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Carta de la editora | 291

Periodismo en tiempos de pandemia

A partir del 20 de marzo, la redacción de Pesquisa FAPESP cerró y su equipo de trabajo comenzó a desarrollar sus tareas en forma remota. La edición correspondiente al mes de abril, que ya estaba en curso, se completó mientras corríamos para establecer nuevos procesos de trabajo que incluyen videoconferencias, plataformas de contenidos compartidos y almacenamiento en la nube. La edición actual fue planificada y ejecutada a distancia, y únicamente el fotógrafo de la revista, Léo Ramos Chaves, salió a la calle –mascarilla mediante– para tomar imágenes de la vida en la ciudad, tales como las que ilustran la contratapa.

La pandemia provocada por el nuevo coronavirus impactó en un sinnúmero de actividades laborales. Algunas quedaron paralizadas y otras proveen, incansablemente, servicios indispensables. Las comunidades de investigación e innovación están trabajando intensamente para entender el comportamiento y la estructura del virus Sars-CoV-2, causante del covid-19, y sus efectos en el organismo humano; y están desarrollando posibles medicamentos y vacunas. Mientras que no surja un tratamiento específico, los respiradores cumplen un rol importante en los casos más graves. Esos son algunos de los temas que se tratan en el especial sobre covid-19.

Resulta difícil analizar la pandemia en todas sus dimensiones. Un científico citado en la presente edición definió a la enfermedad caracterizándola como de una “ferocidad humillante”. En el editorial anterior, el mundo rondaba el millón de infectados, con más de 40 mil vidas perdidas. Un mes después, las cifras son aterradoras: se enfermaron 3,5 millones de personas y murieron 250 mil desde el comienzo de este año. Con esta velocidad, la cobertura periodística demanda actualizaciones diarias, que los lectores de Pesquisa FAPESP pueden seguir en el sitio web de la revista, o bien en el boletín electrónico (para acceder al mismo hay que registrarse en: https://revistapesquisa.fapesp.br/boletim/).

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Aunque el nuevo coronavirus acapara el interés y la preocupación de los lectores, también hay espacio para otros temas. La última edición de la Pintec, la investigación de la innovación del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), arrojó datos que apuntan una caída en el porcentaje de empresas que desarrollan actividades en esa área. También en lo concerniente a los problemas del desarrollo, los estudios económicos vienen demostrando que la desigualdad y la pobreza son fenómenos disímiles, y que la desigualdad creciente es un problema en sí mismo. No solo afecta a la movilidad social, sino también al crecimiento de la economía. Los impuestos progresivos constituyen un instrumento que varios países están utilizando para atenuar esas desigualdades.

Hacia el final del mes de abril, el neurocientífico Luiz Eugênio Mello, de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp), asumió la Dirección Científica de la FAPESP. Reemplaza en el cargo al físico Carlos Henrique de Brito Cruz, quien lo ocupaba desde 2005. En la entrevista que se publica en esta edición, el nuevo director hizo referencia a sus planes para la Fundación, a su visión en cuanto a ciencia y tecnología y a los desafíos que impone la pandemia. Mello propone para la FAPESP una ampliación de su actividad conjunta con otras unidades de la federación brasileña y con colaboradores internacionales, buscando países en diferentes instancias de desarrollo. Pese a los asuntos urgentes que plantea la pandemia, el director dice que esta hizo que la actividad científica creciese en la consideración de la sociedad, ya que las respuestas están surgiendo desde la ciencia: “Cuanta más gente sea educada para tener acceso al pensamiento científico y mejorar la capacidad de explorar el mundo y entenderlo en su entorno real, mejor será”.

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