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Memoria

El botánico que hacía libros en la Corte

Hace 210 años, fray Mariano Veloso produjo obras que señalaban los problemas del Brasil colonial

REPRODUÇÃO DE A CASA LITERÁRIA DO ARCO DO CEGO (IMPRENSA NACIONAL/CASA DA MOEDA / BIBLIOTECA NACIONAL, LISBOA)Ilustración de Arte do carvoeiro ou methodo de fazer carvão de madeira, de Duhamel du Monceau, edición de Arco do Cego, 1801REPRODUÇÃO DE A CASA LITERÁRIA DO ARCO DO CEGO (IMPRENSA NACIONAL/CASA DA MOEDA / BIBLIOTECA NACIONAL, LISBOA)

Durante tres años, entre 1799 y 1801, un editor brasileño apostado en Lisboa reunió en una imprenta a un grupo de brasileños y portugueses ilustrados empeñados en producir textos técnicos europeos. Se trataba principalmente de cuestiones ligadas a la agricultura y a modos de producción más eficientes que los empleados por hacendados y criadores en Portugal y en Brasil. La imprenta se volvió conocida como Casa Literária do Arco do Cego y su editor, fray José Mariano da Conceição Veloso, como una de las figuras más notables de su tiempo en la Corte y en la Colonia.

La imprenta Arco do Cego trabajó tan sólo tres años, y luego terminó siendo incorporada a la Imprenta Real. Pero la fama de fray Veloso venía de antes. Su nombre de pila era José Veloso Xavier, nacido en la antigua localidad de São José d’El Rei, actual Tiradentes (Minas Gerais). Poco se conoce sobre su formación como religioso. Se sabe que a los 19 años ingresó al convento de São Boaventura de Macacu y al cabo de cinco años se trasladó al convento de San Antonio, de Río de Janeiro. Se convirtió en profesor de geometría e historia natural, pero su principal interés siempre fue la botánica.

En 1783, el fraile estaba oficialmente vinculado al gobierno portugués como uno de los encargados de realizar viajes filosóficos, como se les decía en la época, de reconocimiento de la Colonia, y para juntar especímenes de la fauna y la flora que se enviaban a la Corte. La admiración por Veloso llevó al virrey Luís de Vasconcelos e Sousa – que tenía un especial aprecio por las ciencias naturales – a determinar que éste realizase excursiones por toda la provincia de Río para juntar y examinar plantas fluminenses. Durante ocho años (1783-1790), Veloso juntó miles de ejemplares que darían forma a su obra mayor: Flora fluminense. Varios compañeros de congregación lo ayudaban en las definiciones de las plantas y dibujaban lo que él juntaba.

Flora fluminense reunió 1.626 especies distribuidas en 396 géneros. Su publicación, en 10 tomos, recorrió un largo periplo y se concretó íntegramente recién en 1881, 70 años después de la muerte de Veloso. Aún en vida, el fraile fue objeto de críticas que atrasaron la publicación. En ocasiones, de manera velada, como intrigas; en otras, claramente, como la del botánico “profesional” portugués Félix de Avelar Brotero, quien decía que había errores importantes en los dibujos, en las descripciones y en la nomenclatura de géneros y especies. En virtud de su formación en gran medida autodidacta, Veloso no tenía una relación amigable con la Academia Real de Ciencias de Portugal. La comunidad de naturalistas portugueses nunca lo reconoció como uno de los suyos, de acuerdo con lo que sostienen Maria de Fátima Nunes y João Carlos Brigola, historiadores de la Universidad de Évora, Portugal, en un ensayo biográfico que integra el libro A Casa Literaria do Arco do Cego (Imprensa Nacional/ Casa da Moeda/ Biblioteca Nacional, Lisboa, 1999).

Veloso fue a Lisboa en 1790 y seis años después publicó el periódico agrario Paladio Portuguez y Clarim de Palas, que abordaba las novedades y mejoras en la agricultura, las manufacturas y el comercio. En 1799 fue nombrado para Arco do Cego e incluso después de que la imprenta fue absorbida por la Prensa Regia, en 1801, siguió trabajando en el área.

“Veloso publicaba los libros siempre preocupado con los problemas de la Colonia”, dice la historiadora Márcia Ferraz, del Centro Simão Mathias de Estudios de Historia de la Ciencia de la Pontificia Universidad Católica de São Paulo (PUC-SP). “La serie O fazendeiro do Brasil, por ejemplo, estaba constituida por 11 tomos que abordaban desde la fabricación de azúcar hasta el cultivo de café, de cacao y de plantas para tintoreras, y enseñaba a preparar derivados de leche”. Durante los tres años de Arco do Cego, se escribieron o se tradujeron 83 libros, muchos de los cuales se publicaron en asociación con otras imprentas. Los temas abarcaban la agricultura, la historia natural, la medicina y la salud pública; la náutica, las ciencias exactas, la poesía y la historia. Los grabados y los dibujos técnicos eran abundantes, con un objetivo claramente didáctico.

Con la invasión francesa, en 1808, Veloso regresó a Río, donde falleció en 1811, a los 69 años. Su trabajo como editor y botánico fue reconocido durante la mayor parte del tiempo. Pero faltó que su obra mayor fuese publicada en vida.

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