
ReproducciónLa portada de diciembre de 1999 sobre la solidez del presidencialismo brasileño: un estudio pionero que analizó las votaciones en el CongresoReproducción
Un vistazo a las primeras ediciones de Pesquisa FAPESP permite observar cómo han evolucionado y han adquirido nuevos contornos algunos de los temas de interés de la investigación científica brasileña durante los últimos 25 años, como así también cómo han cambiado los retos que enfrentan los científicos y los gestores académicos. Un ejemplo valioso se encuentra en un artículo publicado en abril de 2000, que informaba sobre el reconocimiento a 104 científicos brasileños que habían escrito artículos de gran repercusión entre 1990 y 1999. El homenaje corrió por cuenta del Institute for Scientific Information (ISI), responsable de la base de datos Web of Science (WoS), y distinguía a los autores de papers que habían sido citados al menos 50 veces en otros estudios. “Recuerdo que recibí un certificado, que aún conservo”, rememora el nefrólogo Roberto Zatz, del Departamento de Clínica Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (FM-USP), coautor de un artículo publicado en 1992 en la revista Hypertension que encabezaba la lista brasileña del ISI, con 259 citas en 2000, y que actualmente acumula más de 700.
El artículo fue el resultado de una línea de investigación seguida por Zatz y su colega Gilberto de Nucci, investigador de la Universidad de Campinas (Unicamp), sobre un tema emergente en aquella época, el óxido nítrico, una molécula producida por las paredes de los vasos sanguíneos que cumple una función reguladora de la presión arterial y dio origen a medicamentos vasodilatadores. El paper se convirtió en una referencia para otros investigadores porque el grupo liderado por Zatz descubrió una forma de inhibir la producción de óxido nítrico en ratas, que entonces se volvían hipertensas. “Como se trataba de un método relativamente sencillo para inducir la enfermedad en ratas, muchos empezaron a utilizar a estos animales como modelos de investigación de la hipertensión y citaban nuestro artículo”, explica Zatz.
– Algunos temas de investigación relevantes desde el lanzamiento de la revista en 1999
– Investigadores explican conceptos relevantes en el ámbito de las Humanidades
– Docentes utilizan artículos de la revista en las aulas para debatir la ciencia
– La revista conquista lectores en todos los estados brasileños
Para confeccionar la lista de los artículos más citados, el ISI compiló 66.974 papers escritos por investigadores brasileños o radicados en el país en la década de 1990, y de ese conjunto extrajo 27 artículos cuyos autores recibieron el reconocimiento. Estas cifras suenan irrisorias si se las compara con el rendimiento actual de los científicos brasileños, que tan solo en 2019 publicaron prácticamente esa misma cantidad de 66.900 artículos que en toda la década de 1990, según la base de datos WoS. En 2023, la producción brasileña cayó a 56.300 artículos científicos a causa de la pandemia.
Asimismo, el perfil de los artículos altamente citados ha cambiado mucho, tanto en Brasil como en el resto del mundo, principalmente debido a la conformación de redes de colaboración. “Los estudios multicéntricos, que evalúan tratamientos en diversos lugares del mundo para obtener estadísticas más sólidas, pueden tener cientos de autores. Cuando estos estudios tienen que ver con enfermedades cardiovasculares, cáncer o diabetes, y apuntan directrices de tratamiento, acaban siendo muy citados”, dice Zatz. Si bien los estudios sobre el óxido nítrico ya no cuentan con el atractivo del pasado, otros temas han cobrado protagonismo. En 2021, Pesquisa FAPESP publicó un reportaje sobre la lista de los 21 investigadores brasileños que en ese momento figuraban entre los más citados del mundo. Estos autores, que estudian temas tales como los alimentos ultraprocesados, epidemiología, virología y cambios climáticos, produjeron artículos científicos que han recibido, en uno de los casos, hasta 4.000 citas (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 310).
El alcance de los resultados de las investigaciones se ha ampliado radicalmente desde finales de la década de 1990, con la disponibilidad de revistas en internet y, posteriormente, con el avance del movimiento de acceso abierto a la información científica. Un reportaje publicado por Pesquisa FAPESP en junio de 2000 destacaba el progreso del Programa Biblioteca Electrónica (ProBE), creado por la Fundación en 1999 para garantizar el acceso en línea a revistas internacionales a investigadores y alumnos de las universidades e institutos de investigación públicos con sede en el estado de São Paulo. El texto hacía hincapié en el número de periódicos científicos disponibles: 841. El ProBE dio por concluidas sus actividades a finales de 2002, transfiriendo su experiencia a una iniciativa de alcance nacional, el Portal de Periódicos, gestionado por la Coordinación de Perfeccionamiento del Personal de Nivel Superior (Capes), que actualmente ofrece a investigadores de universidades públicas de todo Brasil acceso al contenido de más de 40.000 revistas y 150.000 libros. “El ProBE había sido lanzado para racionalizar los costos de suscripción a las revistas, compartiéndolos con varias universidades de São Paulo. Pero su crecimiento fue veloz. A los científicos les gustaba tener acceso a las revistas en la pantalla de su computadora”, explica la bibliotecaria Rosaly Fávero Krzyzanowski, quien fuera coordinadora operativa del ProBe e implementó la Biblioteca Virtual de la FAPESP.

ReproducciónLos reportajes sobre los investigadores brasileños más citados en la década de 1990 y la biblioteca que brindaba acceso en línea a las revistas científicasReproducción
En el año de la creación de Pesquisa FAPESP, las discusiones sobre los problemas y los desafíos de la ciencia brasileña se centraban en algunos temas que hoy en día parecen superados o que han perdido relevancia. Los debates de la 51ª Reunión Anual de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia (SBPC), realizada en Porto Alegre (Rio Grande do Sul), fueron particularmente acalorados en lo que se refiere a dos temas ‒el Mercosur y los alimentos transgénicos‒, según un reportaje publicado en julio de 1999 en uno de los últimos números del boletín Notícias FAPESP, predecesor de esta revista. El bloque económico regional estaba inmerso en un debate acerca de las posibilidades y los límites de la integración económica que concitaba el interés de los investigadores. El lema oficial de la reunión fue “Mercosur: la caída de las barreras”.
Por otro lado, el revuelo en torno a los transgénicos dejaba en evidencia una escisión entre los líderes científicos a propósito de la prohibición que se le impuso en aquel momento a la multinacional Monsanto para comercializar sus variedades de soja genéticamente modificada en el país. Mientras que los directivos de la SBPC abogaban por una moratoria de cinco años para la siembra de esos productos hasta que se concretaran nuevos estudios, los genetistas presentes en el encuentro, como Francisco Salzano (1928-2018), homenajeado en el evento, bregaban por la liberación inmediata de los productos.
En la última reunión de la SBPC, celebrada en Belém (Pará), en el mes de julio, ni el Mercosur ni los transgénicos estaban en el candelero: el lema del encuentro fue el desarrollo sostenible de la Amazonia. Entre los temas candentes de la reunión, que reflejan algunos de los retos preponderantes que enfrenta la ciencia brasileña, sobresalieron los cambios climáticos, el desarrollo de vacunas y la inteligencia artificial. Pero también hay asuntos perennes. Los desafíos para garantizar una financiación adecuada de la ciencia y la educación superior se debatieron en los encuentros de 1999 y 2024. Hace 25 años, las conversaciones giraban en torno a la necesidad de ampliar las fuentes de financiación a la investigación científica y el presupuesto de las universidades federales. En 2024, la evolución del presupuesto de las universidades federales también se discutió, haciendo hincapié en la necesidad de ampliar los fondos destinados a costeo y ayuda estudiantil, con el objetivo de respaldar las políticas de inclusión y de cupos.
En marzo de 2000, un reportaje informaba de los resultados de un proyecto de investigación sobre compuestos químicos extraídos de plantas del Bosque Atlántico y del Cerrado paulista con cierto potencial para transformarse en fármacos. Según el texto, en experimentos preliminares de laboratorio, seis especies mostraron acción antibiótica, mientras que otras ocho presentaban algún efecto antioxidante contra tumores o el mal de Chagas. La química Vanderlan Bolzani, del Instituto de Química de Araraquara de la Universidade Estadual Paulista (Unesp), quien coordinaba ese proyecto, comenta que la búsqueda de moléculas de interés farmacéutico en la biodiversidad fue un tema de investigación emergente. “Se hablaba mucho de la bioprospección y ese proyecto, creado un año después del inicio del programa Biota FAPESP, se hallaba en línea con esta ambición”, dice haciendo referencia al programa creado en 1999 para caracterizar a las especies de la biodiversidad paulista.
El programa creó la Red Biota de Bioprospección y Bioensayos (BIOprospecTA) con el propósito de buscar sustancias biológicamente activas en la biodiversidad del estado de São Paulo e identificar modelos químicos que pudieran utilizarse en el desarrollo de fármacos y cosméticos. Según Bolzani, quien se convirtió en coordinadora de esta red, empresas farmacéuticas como Apsen y Aché llegaron a financiar proyectos de investigación en busca de moléculas, pero con el tiempo, esta iniciativa fue perdiendo aliento debido a los altos costos de la investigación y desarrollo que son naturales a la hora de crear nuevos medicamentos. “Cuando hubo que realizar los estudios preclínicos de los compuestos, que eran muy caros, las empresas se desentendían”, dice. La investigación con productos naturales, explica, dio lugar a una estrategia menos onerosa, consistente en tratar de modificar compuestos ya existentes para que tengan nuevas propiedades o hacer modelado por computadora.

Reproducciones | Plantas: mscompost / iNaturalist | Tomaz Melo / iNaturalist | Mayk Oliveira / iNaturalistLa prospección de compuestos de la biodiversidad, descrita en un artículo de marzo de 2000, generó conocimientos, pero no se tradujo en la obtención de nuevos fármacosReproducciones | Plantas: mscompost / iNaturalist | Tomaz Melo / iNaturalist | Mayk Oliveira / iNaturalist
Si bien el título del artículo de 2000, “Nuevos medicamentos en los bosques”, no fue mucho más allá del papel, el conocimiento generado por esta línea de investigación se ha expandido. El Núcleo de Bioensayos, Biosíntesis y Ecofisiología de Productos Naturales (NuBBE) de la Universidade Estadual Paulista (Unesp), con sede en Araraquara, creado por Bolzani, dispone de una base de datos de 640 compuestos químicos extraídos de la biodiversidad brasileña, además de una “biblioteca de extractos” con muestras de 1.500 sustancias. “El material se encuentra a disposición para que otros investigadores puedan explorar este conocimiento acumulado”, dijo.
Ciencia política
Un proyecto de investigación sobre las interacciones entre los poderes Ejecutivo y Legislativo en Brasil inspiró el reportaje de portada publicado en diciembre de 1999. “El presidencialismo hace que gobernar sea fácil”, sostenía el título interior. Los politólogos Argelina Cheibub Figueiredo, por entonces en la Unicamp, y Fernando Papaterra Limongi, a la sazón en la USP, llevaron a cabo un análisis sin precedentes de las votaciones nominales de proyectos de ley en el Parlamento brasileño y llegaron a la conclusión de que el presidencialismo, tal y como quedó moldeado por la Constitución de 1988, garantizaba al Ejecutivo herramientas institucionales lo suficientemente fuertes como para dar curso a su propia agenda en el Congreso e inducir la cooperación de los partidos políticos.
Hoy en día, las conclusiones del proyecto podrían sonar anacrónicas en momentos en que se discute la ampliación del control del Parlamento sobre el presupuesto federal y las derrotas que le ha infligido el Legislativo al gobierno en temas tales como seguridad pública, medio ambiente y derechos de los pueblos originarios, pese al apoyo brindado a la agenda económica. Limongi dice que la noción de que gobernar Brasil es difícil es bastante antigua y el Ejecutivo encuentra dificultades para conseguir la cooperación necesaria del Legislativo, animado por intereses fisiológicos. “Cada vez que el sistema político brasileño atraviesa una crisis, esta reinterpretación reaparece, ya sea en boca de autores brasileños o de brasileñistas”, dice. Para él, la percepción actual sobre el balance de poder entre el Ejecutivo y el Legislativo es una versión actualizada de la tesis que tampoco está respaldada en evidencias. “Evidentemente, no se trata de negar que el Congreso ha ampliado su injerencia sobre el presupuesto, con la creación de enmiendas tributarias, de bancadas y las llamadas enmiendas Pix [transferencia rápida de fondos]. Pero esto no significa que la figura del presidente de la República haya quedado debilitada o perdido capacidad de gobernar”, analiza. “El cargo conserva su fortaleza, sigue teniendo “la sartén por el mango, conserva su influencia sobre el presupuesto y dispone de mecanismos para controlar gran parte del proceso político y conseguir la cooperación de los partidos. A mi juicio, las conclusiones del proyecto siguen teniendo validez”.
Para Limongi, el problema actual pasa por otro carril. “Es una herencia del gobierno anterior, que en cierto modo renunció a gobernar y les cedió el control del presupuesto a los presidentes de la Cámara y del Senado para neutralizar cualquier riesgo de un proceso de juicio político. No resulta sencillo volver a lo de antes, pero se está viendo una progresiva reafirmación del Ejecutivo en el control del presupuesto”, dice el politólogo, quien ha seguido investigando las interacciones entre el Ejecutivo y el Legislativo en tres proyectos temáticos posteriores de la FAPESP, entre 2001 y 2023. Ahora, se apresta a cambiar el chip: quiere estudiar las razones y los efectos de la inestabilidad política para entender las condiciones por las que varios gobiernos de Latinoamérica no han conseguido cumplir sus mandatos, interrumpidos por derrocamiento o juicio político.
Este artículo salió publicado con el título “En respuesta al tiempo” en la edición impresa n° 344 de octubre de 2024.
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