Imprimir Republish

trayectorias

Con las manos sucias de crudo

La veterinaria Valeria Ruoppolo abre una empresa especializada en rescate y rehabilitación de la fauna afectada por los derrames de petróleo

IFAW/ J. HolcombEn 1994, tras graduarse en medicina veterinaria en la Universidade Paulista (Unip), en São Paulo, Valeria Ruoppolo se mudó a Argentina, en donde trabajó en la rehabilitación de aves y mamíferos marinos en una organización no gubernamental llamada Fundación Mundo Marino. Y esa experiencia le fue de gran valía cuando regresó a Brasil. En 2000, Ruoppolo inició su maestría en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de São Paulo (FMVZ-USP) para estudiar las principales causas de muerte de mamíferos acuáticos como las ballenas.

Entre enero y marzo de 2000, el mismo año en que ingresó a la maestría, Ruoppolo participó en el rescate de cientos de aves en la bahía de Guanabara, como consecuencia de la rotura de un oleoducto que conecta la refinería Duque de Caxias, de Petrobras, con la terminal de Ilha D’Agua. El vertido de más de 1 millón de litros de petróleo se esparció por alrededor de 40 kilómetros cuadrados (km²). “Fue mi primera gran emergencia ambiental”, recuerda.

Poco después recibió una invitación para ir a Estados Unidos a presentar el trabajo de rescate desarrollado en la bahía de Guanabara. Allí conoció a otros investigadores que la invitaron a participar en operaciones de rescate de animales en diversas regiones del mundo.

Ruoppolo se convirtió en una profesional del rescate de animales marinos afectados por derrames de petróleo, actuando en países tales como España, Noruega y Sudáfrica, donde en junio de 2000, un derramamiento afectó a miles de pingüinos africanos (Spheniscus demersus) en Ciudad del Cabo. Todas estas actividades la llevaron a terminar su maestría en 2003. Luego ella siguió trabajando en áreas afectadas por desastres ambientales.

En 2008, una resolución del Consejo Nacional de Medio Ambiente (Conama) pasó a exigir que las empresas responsables de instalaciones portuarias, plataformas, tuberías y refinerías cuenten con una planificación preventiva para el rescate de animales en caso de accidentes. La veterinaria vio en esa decisión una oportunidad de negocios y, en 2010, con otros tres socios, fundó Aiuká, una empresa de consultoría especializada en la elaboración de estrategias de emergencia para accidentes ambientales.

“Realizamos mapeos de las especies que pueden verse afectadas por derramamientos y planes con las primeras medidas en caso de emergencia”, explica. Esa planificación forma parte del proceso de licencia de empresas en el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (Ibama). “Sin ese plan preventivo, no pueden seguir adelante con sus actividades.”

Aiuká tiene su sede en Praia Grande, en el litoral paulista, y cuenta con una sucursal en Rio das Ostras, en Río de Janeiro. Actualmente trabajan en la empresa 20 profesionales, entre los cuales hay biólogos, veterinarios y oceanógrafos. A partir de 2012,  Ruoppolo tuvo que conciliar los trabajos en la empresa con su doctorado, también en la FMVZ-USP y concluido el año pasado. La idea era estudiar los efectos del petróleo en los pingüinos de Magallanes (Spheniscus Magellanicus) en la rehabilitación, “pero no hubo registros de pingüinos afectados por crudo en ese período”, comenta. La investigadora modificó el proyecto y estudió entonces los efectos del cambio de plumas en el sistema inmunológico de esa especie.

Republicar