Poco es lo que se sabe sobre los virus. Situados en la frontera entre lo vivo y lo no vivo, puede hallárselos en todos los ambientes en que haya vida. Sus efectos sobre los más diversos seres pueden ser beneficiosos, inocuos o bien capaces de desencadenar epidemias devastadoras como la actual y otras recientes, tales como las de ébola y zika.
Aunque la cantidad de especies se estima en cientos de miles, solamente se han descrito 6.500, de las cuales 250 causan enfermedades en humanos. Estos elegantísimos parásitos bioquímicos, tal como los define el virólogo Eurico Arruda, debido a su capacidad para infiltrarse en el centro de mando de las células y utilizar a los organismos para propagarse y evolucionar, habrían surgido hace al menos 3.500 millones de años. El editor especial Ricardo Zorzetto se ocupa de este universo misterioso en un rico reportaje a partir de la página 20.
El rol preponderante de los datos en la batalla contra el nuevo coronavirus constituye el tema que atraviesa buena parte de esta edición, tal como lo resume el texto de apertura de la página 18. El denuedo para ampliar los testeos de covid-19, una radiografía del sistema brasileño de notificación obligatoria de casos y el artículo sobre los modelos matemáticos de las enfermedades infecciosas que amparan el poder público desde hace 250 años ilustran con claridad el carácter crucial de las cifras. Su importancia también queda manifiesta en el informe acerca de la dificultad de esbozar proyecciones sobre el PIB ante la ausencia de los indicadores habituales. Los reportes sobre un síndrome inflamatorio emergente posiblemente de una reacción tardía a la infección causada por el virus en algunos niños y adolescentes se abordan en un reportaje en la página 36. Los datos acerca de las particularidades que exhiben esos pacientes aún son escasos, dado que los mismos representan la franja etaria menos afectada por la enfermedad.
Las cifras de la pandemia siguen creciendo a ritmo acelerado. En el editorial anterior, el mundo sumaba 3,2 millones de personas infectadas por el nuevo coronavirus y 230 mil muertos; al cierre de la presente edición, al comenzar el mes de junio, el número de casos prácticamente se duplicó, superando los 6,6 millones, con 388 mil fallecidos. Ahora Brasil es un aportante significativo en las estadísticas del covid-19 como el segundo país en cuanto a la cantidad de casos, y en vías de ser el tercero en casos fatales. La magnitud de estas cifras dificulta dimensionar la tragedia, que el periódico estadounidense The New York Times tituló como una pérdida incalculable en su memorable portada del 24 de mayo, por la marca de 100 mil muertos en Estados Unidos. Entre las 23.402 defunciones que registró en el mes de mayo el Ministerio de Salud de Brasil, figuró Rubens Foiani, el padre de Greice, quien trabaja en el sector de suscripciones de la revista, y con quien tantos lectores han conversado. Todo el equipo se solidariza con la familia.
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En 2019 se registraron 12 mil km2 de desmontes en Brasil. Este dato surge del Primeiro relatório anual do desmatamento no Brasil [Primer informe anual del desmonte en Brasil], divulgado por MapBiomas, una iniciativa de la organización no gubernamental (ONG) Observatório do Clima, que se dedica al mapeo del uso de la tierra en el país. Del total de la superficie deforestada, el 99% se llevó a cabo en forma ilegal y casi en su totalidad en los biomas de la Amazonia (un 63%) y del Cerrado (un 33,5%). Y pese a que juntos representaron tan solo un 3,5% del total, los biomas brasileños denominados Caatinga, Pantanal y Pampa no son objeto de programas de monitoreo permanente del desmonte, por lo que se dificulta la obtención de un cuadro preciso al respecto de la situación de esos ecosistemas.
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