Los planetas rocosos que orbitan estrellas fuera del Sistema Solar podrían tener una composición química muy diferente a la de la Tierra. El astrónomo Siyi Xu, del Laboratorio Nacional de Investigación en Astronomía Óptica e Infrarroja (NOIRLab), y el geólogo Keith Putirka, de la Universidad del Estado de California, ambos en Estados Unidos, arribaron a esta conclusión al analizar la composición de la atmósfera de 23 enanas blancas situadas a una distancia de hasta 650 años luz del Sol. Una enana blanca es lo que queda de una estrella como el Sol luego de explotar y expulsar sus capas exteriores. Naturalmente, la atmósfera de esas estrellas solamente contiene hidrógeno y helio. Sin embargo, el núcleo remanente es tan denso que atrae la materia de planetas y astros cercanos. En la atmósfera de las enanas blancas estudiadas, los científicos identificaron calcio, silicio y magnesio, y, a partir de la concentración de dichos elementos, calcularon los minerales y rocas que podrían haber albergado los planetas vecinos. La cantidad de compuestos posibles es elevada, algunos sin equivalentes en el Sistema Solar (Nature Communications, 2 de noviembre).
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