La inclusión de estudiantes negros y pardos en la educación superior repercute en la producción de conocimiento
Luana Vitra
En sintonía con la creciente presencia de negros en la educación superior, distintas áreas del conocimiento comienzan a considerar los aspectos étnicos y raciales en las actividades de enseñanza e investigación. Así como en las carreras del campo de la salud uno de los esfuerzos ha consistido en estructurar asignaturas que tengan en cuenta las enfermedades que afectan con mayor intensidad a la población negra, un tema que históricamente había sido relegado a un segundo plano, en el ámbito de las ciencias humanas y sociales cobra fuerza la revisión de los conceptos establecidos a partir de referentes teóricos exclusivamente europeos o estadounidenses.
La Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRGS), una de las instituciones en donde la adopción de la política de cupos más ha impactado, según la investigación que llevó a cabo Adriano Souza Senkevics, del Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Educativas (Inep, por sus siglas en portugués), comenzó a incluir en su programa curricular de la carrera de medicina la oferta de una asignatura centrada en las cuestiones étnico-raciales. La bioquímica Maria Luiza Saraiva Pereira, coordinadora de las clases, explica que la iniciativa surge, en parte, de la disposición del Ministerio de Educación (MEC), emitida en 2014, que establece que los planes de estudio de las carreras de medicina deben incorporar enfoques éticos y humanistas de la profesión. “Por otra parte, la materia en cuestión procura atender las demandas que han surgido a partir del ingreso de alumnos por cupos. En ella, abordamos temáticas que no se tratan en el programa curricular tradicional de la carrera, tales como las enfermedades más frecuentes entre negros e indígenas, y diversos aspectos de sus culturas y de la política nacional de salud que inciden directamente en sus vidas”, especifica. Al recordar su condición de investigadora negra en un estado en el que la mayoría de la población es blanca, Saraiva Pereira hace hincapié en la importancia de instalar en las aulas el debate sobre la diversidad étnico-racial.
En un proyecto de investigación, el antropólogo Rosenilton Silva de Oliveira, de la Facultad de Educación de la Universidad de São Paulo (FE-USP), analizó los planes de estudio de unas 390 carreras de pedagogía de instituciones públicas de Brasil, y comprobó que entre 1998 y 2018, si bien la mayoría no contiene una asignatura obligatoria, en gran parte de ellos está incluida la temática étnico-racial en sus programas. “También detectamos que se crearon 552 grupos de investigación sobre diversidad, 315 de ellos en el área de la educación. En 2003, la Ley Federal nº 10.639 modificó la Ley de Directrices y Bases (LDB) y dispuso la obligatoriedad de la enseñanza de historia y cultura afrobrasileña en los programas curriculares de la educación básica, promoviendo la articulación de docentes, investigadores y representantes del movimiento negro para debatir cómo llevar a la práctica esa normativa”, relata.
Según Silva de Oliveira, la actual tendencia generalizada en Brasil marca que las ciencias sociales y la educación han desarrollado reflexiones que tendientes a transformar la manera en que se imparte el conocimiento en las escuelas, incorporando como base las matrices africanas e indígenas. Un ejemplo de ello lo constituyen las nuevas metodologías adoptadas en la enseñanza de idiomas, como en los casos del inglés o el francés, que pasaron a incorporar como matriz lingüística versiones de lenguas habladas en los países africanos.
En esa misma línea, el sociólogo Antonio Sérgio Alfredo Guimarães, de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas de la Universidad de São Paulo (FFLCH-USP), ha propuesto reflexiones críticas sobre el concepto de modernidad. “Históricamente, la noción del proceso civilizatorio implica un distanciamiento de todo aquello que no es europeo ni occidental. En Brasil, ese proceso se ha caracterizado por los esfuerzos para ‘civilizar’ a los originarios y a los negros, mediante la difusión de la cultura europea”, apunta. En un libro publicado recientemente, Guimarães pone de relieve el desarrollo de otro concepto de modernidad que, en Brasil, comenzaron a forjar los intelectuales negros a partir de la década de 1930. Para reflexionar sobre este concepto, entre otras referencias, él se basa en la obra del sociólogo británico Paul Gilroy, quien cuestiona la noción de modernidad a partir de la historia del denominado Atlántico Negro. “Me he propuesto desarrollar las ideas de Gilroy, poniendo de manifiesto la existencia de varias modernidades vinculadas a las tradiciones lingüísticas y culturales de América. El concepto de una modernidad negra implica la idea de descolonizar el país, en busca de resaltar su originalidad cultural”, propone Guimarães.
La socióloga Bárbara Castro, de la Universidad de Campinas (Unicamp), comenta que, históricamente, el Instituto de Filosofía y Ciencias Humanas (IFCH) de dicha institución ha cobijado estudios sobre las relaciones raciales en Brasil. Empero, en los últimos años y con motivo de la expansión de la diversidad entre el alumnado, se han incorporado investigaciones que no indagan solamente en el tema de la raza como un objeto en sí, sino que parten de ella para proponer análisis de diversos aspectos de la sociedad moderna. “Un grupo de estudiantes de posgrado, bajo la dirección del sociólogo Mário Augusto Medeiros da Silva, trabajó con los archivos históricos para analizar las formas de asociacionismo negro en el período posterior a la abolición, entendiéndolas como espacios fundamentales para la producción de ciudadanía en el país”, refiere.
El astrofísico Alan Alves-Brito, de la UFRGS, primero de su familia en ingresar a la educación superior, coordina el Núcleo de Estudios Afrobrasileños, Indígenas y Africanos (Neab), que congrega a investigadores de diversas áreas. Y ha estructurado una asignatura para debatir los temas raciales en el campo de la astrofísica. Entre los ejes que aborda se incluye el diálogo con los saberes tradicionales de las comunidades remanentes de palenques [quilombolas] e indígenas, la escasez de personas negras que actúen en la física y en la astronomía y discusiones sobre el racismo científico. “Muchos estudiantes negros egresados de las escuelas públicas, como es mi caso, no tienen acceso a la cultura digital. Yo siempre soñé con ser astrofísico, pero creía que esta idea era una posibilidad remota”, relata. Según él, esta situación empezó a cambiar cuando la Universidad Estadual de Feira de Santana (Uefs), su ciudad natal, instauró el profesorado en física, carrera en la cual se graduó. “Soy uno de los únicos profesores negros de la UFRGS y, aun enfrentando retos, esto me abrió posibilidades de implementar nuevas investigaciones y materias. Hoy en día me invitan a brindar conferencias sobre mis investigaciones en astrofísica y diversidad en la ciencia en todo el mundo”, comenta. Por otra parte, Alves-Brito recuerda que no es posible hacer investigaciones en astrofísica sin incluir el análisis estadístico y la computación. “La educación escolar contemporánea, basada en la cuarta revolución industrial, solo tiene lugar en las escuelas privadas”, sostiene. “El 73 % de los trabajadores del sector de la tecnología informática son blancos”, informa, aludiendo a un estudio realizado por la organización Potências Negras Tec.
Atento a este desequilibrio, Tarcízio Silva, quien realiza un doctorado en ciencias humanas y sociales en la Universidad Federal del ABC (UFABC), procura entender hasta qué punto la tecnología está moldeada por la jerarquía racial. Para ello, se basa en una investigación de las científicas de la computación estadounidenses Joy Buolamwini y Timnit Gebru que muestra de qué manera los sistemas de identificación de las características de género y edad se equivocan con mayor frecuencia en el caso de las personas negras y, especialmente, de las mujeres negras. “Los sistemas basados en la inteligencia artificial han sido adoptados incluso con tasas enormes de error”, critica Silva.
Como resultado de su tesis doctoral defendida en la Pontificia Universidad Católica de São Paulo (PUC-USP) y de su investigación posdoctoral realizada en la PUC de Campinas, la psicóloga Simone Gibran Nogueira publicó en 2019, con el apoyo de la FAPESP, el libro intitulado Libertação, descolonização e africanização da psicologia: Breve introdução à psicologia africana (Edufscar). “Soy una mujer blanca, libanobrasileña, y siempre me interesó indagar en la cultura afrobrasileña. Mi motivación para estudiar este tema surgió al haber constatado que todas las referencias bibliográficas de la carrera de grado en psicología suelen ser de autores blancos, europeos o estadounidenses”, comenta. Y cita una investigación de 2012 del Consejo Federal de Psicología de Brasil que revela que el 89 % de los psicólogos en ejercicio en aquel año correspondía a mujeres, el 67 % blancas y de clase media. Por otra parte, en la misma época, el 70 % de las psicólogas brasileñas trabajaban en el servicio público de asistencia social, educación y salud, cuyo público mayoritario está constituido por personas negras.
“En Brasil, en el ámbito de las ciencias humanas, la psicología fue una de las últimas disciplinas en reparar en las poblaciones de ascendencia negra e indígena, algo que solo sucedió en forma más sistemática en el siglo XXI”. A partir de esta realidad, Gibran Nogueira comenzó a estudiar la psicología de raíz africana, que surgió como ciencia académica en Estados Unidos hace unos 50 años. “En este campo del conocimiento, no se considera a Grecia como la cuna del pensamiento filosófico, sino al Antiguo Egipto y al África Negra. Al activar este conocimiento, hemos desarrollado nuevos enfoques para abordar las problemáticas psicológicas”, compara.
En su tesis doctoral, el ingeniero Elton Bernardo Bandeira de Melo, analista de planificación y presupuesto del Ministerio de Economía, señaló la necesidad de inserción de personas negras y, principalmente, de mujeres negras en el área de planificación, presupuesto y finanzas del gobierno federal, en donde actualmente predominan los varones blancos. “En las prácticas presupuestarias del gobierno existe una sobrevalorización de la dimensión fiscal por encima de la social. Los instrumentos y las metodologías de planificación no están orientados a afrontar la cuestión racial”, subraya. Parte de los resultados de la tesis se publicaron como capítulo en un libro organizado por Elaine de Melo Xavier, magíster en política social y analista de planificación y presupuesto del Ministerio de Economía. “Al incorporar perspectivas raciales y de género, especialmente a partir de la década de 1990, los estudios sobre planificación, presupuesto y finanzas públicas evidencian que las decisiones económicas han profundizado esas desigualdades en Brasil”, dice. “Las mujeres negras constituyen, proporcionalmente, el grupo social que más aporta en materia de recaudación, pero al mismo tiempo este grupo es el que tiene más dificultades para ver satisfechas sus demandas de servicios públicos en el presupuesto”. Según Melo Xavier, estas revelaciones solo han sido posibles porque a partir de la década de 1990, los investigadores del área de planificación presupuestaria comenzaron a incorporar las cuestiones étnicas, raciales y de género.
Para Renato Janine Ribeiro, presidente de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia (SBPC) y docente de la FFLCH-USP, el hecho de ignorar la diversidad tiene un impacto negativo para el desarrollo del país. Él considera que un 70 % de la población brasileña no tiene acceso a condiciones adecuadas de vivienda, educación, transporte y salud. “En situaciones de subsistencia precaria, difícilmente surjan talentos”, reflexiona, citando un estudio realizado por la Agencia de Gestión de la Información Académica de la USP, elaborado a partir de una base de datos internacional. Según dicha investigación, Brasil ocupa el 11º puesto en el ranking de países con más publicaciones científicas sobre el covid-19 a nivel mundial. “Hemos llegado a esa posición con tan solo un 30 % de la población viviendo en condiciones adecuadas para el surgimiento y el desarrollo de talentos. Si tuviéramos al 100 % de la población en esas condiciones, seguramente nuestra producción académica estaría más avanzada”, sostiene Janine Ribeiro.
Proyectos 1. Conexiones epistémicas y estéticas en la formación de las(los) educadoras(es) brasileñas(os) y sudafricanas(os) para la construcción de una educación antirracista (nº 20/06481-4); Modalidad Ayuda de Investigación – Regular; Investigador responsable Rosenilton Silva de Oliveira (USP); Inversión R$ 135.527,55 2. Políticas de acciones afirmativas y descolonización de la Psicología: contribuciones del pensamiento crítico africano (nº 15/11419-8); Modalidad Beca posdoctoral; Investigadora responsable Raquel Souza Lobo Guzzo (PUC); Beneficiaria Simone Gibran Nogueira; Inversión R$ 290.136,14
Libros GUIMARÃES, A. S. A. Modernidades negras – A formação racial brasileira (1930-1970), São Paulo: Editora 34, 2021. NOGUEIRA, S. G. Libertação, descolonização e africanização da psicologia. Breve introdução à psicologia africana. São Paulo: EdUFSCar, 2019. XAVIER, E. M. (org.). Gênero e raça no orçamento público brasileiro. Brasília: Assecor, 2020.
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