La generación de energía eólica mediante de la vibración de una asta vertical de fibra de carbono (foto) es la propuesta innovadora que está empezando a probar este año la startup española Vortex Bladeless. El sistema en cuestión prescinde de las enormes aspas y los ruidosos rotores de las turbinas eólicas convencionales, reduciendo potencialmente el impacto de las mismas en las rutas migratorias de las aves y los incordios para las comunidades vecinas. La nueva tecnología utiliza el fenómeno conocido como vortex shedding, descrito en 1911 por el físico húngaro Theodore von Kármán (1881-1963). Básicamente, el flujo del viento genera un patrón cíclico de vórtices y hace vibrar un dispositivo cilíndrico fijado al suelo. La oscilación genera energía mecánica, que luego es transformada en electricidad por medio de alternadores. El dispositivo produce un 30 % de la energía que se obtiene con un aerogenerador tradicional del mismo porte. La empresa testeará 100 minigeneradores de 85 centímetros y, si los resultados son los esperados, repetirá el experimento con el Vortex Tacoma, un aparato de 2,75 metros y una potencia de 100 vatios. Ambas unidades fueron proyectadas para su instalación en el techo de galpones y edificios urbanos.
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