra de jequitibá rosa para clonarla en laboratorioVALE

Posteriormente se procede a la introducción de los clones en el sitio que se desea reforestar. La floración de los árboles atrae a insectos, abejas, colibríes, roedores y otros polinizadores y dispersores de semillas que, a su debido tiempo, darán sus frutos. “A partir de este momento, el ecosistema puede considerarse restaurado”, dice Dos Santos.

El injerto, una técnica que une una parte de una planta a otra para lograr un mejor desarrollo, es algo habitual en la agricultura, cuya aplicación está muy difundida en la horticultura, en la fruticultura y en la producción de árboles de gran interés comercial, como los eucaliptos y los pinos. En estos casos, por lo general, el objetivo es propagar ejemplares genéticamente superiores para que florezcan precozmente, acelerando los cruzamientos.

Sin embargo, el trabajo de la UFV es innovador porque aplica la técnica en especies arbóreas nativas en peligro de extinción, que requiere de estudios para entender la afinidad entre el “caballo” [pie, patrón o portainjerto] y la rama o gajo del árbol que se clonará, que se le denomina “jinete” [púa o injerto]. Esta es la forma en que los botánicos, agrónomos e ingenieros forestales denominan a las partes de los árboles que desean preservar. Los tejidos del pie y del injerto se unen y, así, la transmisión de agua, sales minerales, compuestos fotosintetizados y características fisiológicas se producirá con normalidad.

Tradicionalmente, los ingenieros forestales son proclives a plantar brotes de árboles autóctonos como una manera de recuperar ecosistemas afectados por la actividad humana, los incendios u otras catástrofes. A menudo, esos plantines provienen de viveros de otras regiones en las que la especie también es nativa. Con todo, estas plantas traídas de afuera necesitan adaptarse al nuevo ecosistema, algo que no está exento de riesgos, incluida su muerte prematura.

El ingeniero forestal Raul Firmino dos Reis, analista ambiental de Vale, destaca que, al introducir un clon generado a partir del material genético rescatado de los árboles que crecen en el área afectada, la técnica desarrollada en Viçosa tiene el potencial de reducir el riesgo de adaptación de la nueva planta. “El clon lleva el genoma del árbol matriz, que tiene un historial de adaptación a ese ecosistema específico. Es más apto para defenderse contra las plagas y parásitos de la microrregión y está adaptado al ciclo local de lluvias y sequía”, dice Firmino Dos Reis.

Alexandre Affonso

“En teoría, la técnica de la UFV podría generar un beneficio adicional en el proceso de adaptación de las plántulas al ecosistema. Todavía nos falta saber si, en la práctica, esto supondrá una diferencia significativa”, dice el ingeniero forestal Dario Grattapaglia, investigador de Embrapa Recursos Genéticos y Biotecnología, en Brasilia. “Al clonar un grupo de árboles genéticamente emparentados y reintroducirlos en su hábitat original, teóricamente es posible mantener un perfil de diversidad genética similar al que poseía la región de Brumadinho antes de los daños generados por el desastre”, añade.

La experiencia de Brumadinho
El desarrollo de esta técnica ya estaba en una fase avanzada en la UFV en enero de 2019, pero hacía falta probarla sobre el terreno, cuando se produjo la ruptura de la represa de la mina Córrego do Feijão, de la empresa Vale, en Brumadinho, causando uno de las mayores catástrofes socioambientales en Brasil. Hubo 270 víctimas fatales, cuatro de las cuales siguen estando desaparecidas. El lodo generó tal devastación en el medio ambiente que afectó una superficie de 297 hectáreas (ha), el equivalente a 275 canchas de fútbol, y repercutió en toda la cuenca del río Paraopeba.

Tras la tragedia, Vale firmó un acuerdo de indemnizaciones y reparación del daño socioambiental con la gobernación y la Fiscalía de Minas Gerais, la Defensoría Pública y la Fiscalía Federal. La empresa también se comprometió a eliminar, de aquí a 2035, sus 30 represas construidas según el método de aguas arriba (sostenidas por relaves), como la de Brumadinho y, mientras tanto, a reforzar las estructuras de contención de los embalses en servicio.

La superficie forestal total afectada, en el caso de Brumadinho, fue de 146 ha. Hasta el mes de septiembre, 27 ha habían recibido 70.000 plantines de árboles nativos, entre los plantados en viveros y los clones producidos en la UFV. Hasta ahora se han plantado 1.000 de cinco especies: lapacho amarillo, jacarandá de Brasil [Dalbergia nigra], jequitibá rosa, árbol de la lluvia o brauna negra [Melanoxylon brauna] y pequi o nuez souari [Caryocar brasiliense]. La cantidad limitada de plantines clonadas en comparación con los procedentes de los viveros está justificada porque se trata de una prueba de una nueva tecnología que puede o no resultar más interesante que los métodos convencionales para reforestar total o parcialmente un área. El convenio de Vale con la UFV incluye el suministro de 6.000 plantines clonados de 30 especies diferentes en un lapso de tres años. “Estamos desarrollando las hormonas adecuadas para el resto de las familias de especies que serán reforestadas”, dice Dos Santos.

VALEUn plantín fruto del proceso de copia del ADNVALE

Según Firmino dos Reis, la recuperación de la región forestal marcha a la par de la habilitación de las áreas afectadas que depende del Cuerpo de Bomberos de Minas Gerais. Cuando una nueva área queda disponible, se inicia el proceso de restauración por medio de un análisis químico de la fertilidad del suelo y las posibles correcciones. A continuación, se estimula la recuperación vegetal, mediante la plantación de gramíneas que protegerán el suelo. Estas dos etapas llevan un total de 30 a 60 días, dependiendo del ciclo de lluvias. Lo que sigue es la restauración forestal, que comienza con el plantío de plantines de 50 a 70 centímetros.

La participación de la UFV en la recuperación ambiental de Brumadinho ha despertado el interés de otras empresas mineras, que también están llevando a cabo obras de descaracterización y restauración de sus represas construidas con el método de aguas arriba, como lo establece la Agencia Nacional de Minería (ANM). Compañías tales como Anglo American, Gerdau y Vallourec han firmado acuerdos con la UFV y, en conjunto, han encargado otras 3.000 plantines.

En Altamira, estado de Pará, la empresa Norte Energia, que controla la Usina Hidroeléctrica de Belo Monte, llamó a concurso para la selección de proyectos de investigación y desarrollo con miras a la instalación de un proyecto piloto de reforestación con árboles autóctonos en la zona que se encuentra aguas abajo del embalse de la central, en el río Xingú. El objetivo es recuperar la flora nativa y los árboles frutales típicos de la región que forman parte de la alimentación de los peces y tortugas del Xingú.

La propuesta ganadora fue la que presentó por la Universidad Federal de Pará (UFPA), en colaboración con la UFV y la Universidad Federal Rural de la Amazonia (UFRA). “La técnica de la UFV permitirá acelerar bastante la obtención de resultados”, dice el zoólogo Emil José Hernandez Ruz, de la UFPA. “Esto es fundamental para nuestro propósito de asegurar la alimentación de la fauna local”.

Artículo científico
MENDES, G. C. M. et al. Flowering acceleration in native Brazilian tree species for genetic conservation and breeding. Annals of Forest Research. 16 mar. 2020.

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