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Ecología

Invasoras aladas

En cuatro décadas, 35 especies de aves foráneas se asentaron en áreas taladas de la selva en una propiedad experimental de la Amazonia

Tordo renegrido (Molothrus bonariensis)

Cameron Rutt

Una de las consecuencias de desmontar un área de selva tropical para la instalación de propiedades ganaderas es la apertura de espacios para que aves no adaptadas a aquel hábitat denso y cerrado busquen nuevos territorios y se instalen en las parcelas taladas recientemente en la región. La fragmentación de la selva y el arribo de especies invasoras también tornan más difícil la supervivencia de las aves que históricamente ocupaban ese ecosistema, dado que en parte sucumben o se ven forzadas a emigrar. Esta dinámica, que altera la composición de la biodiversidad local, pudo constatarse en experimentos que se llevaron a cabo en algunos lugares del mundo, tales como por ejemplo las selvas meridionales de Asia, y esto ahora también pudo documentarse en la Amazonia brasileña, más precisamente en un área situada a 80 kilómetros (km) al norte de la ciudad de Manaos.

Según un estudio publicado hacia el final del mes de noviembre por científicos brasileños, estadounidenses y australianos en la revista científica Ecology and Evolution, la presencia de 139 especies que no formaban parte de la avifauna local pudo verificarse en las últimas cuatro décadas en una propiedad de mil kilómetros cuadrados (km2) perteneciente al Proyecto de Dinámica Biológica de Fragmentos Forestales (PDBFF). Del total de especies visitantes, 35 acabaron colonizando y afincándose en el área, que desde 1979 es administrada como un gran experimento de campo por el Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonia (Inpa) y el Instituto Smithsoniano (SI, por sus siglas en inglés), de Estados Unidos. En la actualidad, ellas representan el 13% de las especies de aves que habitan permanentemente en el PDBFF, que en el transcurso de cuatro décadas perdió el 10% de su cobertura vegetal nativa. En toda la Amazonia, el desmonte redujo en casi un 20% el área de selva autóctona. Los datos del estudio se basan en tres inventarios de la fauna aviar de la propiedad, elaborados en 1986, 1994 y 2017.

“Notamos que decenas de especies foráneas invadieron casi de inmediato los claros abiertos por el hombre”, dice el ornitólogo Cameron Rutt, de la Universidad del Estado de Luisiana, en Estados Unidos, autor principal del estudio. “Gran parte de las aves que se instalaron en la propiedad habitan originalmente en zonas ocupadas por el hombre, tales como Manaos, o en huertos y jardines de propietarios de áreas rurales”. Por lo general, son especies que se adaptan a diversos ambientes y a distintos menús, a las que los biólogos denominan especies generalistas. Los investigadores sospechan que dos carreteras que salen de la capital del estado de Amazonas y atraviesan la propiedad también podrían haber facilitado el arribo de las aves forasteras: la ruta federal BR-174, más conocida como Manaos-Boa Vista, que fue inaugurada en la década de 1970, y la ruta estadual AM-010/ ZF-7, algo más antigua y abierta a mediados de la década de 1960.

Ninguna de las especies que se instalaron en el área administrada por el Inpa y el SI era típica de las zonas de selva nativa, densa y cerrada. Casi dos tercios se afincaron, sobre todo a partir de la década de 1980, en sectores de selva secundaria del PDBFF, donde la vegetación volvió a crecer cuando esas áreas, antes ocupadas por emprendimientos agropecuarios, fueron abandonadas. Habitual en bosques, áreas abiertas de cultivo o pasturas de todo el país, especialmente en la región sur, el pequeño tordo renegrido (Molothrus bonariensis) es una de las aves que hallaron una nueva morada en los bosques en proceso de regeneración del PDBFF. El segundo tipo de hábitat de la propiedad ubicada al norte de Manaos que más atrajo a especies forasteras es el de praderas abiertas, donde predominan las gramíneas. Seis especies invasoras se instalaron en ese tipo de ambiente, entre las cuales se encuentra el chimachimá, también conocido como caracara bayo o halcón garrapatero (Milvago chimachima), un falcónido que habita desde América Central hasta el norte de Uruguay y Argentina.

La tala del 10% de la propiedad experimental alteró la composición de la avifauna local

A la par de la llegada de especies foráneas, algunos tipos de aves que históricamente habitaban en el lugar fueron tornándose raras y a algunas, con el avance del desmonte, ya no se las encuentra en las áreas pertenecientes al proyecto. Eso es lo que ocurrió, por ejemplo, con el batará gorginegro, también denominado hormiguero rayado copetón (Frederickena viridis), un ave de 20 centímetros de largo y 70 gramos de peso que habita en las selvas tropicales y subtropicales húmedas del norte de Brasil, las Guayanas, Surinam y Venezuela. En términos cuantitativos, las pérdidas de especies de la avifauna fueron menores que las ganancias. Pero esta noticia, en apariencia positiva, oculta un tema preocupante. “El aumento de la cantidad de especies en la propiedad no refleja la degradación del ecosistema”, dice Rutt. “Las aves que ingresaron al área habitan en otros sitios y no son prioritarias a los fines de su conservación, mientras que aquellas que dependen del mantenimiento de una selva tropical inalterada para sobrevivir se volvieron menos abundantes con el avance del desmonte”.

El biólogo brasileño Alexandre Aleixo, de la Universidad de Helsinki, en Finlandia, coincide con ese análisis. Según el investigador, excurador de la colección ornitológica del Museo Paraense Emílio Goeldi, en Belém (estado de Pará), la mayoría de las 35 especies de aves invasoras que se establecieron en la propiedad ubicada al norte de Manaos no polinizan ni se alimentan de los frutos de árboles con gran biomasa, típicos de la selva amazónica, que poseen gran capacidad para captar dióxido de carbono de la atmósfera, el gas que es el principal responsable del aumento del efecto invernadero. “Por lo tanto, esas aves generalistas no son proveedoras de servicios ambientales de peso como las especies autóctonas, que ya no proliferan a causa del desmonte”, explica Aleixo, quien no participó en el trabajo en el PDBFF.

Angelica Hernandez Palm Área talada dentro del proyecto experimental del Inpa y del Smithsonian InstitutionAngelica Hernandez Palm

Según el biogeógrafo brasileño José Maria Cardoso da Silva, de la Universidad de Miami, en Estados Unidos, la transformación de la biota en el área del proyecto del Inpa y del SI refleja la forma en que se construyen normalmente las carreteras del país. “Si durante la construcción de una carretera la selva se mantuviera con su vegetación dominante en la región y se controlara las actividades de caza, el impacto de la autopista sobre las especies de la fauna y flora local sería menor”, dice Silva, quien es nativo de Belém, se desempeñó como docente en universidades públicas de la región norte del país y, aun radicado en el exterior, sigue haciendo investigaciones en la Amazonia. “Si no se toman en cuenta esos recaudos, la biodiversidad sufrirá pérdidas drásticas”.

A pesar del impacto que la reducción de las áreas de selva virgen representó para las especies endémicas de aves que vivían en el PDBFF, el estudio elaborado por Rutt y sus coautores, entre los cuales figura el ornitólogo Mario Cohn-Haft, del Inpa, también apunta opciones a las que podría recurrirse en esa área de la Amazonia para asegurar la preservación de su riqueza biológica. Según Rutt, si de alguna manera la selva pudiera recuperarse de las alteraciones actuales, la transformación radical de la avifauna local podría revertirse, al menos en parte. “Si eso ocurriera, las aves invasoras generalistas que hoy pueden verse en las proximidades de las áreas ocupadas por el hombre desaparecían de ese lugar porque no lograrían sobrevivir en las selvas densas y cerradas”, comenta Rutt. “Con el paso de las décadas y a medida que ocurran la regeneración y el recambio forestal, se espera que gran parte de la comunidad de aves que siempre habitó en el lugar vuelva a colonizar ese hábitat que habían perdido”. Con todo, incluso décadas después de que se recuperen los bosques actualmente devastados, es posible que una u otra especie de aves nativas no vuelva a asentarse nunca más dentro de los límites de la propiedad.

Artículo científico
RUTT. C. L. et al. Avian ecological succession in the Amazon: A long-term case study following experimental deforestation. Ecology and Evolution. 27 nov. 2019.

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