Si la tendencia actual de emisión de gases de efecto invernadero no se atenúa significativamente, hacia finales de este siglo los océanos serán más cálidos y ruidosos. Este es el pronóstico del grupo coordinado por la experta en bioacústica Alice Affati, de la Universidad Memorial de Terranova, en Newfoundland y Labrador (Canadá). Ella y sus colaboradores calcularon el efecto que el aumento de la temperatura previsto hasta 2100 causará en la velocidad de propagación del sonido en el agua, teniendo en cuenta las diferencias de salinidad y profundidad de los mares de todo el mundo. Según las proyecciones, las regiones más afectadas serían el Mar de Labrador, en el Atlántico Norte, y el Mar de Groenlandia, en las proximidades del Ártico. En estas áreas, hasta una profundidad de 500 metros, la velocidad del sonido aumentará un 1,5 %, lo que equivale a 90 kilómetros por hora. También se espera que la velocidad del sonido aumente, aunque algo menos, en el noroeste del Pacífico, en el Ártico, en el océano Antártico, en el golfo de México y en el sur del mar Caribe (Earth’s Future, 22 de marzo). Además de viajar más rápido, las ondas sonoras, como las que emiten los barcos, vibran durante más tiempo en aguas más cálidas y pueden perjudicar a los animales marinos –especialmente a los mamíferos– que utilizan el sonido para comunicarse, desplazarse, hallar alimento y parejas para reproducirse.
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