Desde el comienzo de la pandemia, en marzo de 2020, hasta el 1º de diciembre de 2021, se contabilizaron 1.948 muertes de mujeres durante el embarazo o en el puerperio, en las primeras cuatro semanas posteriores al parto. En un estudio cualitativo, la antropóloga Debora Diniz, de la Universidad de Brasilia, en colaboración con la psicóloga Luciana Brito y la abogada Gabriela Rondon, investigadoras de la organización no gubernamental Anis – Instituto de Bioética, entrevistaron a los familiares de 25 mujeres de entre 24 y 45 años fallecidas a causa del covid-19 durante la gestación o el puerperio. Las investigadoras identificaron tres barreras para una atención adecuada de esas mujeres en el sistema público y privado de salud brasileño: la detección tardía de los síntomas de la enfermedad y la posterior realización de testeos, el retraso en la hospitalización después del diagnóstico y, tras ello, las sucesivas demoras en el ingreso a la UTI, en la adopción de la ventilación invasiva y en la inducción al parto (The Lancet Regional Health – Americas, 2 de abril). “Una emergencia de salud pública exige respuestas centradas en las mujeres para disminuir los impactos adversos en la salud reproductiva”, apuntan las autoras.
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Deficiencias en la atención médica a las mujeres embarazadas
Tres barreras que perjudicaron la atención materna durante la pandemia
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